días de la pandemia

A consecuencia de la pandemia ocasionada por el COVID-19 entre marzo y junio de 2020 los ciudadanos del mundo han visto limitada su libertad de movimiento de una u otra manera. En nuestro país, el gobierno ha mantenido como medida excepcional el Estado de Alarma hasta el 21 de junio.

Al comienzo de este periodo, a sugerencia de nuestro presidente José Manuel Cabra de Luna, la Academia, con el nombre Días de la Pandemia planteó una iniciativa que invitaba a los Académicos Numerarios y Correspondientes a que enviaran para publicar digitalmente en la Web de la institución sus colaboraciones.

El resultado de esta iniciativa queda reflejado en estas 56 aportaciones, que finalizan el 21 de junio con el fin del Estado de Alarma y esperemos también, con el final para siempre de estos extraños y dolorosos días de la pandemia.

56. A FÉLIX REVELLO DE TORO EN SU 94 CUMPLEAÑOS
Dº José Manuel Cabra de Luna
Académico de Número y Presidente +

56

domingo
21 junio
2020

días de la pandemia / 56
Dº José Manuel Cabra de Luna, Académico de Número y Presidente

A FÉLIX REVELLO DE TORO EN SU 94 CUMPLEAÑOS

Hace ya algún tiempo, su amigo Alfonso Canales (pronto harán diez años que se nos fue) escribió unos preciosos versos, uno de sus poemas mayores, al que tituló Los años. Con ese afán por buscar la palabra justa y reflejar el eco de los clásicos, el poeta moldea unas palabras que parecen estar escritas para esta ocasión; para celebrar una fiesta de los largos años de su amigo Félix Revello. Me voy a permitir recordar algunos versos, para mi los más sugestivos. -aunque todos los sean- de ese gran poema de reflexión y amor por la vida.

Hermoso es morir joven
y dejar el recuerdo de la piel no tocada
por agravios del tiempo:
pero lo es más haber vivido mucho
y haber hecho que el cuerpo se fatigue
de amor y de labor…/…
Feliz aquél que puede las causas de las cosas
adivinar temprano,
mas el que se retarda
adrede, no queriendo que nada se le esconda
llega más lejos… /…

La vida del artista es puro anhelo, un constante perseguir cuanto el mundo ofrece y es, por naturaleza, inasible. Por eso, el premio más alto que le será dado obtener no es Itaca, sino el camino hacia ella, los trabajos y los días por alcanzarla. Para el pintor de retratos ese camino de investigación continuada es inagotable. Siempre habrá una luz que se escape o que se tarde una vida entera en conseguir reflejar en el lienzo, siempre habrá un tono que veamos, que tengamos delante, mas que no podamos alcanzar porque la materia del óleo o de la tela se resisten. Ese es el camino.

Ahora, en su casa de Málaga, celebramos sus noventa y cuatro años y lo hacemos como corresponde, agrupando una serie de cuadros pertenecientes a una misma mirada. Son de distintas épocas del artista  -y eso se aprecia claramente con una visita a la exposición- pero tienen un hilo común pues son retratos de diferentes periodistas.

Resulta en cierto modo paradójico unir imagen y palabra y, más aún, la palabra volandera y efímera del periódico con un retrato pintado, que tiene vocación de permanencia en el tiempo o, casi mejor, de ser creada y durar fuera del tiempo, cuando habita el no lugar del no tiempo.

El periodista es un esforzado luchador pues su instrumento se le escapa de las manos nada más que ha sido utilizado. Su palabra es dicha y no dicha, es una golondrina que se va a cada momento y construye su vida con fugacidades. Esa es su grandeza, en la que el ayer acaba de concluir y el mañana es desconocido, en ese eterno presente se resuelve su hacer.

Es dura tarea para el pintor enfrentarse a ese creador con intereses tan distintos a los suyos. Porque, aunque utilice la máquina de fotos como instrumento complementario, un retrato pintado no es una fotografía. Ésta sí vive en un eterno presente, una fugacidad congelada, mientras que en el retrato pintado habitan muchos tiempos y el pasado, el presente y el mismo futuro se superponen en capas que el pintor traslada desde los ojos de su mente a la materia del óleo y el lienzo. En el caso de esta exposición es muy bello contemplar como los señores de la palabra efímera,  los hombres de un presente inacabable, quedan fijados fuera de ese tiempo cortito a que su hacer les condena. Habitan otro espacio, sin espacio, otro lugar y otro tiempo, sin tiempo y sin lugar. Así es el arte.

La Real Academia de Bellas Artes de San Telmo de Málaga, a la que Félix Revello de Toro pertenece como académico de honor lo felicita en su noventa y cuatro cumpleaños y le desea una larga y fructífera vida.

José Manuel Cabra de Luna

55. LA CONFIGURACIÓN DE UN PAISAJE. UNA PROPUESTA ARTÍSTICA PARA LIBERAR NUESTROS MIEDOS
Dª María del Mar Lozano Bartolozzi
Académica Correspondiente en Cáceres +

55

domingo
21 junio
2020

días de la pandemia / 55
Dª María del Mar Lozano Bartolozzi
Académica Correspondiente en Cáceres

LA CONFIGURACIÓN DE UN PAISAJE. UNA PROPUESTA ARTÍSTICA PARA LIBERAR NUESTROS MIEDOS.

Durante los días de confinamiento y alarma en esta primavera de 2020,  nos hemos dado cuenta del valor de convivir con la naturaleza. Una experiencia que era apreciada por algunos, amantes del medio natural, pero menospreciada por otros, más urbanitas. Sin embargo hemos sido considerados unos afortunados quienes estábamos casual o voluntariamente el fin de semana del 13 de marzo en el mundo rural o en el mundo campestre aislados en viviendas con el campo en rededor, lo cual nos ha permitido seguir así y dar paseos libremente con amplios horizontes, reconociendo nuestro propio paisaje en su trascurrir primaveral, aunque nos hayamos perdido el calor de los vecinos que eran reconocidos sobre todo al aplaudir juntos en ventanas y balcones.

La valoración de la naturaleza y del mundo rural también había sido realizada por algunos artistas, a menudo con un ánimo de regreso o de reconocimiento de un lugar a redescubrir. En el caso de Extremadura, región en la que yo vivo, han sido varios los que lo han hecho, y si nos referimos al mundo contemporáneo podemos recordar determinados autores que desde distintas perspectivas nos han impactado por sus reflexiones y predilección por unos rincones, lugares o pueblos que supusieron una expresión determinada en su obra artística.

Godofredo Ortega Muñoz (1899 – 1982), pintor nacido en San Vicente de Alcántara (Badajoz) y eminentemente paisajista, tras varias estancias y viajes por distintas capitales y países de Europa como París, Ginebra, Italia, Bélgica, Dinamarca, Alemania y otros, regresó en la posguerra a vivir y pintar en su tierra natal. Cuando lo hizo estableció su vivienda y estudio en la cercana población de Valencia de Alcántara (Cáceres), a poco más de 13 km de San Vicente, pues según comentaba a sus amigos la luz para su percepción estética era mejor en esta localidad que en la de su nacimiento. Y será en estos años de 1939 y la década de los cuarenta, cuando defina su pintura de campesinos, bodegones, vistas del pueblo y finalmente, y sobre todo, de paisajes, gracias a ese encuentro con el ambiente rural. Los expondrá en Madrid y en varios espacios del extranjero a lo largo de los años, al consolidar un lenguaje personal, identitario y muy moderno. Un paisaje que es producto de una elaborada y original abstracción y formalización compositiva del mismo. Y de su memoria, como ha insistido María Jesús Ávila, que reproduce estas palabras suyas: “Salgo al campo acompañado de mi perro (…). Luego, en el estudio, voy pasando al lienzo aquellos rasgos acusados que me han impresionado. Por eso en mis obras, aunque no hay ningún paisaje determinado, ningún rincón escogido de este o de aquel lugar, Está Extremadura”[1]. Un paisaje un tanto simbólico que nos plantea ver de otra forma la belleza de los encinares, los castaños o las paredes de piedra de esta tierra.

Otro autor, en este caso alemán, será Wolf Vostell (1932-1998), un artista cosmopolita, que vivió en Colonia, Berlín, París, si bien vino a Guadalupe donde durante un verano establecerá su estudio y donde conoció a una maestra extremeña con la que se casará un año después. A mediados de los años setenta (1974) cuando buscaba la ubicación para una vivienda en la región extremeña se encontró con un lugar de naturaleza privilegiada: los Barruecos de Malpartida de Cáceres, donde junto a una hermosa laguna existían los restos de un antiguo lavadero de lanas. Ante aquella visión retomó lo que hasta entonces era una utopía: la idea de hacer un museo, y decidió llevar a cabo el proyecto de un museo de arte y naturaleza, configurando desde su mirada un nuevo paisaje cultural integrado en el mundo rural. Un museo especialmente peculiar donde las obras de lenguaje intermedia: esculturas ambiente, dé-coll/age, fluxus, happening, video arte y otras artes visuales, se potencian en diálogo con el medio ambiente y los restos de arqueología industrial. Su reconocimiento de aquél paisaje con la fauna y flora, el agua y la visión de las piezas artísticas que allí se irían instalando, acrecentó la identidad que sentía hacia el mundo extremeño y rural.

Por último, el artista inglés Hamish Fulton (1946), hizo uno de sus recorridos peripatéticos en la región recorriendo carreteras y pueblos de la Vía de la Plata. La Fundación Ortega Muñoz le encargó una exposición de su obra en el Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (MEIAC) y como artista caminante realizó previamente una caminata que dio como fruto la elaboración de un libro de fotografías con sencillas anotaciones titulado: Río Luna Río. En él indica que fue el resultado de la experiencia de: “Una caminata circular de veintiún días en Extremadura desde y hacia el río Guadiana en Badajoz vía Guadalupe con los pies descalzos contando cuarenta y nueve pasos sobre un suelo empedrado durante la noche de la luna llena de enero España octavo año del siglo veintiuno”.Las fotos son carreteras comarcales, charcos, nubes, paredes con algún graffiti, pastores… sobre las que escribe palabras como: camino, piedras, cañada, suelo, urraca, abubilla, etc. El libro termina con una entrevista en la que concluye: “Una caminata es como un objeto invisible en un mundo complejo. Significado: la vida es una cadena de continuas luchas desde la juventud hasta la vejez. En este escenario de preocupación y miedo podemos construir una experiencia – realizar una caminata – que ocupa un espacio en nuestras vidas, y, al igual que un objeto, tiene principio y fin, pero que, a diferencia de un objeto, no se puede ver. Las caminatas son las piedras que marcan los kilómetros de mi vida”[2].

Nosotros también tenemos ahora la oportunidad, una vez terminado el estado de alarma, de hacer recorridos por la naturaleza y aportar nuevas lecturas artísticas, literarias, sociológicas o al menos emocionales, con la perspectiva de una pandemia ocurrida sin haber sabido previamente lo que se nos avecinaba pero quizás con la salvaguarda de la imaginación y la creatividad, bien por haber mirado de lejos y en el recuerdo determinados paisajes, o bien por haberlos vivido de cerca en soledad o compartidos con las pocas personas que habitualmente conviven con nosotros para configurar nuestro propio paisaje cultural.

María del Mar Lozano Bartolozzi

Académica de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes y Académica correspondiente de la Real Academia de San Telmo de Málaga.


[1] ÁVILA CORCHERO, María Jesús, Ortega Muñoz, Fundación Caja de Badajoz, Zaragoza, 2003, pp. 49-50.

[2]FULTON, Hamish, Río Luna Río, Fundación Ortega Muñoz, Madrid, 2008.

Emilio de Diego

54. EL CUARTO JINETE DEL APOCALIPSIS CABALGA SOBRE MÁLAGA
Dª Marion Reder Gadow
Académica de Número +

54

domingo
21 junio
2020

días de la pandemia / 54
Dª Marion Reder Gadow
Académica de Número

EL CUARTO JINETE DEL APOCALIPSIS CABALGA SOBRE MÁLAGA

Nunca pensé que en algún momento de mi  vida iba a presenciar y a sentir en mi propia persona la experiencia de una epidemia en mi ciudad, Málaga; aunque también presente en otras ciudades de España e incluso a nivel mundial. En mis estudios sobre el pasado, en la edad moderna, he abordado los efectos destructivos que una pandemia causa en una comunidad, en una ciudad, en una región e incluso en un país, arrebatando la vida a una considerable parte de la población: a hombres y mujeres, niños, ancianos y jóvenes, sin respetar su condición social ni su lugar de residencia. Las consecuencias: pérdida de vidas humanas, quebranto de las familias, niños que quedan huérfanos sin amparo, una economía empobrecida por la falta de comercio, una ruina personal por la pérdida de enseres que sucumben entre las voraces fauces del fuego para evitar el contagio. Una tragedia urbana.

Al igual que ha sucedido recientemente, la epidemia se cuela de rondón en ciudades y pueblos y sigilosamente el contagio se extiende como un reguero de pólvora. No hay más que documentarse en el manuscrito de Narciso Díaz de Escovar en el que aparecen las oleadas de epidemias que asolaron la ciudad malagueña. En aquella época lejana que este cronista menciona, no se conocía la causa de la propagación de la enfermedad por lo que los vecinos, atemorizados, buscaban con desesperación la protección divina llevando en procesión por las calles y plazas de Málaga a sus Santos Patronos, Ciriaco y Paula, o encomendándose a san Roque, protector ante la enfermedad.

Incluso en el tema de mi discurso de ingreso en la Academia de Doctores, el 7 de marzo de 2018, titulado  “La visión de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis del abogado D. Diego de Rivas Pacheco”, di a conocer las reflexiones y advertencias que un hombre singular del siglo XVII exponía sobre las pandemias: las del regidor, abogado y maestro de Ceremonias del Ayuntamiento malagueño, Diego de Rivas Pacheco. Ciertamente, este personaje de su tiempo medita en torno a las penalidades que provocan la Guerra, el Hambre y la Peste en la sociedad en la que vive; meditaciones que se pueden hacer extensibles a nuestros días, como lamentablemente hemos podido comprobar recientemente. Azotes que compara con los jinetes del Apocalipsis por los horrores que causan: cuantiosas pérdidas humanas, infortunios  económicos y serios quebrantos morales.

Si recordamos las Revelaciones del apóstol san Juan, en las que los estudiosos consideran que las descripciones de los cuatro jinetes tienen un marcado significado simbólico. Observamos que unos sugieren que se trata de una alegoría entre el bien y el mal, mientras que otros los relacionan con la historia de la Iglesia. Coinciden en identificar al jinete blanco, que recibió una corona, con el Hijo de Dios, con la propagación del Evangelio por todo el Mundo; aunque algunos, también, con el Anticristo. Según el Apocalipsis, el segundo jinete va montado sobre un caballo bermejo, armado con una espada, dispuesto a eliminar la paz sobre la faz de la Tierra y a promover conflictos bélicos interminables. Sobre un caballo azabache cabalga el tercer jinete, manteniendo entre sus manos una balanza en la que se pesa el grano, aludiendo a la escasez de trigo y cebada en épocas de hambruna, en las que se racionaba el pan. El último jinete monta un alazán al que se identifica con la Muerte, secuela de las epidemias, de las pandemias y de la peste. Estos cuatro jinetes causan el sueño eterno de la cuarta parte de la Humanidad; ellos han merodeado la Tierra por cientos de años y en coyunturas determinadas arrebatan la vida a millones de hombres.

Destaca Rivas Pacheco, que sobre la peste escribió Francisco de Rippa proponiendo a las Repúblicas la forma de actuar y prevenir ante las epidemias de peste y remedios que se deben aplicar para conservar la salud pública. Recalca que él, como regidor, fue testigo de cómo procedió la Autoridad Municipal en las epidemias que asolaron Málaga en los años 1637 y 1649, en los que se produjo una gran mortandad y:

“En que sucedieron cosas inauditas y portentosas, dignas de eterna memoria y alabanza, en los Hospitales del año 1637”.

Prosigue relatando, como los caballeros capitulares acudieron, cada uno al desempeño de su diputación, a las obligaciones de su cargo; arriesgando en numerosas ocasiones sus propias vidas en pro del bien común de los ciudadanos. Rivas Pacheco ensalza entre todos ellos al regidor Francisco de Leyva Noriega por la labor desarrollada en esta pandemia. Comportamiento humanitario ejemplar, por lo que el Municipio le concedió una fuente de plata sobredorada decorada con las Armas de la ciudad y orlada con la siguiente inscripción:

La Ciudad de Málaga, Justicia y Regimiento de ella dio esta joya al Capitán Don Francisco de Leyva Noriega, su regidor, en reconocimiento de lo mucho que obró como diputado en los Hospitales del contagio del año 1649.

Prosigue relatando don Diego que cuando el Municipio recibía aviso de que en un lugar próximo o lejano había aparecido un contagio de peste, disponía del máximo cuidado, tanto por mar como por tierra, para prevenirse de la pandemia. El cabildo convocaba con toda celeridad a la Junta y Diputación de Sanidad y distribuía guardas y centinelas para que vigilasen día y noche las puertas de acceso a la ciudad, impidiendo todo contacto humano, cualquier tráfico comercial y acceso a toda persona que viniese de los lugares afectados. Rechazaba incluso a cualquier individuo sospechoso que intentara acceder al interior de la urbe. Advierte y amenaza el regidor Pacheco, que el más leve descuido podía ser catastrófico al propagarse la pandemia entre los vecinos. Conmina a los caballeros capitulares que la vigilancia no la dejen exclusivamente a la cautela de los centinelas, ya que éstos, por inexperiencia, pueden descuidar sus obligaciones. Por tanto, deben ser los propios regidores diputados los que personalmente debían permanecer en las puertas de acceso a la ciudad, actuando de sobreguardas y de fieles centinelas. Por eso indicaba:

“Que aseguren bien, no sólo de la República en común que está a su cargo, sino el suyo propio en particular”.

Con esta cautela se procedió por el Municipio en las epidemias de 1637 y 1649, vigilando las puertas por rigurosos turnos, asistiendo además de los guardias habituales los regidores y vecinos notables de la ciudad, los profesores de letras y hasta los prebendados de la Santa Iglesia Catedral.

En el caso de que la epidemia afectara a los pueblos vecinos de la región y provincia, desde los que pudieran introducirse individuos en el interior de la ciudad; aconsejaba reforzar con cercas las murallas para evitar la presencia de intrusos. Además, se debían tomar todas las prevenciones necesarias para impedir el contagio, dejando restringidas las puertas de acceso a la ciudad para que las guardas y sobreguardas reconocieran a las personas que intentaran entrar y examinaran los testimonios y salvoconductos sanitarios que llevasen consigo. Y, en el caso que hubiese alguna duda o la mínima sospecha, quedaría terminantemente prohibida la entrada de cualquier persona, sin tenerlo que consultar previamente con la Junta de Sanidad.

Las Autoridades municipales tampoco consentirían que algún barco, navío o bajel fondease en el puerto, ni desembarcase ningún individuo a tierra, ni que se dialogase con la tripulación, ni se comerciasen productos sin una inspección de los caballeros diputados; los cuales se debían desplazar en la embarcación de sanidad y controlar la procedencia del navío, que documentos certificaban su puerto de origen y las mercancías que transportaba. En caso de la más leve sospecha se le debía conminar a que abandonase el puerto con la máxima celeridad. Y en caso de que el capitán no cumpliese de inmediato la orden tanto el corregidor como el gobernador de las Armas podían ordenar que la artillería hiciese fuego sobre el buque, sin contemplación alguna. De estos trámites tomaría nota el escribano de cabildo, así como de los autos y diligencias, para que quedase constancia en el futuro de lo acaecido.

Rivas Pacheco, como maestro de Ceremonias, se cuestiona qué debe hacer el Ayuntamiento en el caso que llegara o arribara al puerto un personaje de alcurnia, un cargo político o religioso, durante una epidemia: ¿se le debía franquear la entrada al perímetro urbano o impedirle el acceso a la urbe? Cita, a modo de ejemplo, el caso de D. Juan Carlos Imperial, sobrino del marqués Ansaldo Imperial, que procedente de Génova pretendía desembarcar en el puerto de Málaga con rumbo a la Corte. La llegada al Municipio de una real provisión del Consejo indicaba al corregidor que pusiera en cuarentena al citado pasajero, junto con sus criados, en alguna finca de campo, alejada de la ciudad; y que una vez transcurrido este periodo de prevención, se le entregará ropa nueva, a él y a su séquito; los cuales, tras la revisión del médico, podrían ser admitidos en la ciudad y continuar su viaje a Madrid. De este modo, se prevenía a los vecinos de Málaga de cualquier contagio y los viajeros, una vez pasada la cuarentena, podían proseguir su camino.

Advierte Rivas Pacheco que las épocas más peligrosas para que se desencadenase la pandemia eran el otoño y el verano, y que, en el caso de que se percibiese cualquier indicio, la Autoridad Municipal debía nombrar diputados y médicos que con su prudencia y cautela visitasen los hospitales, las boticas y las casas de los enfermos para reconocer los síntomas de la enfermedad y declarar la pandemia. Acto seguido, se informaba al real Consejo del posible contagio, se formaba una Junta de Sanidad compuesta por dos regidores, un prebendado y un vecino notable, para que intercambiasen opiniones con los médicos, cirujanos y barberos sobre la evolución de la enfermedad contagiosa, del número de enfermos contagiados, y de la evolución de éstos, tanto de los que sanaban como de los que fallecían.

La siguiente misión de la Junta de Sanidad era la construcción de hospitales de campaña en las afueras de las murallas de la ciudad, bien provistos de médicos y sacerdotes, en lo que se separaría a los hombres de las mujeres evitando el mal ejemplo y posibles ofensas a Dios. Similar conducta dispensarían los diputados a los niños y doncellas y se les advertía que, tanto con unos como con otros, tuviesen un especial cuidado. Con los hospitales de campaña se ampliaban las plazas hospitalarias ya que los centros habituales se encontraban saturados de enfermos, unos contagiados y otros en proceso de recuperación.

Enterrar a las víctimas de contagio era otra de las grandes preocupaciones de los caballeros diputados malagueños; por lo que ordenaron que se cavaran zanjas profundas en las afueras de la ciudad, los llamados carneros. En éstas fosas enterraban los berberiscos y “esclavos cortados” los cuerpos de los fallecidos; y en las hogueras cercanas se quemaba la ropa y enseres procedentes de las casas de los contagiados.  

El abogado Rivas Pacheco describe el protocolo facultativo a seguir en la pandemia. Cuando al médico le llegaba la noticia de algún enfermo o fallecido, daba parte al diputado para que éste acudiera a su casa y dispusiera el traslado del enfermo, en silla, angarilla o carro, al hospital; y en caso de muerte, conducir el cadáver al carnero. Acto seguido, se sacaría la ropa personal y de casa infectada para trasladarla en carros a las hogueras para aniquilarla. Y una vez desalojado el domicilio, se cerraba la puerta y éste quedaba precintado por medio de una cerradura para evitar que nadie pudiera ocuparlo.

La autoridad municipal, por su parte, debía vigilar la limpieza de las calles y muladares, evitando la propagación de la enfermedad y para impedir el contagio ordenaría encender hogueras en las plazas y vías cercanas en las que quemar hierbas aromáticas, como el romero o el eneldo, purificando el ambiente.

Por último, señala el regidor Rivas Pacheco, era preciso invocar la ayuda Divina. El Ayuntamiento procuraba valerse de remedios sobrenaturales, por lo que encargó:

“a la Santa Iglesia y a los prelados y preladas que con ayunos, disciplinas, oraciones y otros ejercicios espirituales, rueguen a Dios por la salud pública. También son eficaces las procesiones, así de día como de noche, con las imágenes de más devoción”.

Recuerda el abogado que en la epidemia de 1637 se llevó a cabo una procesión muy   numerosa y solemne, en la que procesionó la imagen de san Francisco de Paula y al pasar ésta ante el hospital de san Lázaro, en el que se encontraban dos mil enfermos, éstos se acercaron a la ventana para ver el desfile procesional y cuando regresaron a sus camas notaron una gran mejoría. Desde aquel momento cesó el contagio en la ciudad, por lo que por voz de pregonero se comunicó a los vecinos el fin de la pandemia:

“Esta Ciudad de Málaga, Justicia y Regimiento de ella, hace saber a todos sus vecinos y habitadores, y a todas las demás ciudades, villas y lugares del Reino, como habiendo Dios, Nuestro Señor, castigándola con el mal de pestilente contagio que es notorio, por su gran Misericordia ha sido servido de librarla de él, restituyéndola a su antigua Sanidad, que de presente goza, sin rastro alguno de contagio, demás (sic) de cuarenta días a esta parte. Y porque nueva tan alegre y deseada sea notoria a todos y a las dichas ciudades, villas y lugares, lo manda publicar en las partes más públicas de esta ciudad”.

El cuarto jinete del Apocalipsis se alejaba temporalmente de Málaga y tras él la destrucción de vidas humanas, ruina económica, quebranto moral.

Una situación muy similar a la que contemplamos en la actualidad con el Covid 19, con más de 40.000 muertos, empresas en precaria situación y miles de trabajadores en busca de un trabajo y ante un futuro incierto.

Para concluir, las primeras noticias sobre el regidor D. Diego de Rivas Pacheco, autor de estas reflexiones y advertencias, nos las proporciona Juan Serrano de Vargas en su Anacardina espiritual, en la que el autor describe la desolada situación en la que se encontraba el vecindario de Málaga afectado por la epidemia de peste bubónica, en el año 1649. La aparición de la imagen de un Cristo atado a una columna ante las puertas del Consistorio coincidió con el cese de la epidemia, por lo cual la escultura se colocó en la Sala de la Audiencia del Ayuntamiento y se veneró bajo el título del Santo Cristo de la Salud.

Rivas Pacheco fue designado por el Cabildo Municipal para dirigir y redactar los expedientes comprobatorios de los prodigios realizados por la intercesión del Santo Cristo de la Salud, a cuya imagen había decidido el Ayuntamiento dar culto y designar como co-patrono de la ciudad, ya que a su milagroso hallazgo se debía el cese de la peste bubónica, que tantas víctimas había causado en Málaga. Su volumen Gobierno político legal y Ceremonial, para la mejor y más acertada dirección de los actos capitulares de esta Nobilísima y siempre leal ciudad de Málaga conforme a sus antiguas y loables costumbres, ordenanzas y privilegios y a lo dispuesto por derecho y leyes de estos reinos. Comprendido en dos discursos, uno tocante a lo político secular y legal, y otro a lo sagrado y ceremonial, que se encuentra en la biblioteca de la Fundación Lázaro Galdiano, nos permite conocer por un testigo ocular como la Málaga del siglo XVII combatió las epidemias, la de carbuncos de 1637 y la de peste bubónica de 1649. En la primera fallecieron entorno a doce mil personas, en la segunda cerca de cuarenta mil.

Emilio de Diego

53. INFORME SOBRE EL ARCHIVO DE LA REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SAN TELMO
Dª Mari Pepa Lara García
Académica de Número +

53

sábado
20 junio
2020

días de la pandemia / 53
Dª Mari Pepa Lara García, Académica de Número

INFORME SOBRE EL ARCHIVO DE LA REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SAN TELMO

El 29 de noviembre de 2001 ingresé en la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, aunque no tomé posesión  hasta junio de 2002, por propia voluntad, pues quise esperar a que mi hermano, catedrático de Imagen, terminase sus clases en la Facultad de Ciencias de la Información en Madrid, y pudiese asistir al acto de toma de posesión; ésta tuvo lugar en el Palacio de la Aduana.

Como sabemos,  por el informe de la académica Rosario Camacho: …el Museo de Bellas Artes, junto con la Academia, fueron desalojados y la Biblioteca y su Archivo quedaron custodiados por el Museo, primero en el Palacio de la Aduana y después, mientras se rehabilitaba este edificio para instalar el Museo de Málaga en  el  Parque Tecnológico.

Por lo tanto, dado que fui nombrada académica a finales de 2001, no pude conocer y apreciar, tanto los libros como los documentos de la Academia, hasta el año 2019, cuando nuestra sede en el Museo de Málaga se ha amueblado, y los fondos perfectamente conservados y embalados traídos del Parque Tecnológico, fueron depositados en las dependencias del Museo. Pero fue, a principios de febrero de 2020, cuando empecé, junto con la ayuda inestimable de Rosario Camacho, y con los dos becarios de la Universidad de Málaga, integrados a través de un convenio de cooperación educativa en un programa de prácticas externas para alumnos del último curso de la licenciatura, Javier Luque y Juan Manuel Garrido, a iniciar con empeño a desembalar las cajas que  contenían estos fondos bibliográficos y documentales.

Ya ha comentado Rosario Camacho la buena disposición y voluntad de nuestros becarios. Empezamos en principio con los libros, porque estas eran las primeras cajas numeradas que abrimos, y los cuatro adelantamos mucho, en una relación de número currem, añadiendo incluso, el autor, título y materia del libro.

Después, junto con Juan Manuel Garrido,  iniciamos la tarea de abrir numerosos paquetes, profusamente embalados, que tenían el título de Archivo, pero el contenido eran Catálogos de exposiciones de pintores académicos de gran tamaño. Por supuesto, podemos definir documento como: Testimonio de la actividad del hombre, fijado en un soporte perdurable que contiene información.

No obstante, teníamos interés por inventariar documentos administrativos que nos mostrasen la actividad de la Academia, desde sus inicios. Por fin, logramos abrir unos legajos con dicha documentación y empezamos a realizar un Inventario del Archivo con el objeto de controlar dicha documentación.

En un principio, conviene advertir que la descripción de los documentos de archivo es más compleja  que la de los libros de una biblioteca, y presenta una problemática especial, debida principalmente  a la múltiple tipología de las unidades documentales. Tal variedad dificultas cualquier intento de normalización que se haga en ese sentido, del tipo realizado en el campo de la Biblioteconomía y de la Documentación.

Para resolver este problema se  creó  la Norma ISAD(G) en 1991. Norma Internacional para la Descripción Archivística. Como es lógico, ha sido revisada varias veces: 1993, un anteproyecto en 1994,  1995, 1998. La última versión fue publicada a principios del año 2000.

El archivero tiene una doble función: de una parte necesita controlar los fondos y, por otra, debe informar sobre el contenido de los mismos. Es decir, una función interna –de control-, y  otra externa  -de difusión-. En una primera definición el inventario responde a la primera función, y el catálogo a la segunda. El inventario somero comprende los elementos mínimos, los del área de mención de identidad, y suelen ir dispuestos en columnas cuando se publican. Su utilidad es ante todo de uso interno como procedimiento de control sobre la totalidad de los fondos.

Este inventario puede ser más o menos detallado, y requiere como elementos mínimos: signatura, descripción, fecha –documento-, fechas extremas  -expedientes-, caracteres internos y externos  -materia-, de cada documento o expedientes. Con estos requisitos, el archivero podrá ser más o menos exhaustivo en los datos que ofrezca, en función de la importancia de la documentación que desea inventariar.

Con todos estos elementos podemos definir los inventarios: Descripción sistemática más o menos detallada de todos y cada uno de los elementos que forman un fondo, sección o series, respetando su ordenación originaria.

Teniendo en cuenta estas definiciones archivísticas, afrontamos el inventario somero que queríamos iniciar  -pues no había ninguno realizado con anterioridad en los fondos de la  Academia-.

Comenzamos con una serie de documentación de principios del siglo XX; y entre otras,  más o menos administrativa, hubo una serie de expedientes que nos resultaron muy interesante, puesto que se trataba de una Comisión nombrada por la Academia, a instancias del Ayuntamiento, para resolver qué personajes históricos malagueños debían ser instalados en los lunetos del Salón de los Espejos, y los  cuadros de pintores que ilustrarían los diferentes salones municipales en la Casona municipal, que se estaba construyendo en aquellos años.

Cuando estábamos inmersos en esta descripción archivística de numerosos legajos, surgió la expansión de la pandemia denominada COVID- 19, y el 12 de marzo fue nuestra última tarde de trabajo, puesto que, como sabemos, se cerraron la Universidad y el Museo de Málaga, iniciándose el confinamiento de todos los ciudadanos.

Mari Pepa Lara García

52. UNA PANDEMIA Y ALGUNAS REFLEXIONES
Dº Emilio de Diego
Académico Correspondiente en Madrid +

52

sábado
20 junio
2020

días de la pandemia / 52
Dº Emilio de Diego, Académico Correspondiente en Madrid

UNA PANDEMIA Y ALGUNAS REFLEXIONES

                                  

La peste, como azote no solo del cuerpo sino también del alma, ha estado presente en la historia de la humanidad desde los primeros tiempos hasta hoy; cabría decir que es tan vieja como el mundo, provocando en cada caso parecidas reacciones. La amenaza de la muerte se viste de miedo y sale a la búsqueda de los culpables del mal, reales o inventados para la ocasión, con su cortejo de insolidaridad y egoísmo, a veces de odio; pero también, con el valor y la abnegación de muchos. Sin embargo, hay algunas notas específicas en cada circunstancia. La actual  pandemia, acaso la primera digna de tal nombre en puridad, se caracteriza por su integración en un espacio-tiempo, de rasgos especiales, un continuus que determina una historicidad diferente, pues su “cronotopo” tiende a la ruptura con el discurso historiográfico anterior. La propaganda, apoyada en una información/desinformación inabarcable, impide analizar con rigor los mensajes recibidos, o lo que es lo mismo pensar, suplantando así la realidad por el relato. Verdad y mentira, al margen de sus connotaciones morales, aparecen situadas, cada vez en mayor medida en el ámbito de la emoción y fuera de la razón. La emotividad, dominio de la ideología, desplaza a la capacidad de razonamiento.

Galdós, cuyo centenario discurre sin gran entusiasmo evocador, nos legó un cuadro acabado al respecto, a propósito de la epidemia de 1834 en Madrid. “Quien no piensa nunca, acepta con júbilo el pensamiento extraño –escribía don Benito- mayormente si es un pensamiento grande por lo terrorífico y nuevo por lo absurdo”. Si nos fijamos en la “Maricadalso” de Un mafioso más y algunos frailes menos, podríamos encontrar en ella más concomitancias de las deseables, con algunos opinadores de nuestros días sobre el COVID-19. Pasemos del ¡Cosas malas en el agua!, al envenenamiento de las fuentes, instigado por los frailes, con veneno traído de Cataluña; y caminando por el murciélago y el salmón de China o, más recientemente, por la contaminación de la vacuna de la gripe, habremos de reconocer que hemos cambiado menos de lo que creíamos. Dos factores capitales siguen vivos en la raíz de muchos comportamientos, en 1834 y ahora: la ignorancia y el efecto de los gritos, cuya eficacia movilizadora es mayor cuanto más fuertes sean. Tenemos que admitir que el discurso vacío sometido a una entropía exponencial nos aturde.

Las noticias que circulan ahora por las redes sociales y demás medios de comunicación, tienden a ser consideradas verdaderas o falsas, exclusivamente también, según su grado de conformidad con nuestros presupuestos ideológicos. Las grandes epidemias desbordan en un principio, y durante más o menos tiempo, a las sociedades afectadas y a sus instituciones. También el gobierno de Martínez de la Rosa dio la espantada ante la enfermedad, y antepuso la preocupación por salvarse a su obligación de gestionar la lucha, con todas sus fuerzas, contra aquella peste. La actuación frente a tales calamidades requiere cambios cualitativos y cuantitativos en distintos órdenes, cuya medida y naturaleza están en relación con la gravedad del mal, su extensión y las posibilidades de respuesta. Algunos de los desafíos del COVID-19 han sacado a la luz las carencias de los políticos, las limitaciones de la ciencia en múltiples campos, y la incapacidad de los seres humanos para dominar la naturaleza, al menos hasta el extremo que ya creíamos haber logrado. Pero sobre todo, nos han llevado a cuestionar los valores fundamentales de la propia Humanidad. Sería este último apartado el más trascendental a mi juicio.

Nos hemos visto de nuevo cara a cara con la muerte, con la cobardía y la ignominia como referentes de un escenario trágico. Hemos asistido en este episodio de los últimos meses a un ejercicio terrible. El protagonista del mismo ha sido un Estado que, a través de varias de sus instituciones, ha llegado a abogar por legitimar la eliminación de los “más débiles”, entendiendo que éstos eran ahora, a diferencia de otros momentos históricos, no los niños, sino los mayores. El derecho a la vida, considerado la base lógica de todos los demás, pasaba a someterse a criterios pedestres de corte utilitarista. Se nos han olvidado demasiado pronto actuaciones horrendas bajo regímenes tiránicos en las que los condenados a muerte eran otros tipos de víctimas, pero con el mismo denominador común, ser los más débiles, los “inferiores”, los disidentes, …

Según los argumentos expuestos, el valor de la vida no dependería de la vida en sí, debería ajustarse a la edad y otros parámetros. Así, un ser humano de 70 años valdría menos que uno de 40. En ese argumento cabría preguntarse y ¿uno de 20 más que el de 39? Y ¿el de 10 más que el de 20? Y ¿el de 5 más que el de 10? Algo hay cierto más allá de otras elucubraciones en contestación a tal discurso, el de 10 años es un ser inválido, incapaz de sobrevivir por sí mismo y no digamos de los de menores años aún. Tampoco han contribuido prácticamente nada a la sociedad, en el terreno material, otros muchos individuos pertenecientes a rangos cronológicos diversos. Tampoco es necesario un gran esfuerzo para defender la hipótesis de que la vida de un ser humano mayor en edad, puede ser más rica y mejor, desde el punto de vista cualitativo, que las de otros más jóvenes, y no únicamente en el plano sanitario.

Bajo el manto de la conveniencia social se vendría a encubrir la aberración, según la cual, sobre la vida del individuo deben decidir los demás, sin otro fundamento que el interés de éstos. Curiosamente en un sistema que predica la igualdad, incluso propugna el igualitarismo, se argumenta contra toda posibilidad de esta naturaleza. Desacralizamos la vida humana y sacralizamos la “democracia”. Por este camino apuntan graves amenazas para la supervivencia de hombre, para la libertad y la justicia. Estos serían algunos asuntos sobre los cuales bien merecería la pena reflexionar. Eso sí, por decencia ética e intelectual, sin refugiarnos en el supuesto de la necesidad.

Emilio de Diego

51. ¿MAYORES… O VIEJOS?
Dª Adela Tarifa
Académica Correspondiente en Úbeda +

51

sábado
20 junio
2020

días de la pandemia / 51
Dº Adela Tarifa, Académica Correspondiente en Úbeda

¿MAYORES…O VIEJOS?

Madrid, 6 de marzo de 2020. En esa fecha me instale  allí con la devoción de disfrutar de los nietos y la obligación de resolver diversos asuntos administrativos.  El balcón de mi casa,  en pleno centro, y con una boca abajo, era un observatorio privilegiado para ver como bullía una ciudad que nunca para. Aquello era un jolgorio. Jauja no tendría más bullicio que aquel Madrid remoto en el que ningún peligro nuevo acechaba. Ni siquiera nos aconsejaban los “expertos” el uso de mascarillas. Ese  artefacto  resultaba inútil, salvo para personal sanitario y algún raro caso de contagio que pudiera darse en España. Eso nos contaba los telediarios. El  Dr. Simón aclaró por TVE, lo escuche claro, que no había peligro si se asistía a actos multitudinarios. Hasta a su hijo no le hubiera aconsejado lo contrario. Lo creí. ¿Qué ganaba con mentir?

Pero, cosas del destino,  la primera salida a la calle, por emergencia  doméstica, me condujo a  una tienda próxima  regentada por chinos, siempre abierta. Necesitaba  lejía.

En el mostrador estaba el dependiente de siempre. Llevaba mascarilla. Había colgado delante un  cutre cortinaje de plástico y miraba a la clientela con cara de pocos amigos. Soy intuitiva, y pensé en  esa rara peste china que hacía estragos en Italia por entonces. Ni siquiera me di cuenta de  que había poca oferta de lejía en el bazar, atiborrado de todo. La única medida que tomé, con la mosca tras la oreja, fue acercarme a la farmacia cercana para comprar mascarillas, porque pensaba  coger la línea 1 del metro hacia Atocha. No había en ninguna de las farmacias cercanas. Al final localizamos una alejada, y  allí nos vendieron 5 de las básicas, muy caras  y de favor. Me dijo la farmacéutica que las tenias gracias a su amistad con un dentista. Decidí no tomar más el metro. Luego  le conté a mi hija  lo raro que era ver al dependiente chino de la tienda tan malhumorado con los clientes. Ella me aclaró que eso no era raro. Que los chinos llevaban tiempo cerrando sus bazares, y que hacía bastante que los niños chinos dejaron de asistir al colegio. Cuando volví a casa, en un autobús no muy lleno, tenía preocupación. Pero al poner las noticias de la noche volví a serenarme. Eran aprensiones. España iba bien decían los gobernantes y sus expertos. Y la juerga siguió. Yo misma entré en alguna cafetería cercana  varias veces. Y por la noche nos fuimos a un bar de tapas  a cenar. No cabía un alfiler. Allí nadie llevaba mascarilla, ni guantes. Ni se guardaba distancia de seguridad. Vimos a infinidad de personas  mayores alternando, como nosotros. Por entonces aún éramos eso, mayores. Aún   no nos sentíamos  viejos, que  en lo que nos han convertido  de golpe. Pero prosigo.

Cuando hice un segundo viaje a la tienda de los chinos para compara  otras cosillas de primera necesitad,  me parece que fue el día 9, la tienda estaba cerrada. Un rupestre letrero, escrito a mano, decía que estaba “cerrada por vacaciones”. Ya no necesité volver a escuchar los telediarios. Ahí se acabó mi  confianza en los “expertos” del gobierno.  Teníamos algo muy gordo ya encima. Dejé de frecuentar la calle y no volví a tomara ningún medio de trasporté. La maleta ya estaba lista. Caminando  dos kilómetros llegamos a la cochera y salimos  pitando  de Madrid, con el tiempo justo de que no cerraran las carreteras. Fue un visto y no visto. Al llegara a Úbeda respiramos tranquilos. Aquí seguían llenas las terrazas. Se veían pocas mascarillas, lucía el sol y se respiraba  paz. Algunos  turistas  paseaban como nosotros por la zona monumental. Cuando nos sentamos en una terraza  cercana al Salvador, a tomar el aperitivo,  varios extranjeros hacían lo mismo en la mesa contigua.  Uno comenzó a toser con fuerza. Alegué que me molestaba el sol en los ojos y cambiamos de mesa. Porque me acordé del letrero de la tienda de chinos.  Era día 12 de marzo. De entonces no hay que contar  nada nuevo. Han pasado 48 días.  Es la misma  historia de todos: arresto domiciliario. Dolor por la pérdida de varios amigos a los que ha matado esta gripe inofensiva. Angustia por tantas ausencia, por tantas injusticias. Indignación por la masacre de las residencias de ancianos. Preocupación por el desastre económico. Gratitud a los profesionales que se dejan sus vidas sirviendo a los demás. Impotencia por poder  ni siquiera  influir ante  decisiones  políticas  erráticas.  Estupor viendo como la censura  se  infiltra en nuestras vidas. Temor a perder no solo la vida sino algo que vale aún más, libertad y dignidad. Y un desconcierto  infinito porque a las personas mayores que no trabajen en la política las han convertidos a viejos. Aunque  hace unas semanas éramos útiles,  desempeñábamos responsabilidades colectivas, cuidábamos de nuestros ancianos y atendíamos a los nietos. Sí, hoy nos hemos convertido por real decreto en viejos confinados a los que  se trata  como si fueran niños. Para colmo, se empeñan en cuidarnos  con  un proteccionismo enfermizo que atonta,  y que  mata más que esta “peste roja” que llego de China.

¡Señores, ustedes, los que cobran por pensar¡ No se dan cuentan  que el tramo de edad que va de los 65 a los 87, que es la longevidad media española, tiene muchos matices. Es que  no se puede permitir que un maldito virus, por muy coronado que vista, robe a los mayores los mejores años, los últimos  que les quedan por vivir, paralizándolos con decretos colectivistas y achicándolos con el viejo recurso del miedo. Los que estudiamos historia, esa asignatura que tanto detesta la mayoría de los políticos, porque es la madre de la verdad, sabemos de sobra lo que acobarda el miedo, y  que se ha utilizado para perversas ingenierías sociológicas. No, amigos mayores, no se resignen. Porque  no es buen negocio aceptarar el  permiso a  sobrevivir tutelados renunciando al derecho de vivir libres. Srs. Políticos: no se confundan ustedes. Somos mayores, pero no dependientes,  ni inútiles,  ni muchos menos tontos.

Adela Tarifa

50. TIEMPOS DE UTOPÍAS RAZONABLES (VIII)
Dº Francisco Carrillo Montesinos
Académico Emérito +

50

sábado
20 junio
2020

días de la pandemia / 50
Dº Francisco Carrillo Montesinos, Académico Emérito

TIEMPOS DE UTOPÍAS RAZONABLES (VIII)

Quiero más esperanza en mis brazos
que tristeza en mis hombros.
CORAL CORALINA

Jueves 18 de junio. Se hace público que en la República Federativa de Brasil se constata un fallecimiento por minuto como consecuencia de la COVID-19. Detrás de la gélida estadística, la persona concreta sin nombre ni apellidos. Las madrugadas suelen se agitadoras de la memoria. Tres años de acogida en Brasil acumulan una diversidad de recuerdos durmientes. ¿Qué mejor opción despertarlos al filo de la medianoche? Brasil era una fiesta poliédrica que resistía con tambores, trompetas, cançoes y batacudas de sambódromo al poder autoritario y totalizador. Despertaron del sueño amigos para siempre, algunos ya sobrevolando los cielos, como Eduardo Portella, Jorge Amado, Gilberto Gil, Chico Buarque de Holanda, Sonia Braga, Divonzir Guso, Edivaldo Boaventura, P. Casaldáliga, Paolo Freire, Érico Veríssimo, Vinícius de Moraes, Darcy Ribeiro, Oscar Niemeyer, Juscelino Kubitsckek en la oposición, Elis Regina, María Bethânia, Antonio Cabral, Helder Cámara, Caetano Veloso, Roberto Carlos y aquella supercuadra con faz humana en la que me tocó vivir gracias a Lucio Costa…con fondo de candomblé, poesía, sincretismo, música en la calle. Eran tiempos de dictadura en donde nuestro trabajo de cooperación técnica internacional no impedía las caipirinhas a la caída de las tardes con casi todos los citados y en lugares diferentes. En tales circunstancias, en medio de un país continente, el mundo del arte siempre atendía a la llamada de la amistad en Bahía, Brasilia, Río de Janeiro, Porto Alegre, Fortaleza o Recife y Olinda, Sao Paulo y su Bienal, con paso obligado por Ouro Preto hacia Florianópolis, para reencontrar al gran arquitecto Aleijadinho. Y saltaba desabrido al cine, a los conciertos, a las lecturas poética, al arte, y todos al carnaval que convertía el ritmo en expresión de cultura popular. En Goiás, una lucecita que irradiaba la fuerte luz del poemario, la alumbraba Coral Coralina.

Hoy Brasil, querido, respetado y recordado, es uno de los principales focos mortales de la COVID-19 bajo una dirección desabrida al amparo de los Evangélicos en analogía sectaria y enloquecedora con un presidente de los Estados Unidos que rehúsa enmascararse y que posa Biblia en mano ante un templo que instrumentaliza.

Se dice que el actual coronavirus emigró de Europa al hemisferio norte. Está haciendo estragos sobre todo en los descartados de la sociedad: población afro de Nueva York, de amplias zonas de pobreza de países latinoamericanos, en las comunidades indígenas como sociedades de pequeña escala… Las estructuras sanitarias no llegan a todos los rincones. Una UCI es un tesoro escondido. Los cócteles de fármacos, también. Queda un reducido personal sanitario desprovisto y una acción día y noche de las organizaciones de beneficencia, las onegés, con movilización general de pocos sanitarios, de voluntarios aprendices, de misioneros y misioneras y, para algunos, el recurso más a mano es la medicina tradicional con plantas de los diversos bosques, en particular en Amazonia, que no logra destruir al virus y que facilita el tránsito de muerte envuelto por las creencias ancestrales. 

La distancia social resulta prácticamente irrealizable en sociedades muy densas y habituadas a la proximidad y al encuentro en la pobreza. En tales contextos, ¿cómo lavarse las manos si no hay ni agua corriente ni jabón? ¿Cómo desinfectar las favelas sin son cubículos yuxtapuestos en donde vive una familia extensa en hacinamiento y promiscuidad? ¿De qué sirve confinarse en dichas condiciones materiales de vida? También allí como aquí se reparten bolsas de comidas para ir sobreviviendo. También allí como aquí (que ahora felizmente amortiguamos con una renta mínima vital que en poco va a relanzar el consumo) el desempleo tiene mayor incidencia por el peso considerable de la economía sumergida y de la ausencia de poder adquisitivo. El confinamiento es ilusorio para miles y miles de personas que han de salir cada día a las calles para ganarse el sustento cotidiano en un mercado informal en donde no hay ni vendedores ni compradores.

En estos contextos, ¿cómo hacer las estadísticas de las causas de muerte y vida, de infectados y de sanos? Esta interrogante se aplica igualmente a la mayoría de los países del mundo. ¿Cómo aplicar el método comparativo en tales circunstancias? Recuerdo, con referencia a Brasil (pero podría extenderme a muchos otros países) que, al elaborar el Anuario Internacional de Estadísticas de Educación de la UNESCO, había una pregunta clave para calcular la tasa de escolarización en primaria. El porcentaje global daba un resultado, si la memoria no me falla, de un 60% de niños y niñas escolarizados. Pero había una “trampa”, la de la presencia escolar que no se preguntaba. Mientras que en el norte del país las escuelas tenían dos turnos y los niños permanecían tres horas en cada turno, en el sur la permanencia era de seis horas. Las desigualdades regionales en la República federativa eran y son evidentes y el porcentaje total de escolarización primaria falseaba el método comparativo. Esto creo está ocurriendo con las estadísticas mundiales de la COVID-19. En primer lugar, por la identificación para la colecta de los datos; en segundo lugar, por los diagnósticos. Ambos elementos son las caras de una misma moneda. ¿Quién sabía diagnosticar el coronavirus de la COVID-19, y un fallecimiento por este motivo, en diciembre de 2019 o en enero de 2020, en personas con cuadros clínico muy complejos, incluida neumonía doble? Nadie (salvo, quizás, en China). El dictamen final se reducía a paro cardíaco, colapso periférico multiorgánico, paro respiratorio. Ahora, las cosas han cambiado por la experiencia clínica acumulada y por la ayuda de pruebas de laboratorio u otras, a falta de autopsias que, en determinado momento, habrían colapsado a los pocos forenses. Pero no es lo mismo colocarnos, ahora, en Canadá, Corea del Sur, China, Rusia, España o Estados Unidos, que en la precariedad sanitaria de la mayor parte de países de América latina, África, Oriente Medio o India con más de mil millones de habitantes, con profundas desigualdades socio-sanitarias y con amplias zonas de pobreza. Es cierto que todos estos datos pueden entrar en modelos de simulación que nos darán solamente estimaciones y no certezas, lo que ya es algo. 

La globalización tiene sus amplias periferias casi descartadas del progreso. La actual pandemia lo ha puesto de relieve. 

Una pregunta está en la mente de todos (además de la esperada vacuna): ¿Cómo garantizar la seguridad sanitaria y la prevención de nuevas epidemias a nivel internacional? Cuando haya vacuna eficaz, volverán a moverse más de mil doscientos millones de personas; millones de contenedores siguen llegando a los puertos con una enorme diversidad de productos; los cruceros masivos volverán a surcar los mares; el intercambio de personas y el programa Erasmus se reactivarán. Todo ello responde a que somos habitantes de una “casa común” y que las personas humanas necesitan empatía y alteridad para realizarse como personas en un teórico contexto del

bien común que va mucho más allá del interés general. La interconexión global sin duda ha expandido la pandemia, lo que nos lleva a algunas reflexiones para que la comunidad internacional no se reduzca a un latiguillo internacionalista. Habría que empezar por extinguir las condiciones de pobreza y de miseria que existen en el mundo, con una agenda universal con objetivos más a corto plazo. Esto significa miles de billones de inversiones que muchas de ellas serían productivas y tendrían retorno, con un acompañamiento de una educación para todos y una sanidad para todos. Hay que ir a la raíz de los problemas y que toda persona disponga de agua corriente y de jabón para lavarse las manos y para habitar una vivienda decente. Un salario mínimo vital mundial a los descartados para erradicar el hambre y facilitar la higiene. Se trata de presupuestos básicos. A ello añadiría una generalización de la ciencia y un respeto a la diversidad cultural, promoviendo la descongestión de las urbes y de las megalópolis. Se impone una educación particular y sostenida para evitar la destrucción de los ecosistemas y el respeto de la naturaleza, cuyas infracciones contribuyen incluso a catástrofes naturales o a pandemias inducidas. Se debería llegar a un acuerdo internacional para la prohibición del tráfico legal o ilegal de animales “exóticos” o de plantas que pueden ser portadoras de patógenos que no lo son en su ambiente natural. 

Creo es necesario que cada país (y no sólo en Occidente, que también) debería dotarse de una autosuficiencia estratégica en alimentos, sanidad y educación en sus propios contextos culturales. 

Para ello, es necesario una autoridad mundial compartida y ejecutiva. No veo otra institución que la ONU reestructurada y dotada de poderes ejecutivos y, mutatis mutandi, la Unión Europea para los países de Europa.

Puede que la humanidad esté, en estos tiempos de pandemia, desconcertada por la ausencia del Gran Desconocido que, deduzco saltando en el vacío, respeta escrupulosamente la libertad para hacer el bien o para hacer el mal con la que parece nos dotó. (Aquí ya entramos en la metafísica que puede ir en paralelo con la física y, quizás un día, converger en un mundo entrópico). La libertad es el mayor bien que poseemos. A nosotros todos nos toca cultivar la capacidad de discernimiento y reorganizar las condiciones materiales de existencia con soporte cultural y apoyos simbólicos. La COVID-19 es el primer gran reto a la humanidad en su conjunto. Al ser global, la respuesta también ha de ser global desde las especificidades culturales. Una prueba inmediata (esperemos) será el proceso de la vacunación universal. Pero hay otra vacunación coadyuvante: la vacunación mental para que sople el espíritu de la solidaridad y de la compasión.

(20 junio 2020)
Francisco Carrillo Montesinos

49. Serie Cartones Picassianos Dº Fernando de la Rosa Ceballos
Académico de Número y Tesorero +

49

viernes
19 junio
2020

dias de la pandemia/ 49
Dº Fernando de la Rosa Ceballos
Académico de Número y Tesorero

Serie  Cartones Picassianos

 
Título: El baño
Técnica: fotografía y témpera sobre cartón
Dimensiones: 22 x 40 cm.
Año: 2018
(colección particular)
 

 
Título: Bañistas
Técnica: fotografía y témpera sobre cartón
Dimensiones: 22 x 40 cm.
Año: 2018
 

 
Título: Puente de hierro
Técnica: fotografía y témpera sobre cartón
Dimensiones: 22 x 40 cm.
Año: 2018
 

 
Título: La farola
Técnica: fotografía y témpera sobre cartón
Dimensiones:  30 x 22 cm.
Año: 2018
(colección particular )
 

 
Título: Palomas
Técnica: fotografía y témpera sobre cartón
Dimensiones: 30 x 22 cm.
Año: 2018
 

 
Título: Pitas y pencas
Técnica: fotografía y témpera sobre cartón
Dimensiones: 26 x 37,5  cm.
Año: 2018
 

 
Título: Mujeres en la playa
Técnica: fotografía y témpera sobre cartón 
Dimensiones: 26 x 37,5 cm.
Año: 2018
(colección particular)
 

 
Título: Palacio de la Aduana
Técnica: fotografía y témpera sobre cartón
Dimensiones: 37,5 x 26 cm.
Año: 2018
(colección particular)
 

 
Título: Gran sol
Técnica: fotografía y témpera sobre cartón
Dimensiones: 30 x 22 cm.
Año: 2018
 

 
Título: Cierta paloma
Técnica: fotografía y témpera sobre cartón
Dimensiones: 30 x 22 cm.
Año: 2018
 

 
 

48. Faunos Dº Fernando de la Rosa Ceballos
Académico de Número y Tesorero +

48

jueves
18 junio
2020

dias de la pandemia/ 48
Dº Fernando de la Rosa Ceballos
Académico de Número y Tesorero

FaunosTécnica: Fotografía y óleo sobre cartón
Dimensiones: 70 x 100cm.
Año: 2018

47. TIEMPOS DE UTOPÍAS RAZONABLES (VII)
Dº Francisco Carrillo Montesinos
Académico Emérito +

47

lunes
15 junio
2020

días de la pandemia / 47
Dº Francisco Carrillo Montesinos, Académico Emérito

TIEMPOS DE UTOPÍAS RAZONABLES (VII)

La reclusión frente a la COVID-19 me ha llevado a rememorar el discreto encanto de la diplomacia silente y a desvelar unos hechos inéditos de otra reclusión forzosa, atroz, dolorosa y terrorífica. Era martes 13 de noviembre de 1979, bien entrada la tarde. Tras superar la rampa del aparcamiento de la UNESCO en París, solía conectar el programa internacional de Radio Nacional de España. La noticia me sobrecogió: ETA reivindica el secuestro de Javier Rupérez, diplomático, responsable de Relaciones Internacionales de UCD. Giro por la plaza Fontenoy, regreso al aparcamiento de la UNESCO, subo al despacho del Director General Amadou-Mahtar M’Bow quien, extrañado de mi urgencia, me pregunta: ¿qué pasa? Le respondo: que ETA ha secuestrado a un amigo, demócrata, y que tendríamos que hacer algo en su favor. Y, sin dudar, me interpela: propuestas. Sabía, por proximidad de trabajo, que era un ejecutivo de altos vuelos y en el ascensor yo había barajado varias sugerencias para la acción. Le dije dos posibilidades que podemos combinar: solicitar de Yasir Arafat, Presidente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), una intervención pública solicitando la liberación de Rupérez y tantear a un clérigo vasco ex funcionario de la UNESCO. El Director General reaccionó con estas breves palabra: ejecución, pero en secreto. Comprendí de inmediato que era el Director General quien asumía las gestiones de «diplomacia secreta» por razones humanitarias. El gobierno español no fue informado para evitar toda publicidad ineficaz. A reglón seguido, fui al despacho de Federico Mayor Zaragoza que era Director Adjunto de la UNESCO, correligionario de Javier Rupérez en UCD. Estaba informado del secuestro y apoyó plenamente las gestiones secretas que se iban a llevar a cabo en nombre del Director General de la UNESCO.

A Javier Rupérez lo conocí en la década de 1960 con otros que resultaron fieles amigos en la diversidad como Óscar Alzaga, Gregorio Peces-Barba (al que Javier dedicó un sentido obituario en La Tercera de ABC, “Mi amigo Gregorio”, 25/7/2012), Tomás de la Cuadra Salcedo, Fernando Ledesma, Pedro Altares, Santiago Rodríguez Miranda, Virgilio Zapatero, Ignacio Camuñas, Eugenio Nasarre, Gregorio Marañón Bertrán de Lis y otros que a veces compartíamos mesa en «El Mesón del Conde». Yo había descubierto «la cuestión palestina», referencia fundamental de este relato, desde «Signo» y «Cuadernos para el Diálogo». Todos acompañantes de Joaquín Ruíz-Giménez en la difícil tarea del diálogo que llegó a contribuir a abrir las puertas de La Transición. Recuerdo que con Javier organizamos una mesa redonda sobre Palestina movidos por la ética de la solidaridad. En aquel entonces transitábamos todos por la Unión de Jóvenes Demócratas Cristianos (UJDC), que fundamos muy próximos de Aldo Moro, y por la Unión de Estudiantes Demócratas (UED) de inspiración democristiana.

La gestión con Arafat fue muy eficaz. La OLP estaba reconocida por la UNESCO y por la ONU como entidad no gubernamental. De esta tarea me encargué inmediatamente a través de un canal no administrativo con acceso directo. El mensaje era muy claro: Presidente Arafat, el Director General de la UNESCO le pide que haga una intervención pública para que ETA libera al Sr. Javier Rupérez, diplomático español y amigo de Palestina (se hizo referencia a la mesa redonda en Madrid en los años de 1960 sobre la cuestión palestina). Arafat decidió sin dudarlo y, a través de la agencia palestina de prensa, lanzó públicamente la solicitud de liberación. Era esencial que la intervención de Arafat la hiciera pública. Y así fue.

La otra gestión con un canónigo vasco, jubilado de la UNESCO, llevó tres días. Se trataba del P. Alberto de Onaindía Zuloaga (1902-1988) que trabajó en París, ya exilado, en los servicios de lengua española de la UNESCO y que paralelamente desarrollaba por su cuenta un programa en Radio Francia Internacional bajo el seudónimo de «Padre Olaso». En esos tiempos, yo no estaba en la UNESCO. El clérigo Onaindía fue un destacado “mediador” del Partido Nacionalista Vasco (PNV), –partido democristiano–, durante la Guerra de España e introductor de la Doctrina Social de la Iglesia en el País Vasco, llegando a entrevistarse con Ángel Herrera Oria (Abogado del Estado, quien después sería obispo de Málaga y Cardenal de España) cuando se barajó la posibilidad, antes de la guerra, de que el PNV se integrara en la CEDA, confederación de partidos católicos. Asocié al escritor español Francisco Fernández Santos que trabajaba en ese servicio de lengua española de la UNESCO y que había conocido al clérigo Onaindía. Logramos encontrar su dirección y teléfono en los archivos del personal de la UNESCO. Le pedimos, sin más preámbulo: El Director General de la UNESCO le solicita, si puede, haga algo en favor de la liberación del Sr. Rupérez por ETA. (Naturalmente sabíamos que el clérigo era un nacionalista vasco con historial en ese entorno). Y subrayamos: el Director General tiene mucho interés en este caso. (Años antes, el Director General le llegó a prolongar el contrato dos años más de la fecha de jubilación porque era muy dotado en lengua española). El «Padre Olaso» fue tajante: Vivo en San Juan de Luz jubilado y voy a ver lo que puedo hacer. Vuelvan a llamarme a este teléfono pasado mañana a tal hora. La nueva llamada dio el siguiente resultado: el comando es muy joven, piensan que se equivocaron al marcar al Sr. Rupérez como objetivo y desean soltar el paquete. Pero piden a la UNESCO que obtenga el cese de los acosos de la policía española. Nuestra respuesta fue contundente: El Director General de la UNESCO hace esta gestión personal como acción paralela y coadyuvante y ha considerado oportuno no informar al gobierno español. Por consiguiente, no es de recibo la petición que nos transmite. He de añadir que incluso el que presidía en España el «comité en pro de la liberación de Javier Rupérez», que fue Joaquín Ruíz-Giménez, nuestro maestro y amigo, además muy vinculado al Director General de la UNESCO Amadou-Mahtar M’Bow y al Director Adjunto Federico Mayo Zaragoza, no fue informado de estas gestiones de «diplomacia humanitaria personal y secreta» del Director General de la UNESCO. Nadie fue informado. La más mínima filtración hubiera neutralizado tales gestiones.

Pasados los años, sólo tres personas han guardado con total discreción la información que hoy aquí se narra por primera vez, por imperativo de la “obligación de reserva” en la función pública internacional, imperativo que hoy ya no es vinculante tras 41 años de los hechos. Asunto cerrado.

No hace mucho, en un apartado en la sede de la Real Academia de Ciencias Morales y Política, en el Palacio de los Lujanes de la Plaza de la Villa de Madrid, hablaba de estos hechos con Javier Rupérez, también Académico Correspondiente de dicha Corporación. Le había puesto al corriente muchos años después. En ese momento de reencuentro entrañable, Javier Rupérez me comunicó: Estoy convencido de que la intervención pública del presidente Arafat y, añadió, del Papa Wojtyla (Juan Pablo II), fueron decisivas para mi liberación. Y tiene esta conjetura cierta lógica: si «querían soltar el paquete», –como nos dijo el clérigo vasco–, sólo dos posibilidades, o asesinado o vivo. Afortunadamente lo dejaron con vida el 12 de diciembre de 1979 a unos kilómetros de Burgos. El discreto encanto de la diplomacia silente a ras de tierra.

Francisco Carrillo Montesinos
(Publicado en el Diario SUR/Vocento, 12.6.2020)

46. CUANDO LAS ESTACIONES
Dª Maria Victoria Atencia
Académica de Número +

46

sábado
13 junio
2020

días de la pandemia / 46
Dª Maria Victoria Atencia, Académica de Número

CUANDO LAS ESTACIONES

Cuando las estaciones o los años,
cuando el viento, cuando –puede ocurrir-
se trate de tu vida y se disponga
un beso aun en el borde de tus labios,
ya residuo final, testimonio de otros
tiempos con no menos disposición que ésta,
acógete al espléndido otoño, a sus hacinas
de bárbaro fulgor –como decía Hopkins-
y apresta entonces tu deslustrado corazón:
la vida empieza ahora.
Maria Victoria Atencia

45. CONSUELO Y MARGA GIL ROËSSET
Dª Mari Pepa Lara García
Académica de Número +

45

viernes
12 junio
2020

días de la pandemia / 45
Dª Mari Pepa Lara García, Académica de Número

CONSUELO Y MARGA GIL ROËSSET

Preliminar

En estos meses de pandemia y reclusión en nuestras casas, después de leer, escribir, ordenar armarios y libros, me puse a revisar  y clasificar mis artículos. Algunos de ellos lo había escrito y publicados hacía bastantes años; entre ellos, encontré este que ahora les remito, sobre las hermanas Gil Roësset,  que recuerdo fue publicado en una revista de un pueblo, y por lo tanto,  tuvo poca difusión. Creo que, después de tantos años, en la web de la Academia puede alcanzar mayor difusión, y pienso que puede ser interesante recordar la historia de estas dos hermanas; sobre todo, Consuelo es la más desconocida, pese a la importancia de su labor como editora, en unos años en los que no era corriente que una mujer ocupase este puesto.

En su momento, escribí este artículo en memoria de mi hermano Antonio, junto al que en mi infancia y juventud, leí   tantos “tebeos”, como a nosotros nos gustaba definirlos, y no “comic”, como se le denomina ahora. Además, con los años, mi hermano se convirtió en un experto en “tebeos”, escribiendo varios libros y artículos sobre el tema. A él va dedicado este artículo.

Introducción

Del matrimonio de Julián Gil y Margarita Roësset  nacieron: Consuelo, 1905; Marga, 1908; Pedro, 1910 y Enrique, 1912, en el seno de una familia acomodada, con grandes inquietudes artísticas. Educaron a sus hijos, cuidadosamente, llevando a las hijas a estudiar a las ursulinas y, haciéndoles aprender piano, violín  y francés, como a todas las niñas de aquella época, de buena familia.

Marga nació enfermiza y, aunque los médicos llegaron a desahuciarla, el tesón, el amor  y el cuidado de su madre  lograron sacarla adelante. Por esta razón, la relación  de Marga con su madre, a causa de su enfermedad, era absolutamente dependiente.

Consuelo y Marga Gil

Tanto Consuelo como Marga eran bellísimas, como también lo era  su madre, mujer elegantísima y muy religiosa, de cuya educación de sus hijos se ocupó personalmente. Las dos hermanas hablaban cuatro idiomas, viajaban, asistían a conciertos, exposiciones;  Consuelo,  escribía y, Marga, dibujaba.

Consuelo era alta, esbelta, rubia, elegante, de piel blanca y transparente, con ojos azules. Marga también era alta, grácil, seria y profunda. Sus ojos color de miel, más morena que su hermana y, su pelo, castaño, Era de una belleza menos espectacular que la de Consuelo, pero, quizá,  más atractiva, con una belleza andrógina y, por las fotos que conocemos, no parecía muy preocupada por su aspecto, muy natural, nada sofisticado.

Consuelo Gil  Roësset, primera editora española de revistas

Los inicios artísticos de las dos hermanas  comenzaron paralelos, como veremos más adelante, aunque años después, la tragedia las separó.  Consuelo Gil se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad Complutense; con gran experiencia en Literatura infantil, fue alumna del pintor Benedicto y, de Pedro Sáinz  Rodríguez, catedrático de Bibliografía.

Cuando estalló la Guerra Civil, se encontraba veraneando en San Sebastián con sus tres hijos: Paloma, Atoín y Jose María, viéndose  obligada a trabajar como redactora en las revistas que se publicaban en esa ciudad: “Pelayos” bajo la dirección de Fray Justo Pérez de Urbel;  “La Ametralladora” y “Mujer”, revista esta última de la que, además, era directora. Mientras, su marido, José María Franco, intentaba sobrevivir en Madrid.

Consuelo Gil tenía en mente  sacar una revista que no cayera en la línea exagerada de intencionalidad política y religiosa que tenía “Pelayos”.  Juan Baygual, industrial catalán,  le  ofreció  financiar  la revista que  ella  deseaba   hacer. Así nació “Chicos”, el 23 de febrero de 1938, cuya autorización consiguió la editora de las autoridades de Burgos,  en edición  bicolor y con un tamaño similar al de “Pelayos” El que, en esa época fuese ministro de Cultura, Sáinz Rodríguez, fue decisivo para conseguir la autorización.


Chicos”, Cuto, 1949

Los autores fundamentales de “Chicos” fueron: Castanys, Mercedes  Llimona y Carmen Parra, a quienes se deben  la mayoría y las mejores historietas publicadas en los inicios de la revista. Por esta causa, uno de los datos más  característicos  del primer “Chicos” es el hecho de que, en  su origen se produjo, un claro predominio femenino y, ello contribuyó a darle a la revista un tono particular. Aunque, no hay que olvidar el contexto histórico en que nació la revista, una zona en estado de guerra, y un periodo en el  que, sobre escritores y dibujantes se acumulaban, además, las presiones implícitas en la Ley de prensa de abril de 1938, según la cual, los autores quedaban al servicio de las intenciones propagandistas oficiales. Por esta razón, “Chicos” en su primera versión, aparecían banderas, uniformes falangistas…Pero, sólo unos años después, en 1944, el libro, con idéntico título, recoge las ilustraciones primeras, en una nueva disposición espacial, pero con portada original, dibujada por el mismo artista para la presentación en forma de libro, y los dibujos fueron convenientemente  modificados para borrar esos signos ideológicos.

mar

“Flechas y Pelayos”, cuyo primer número  apareció el 11 de diciembre de 1938, era el fruto de la fusión de las revistas “Pelayos” y “Flechas”, impuesta por el Ministerio del Interior, a  su director,  Fray Justo Pérez de Urbel.

Parece ser que,  a finales de 1938, Consuelo Gil, quien figuraba como directora de “Chicos” y empleada de Juan Baygual,   fue convocada a Burgos para que se le entregara la orden de incautar la publicación, probablemente para cerrarla, dado que las funciones de adoctrinamiento juvenil las cumplía su competidora, “Flechas y Pelayos” y; por lo tanto, sobraba una de las dos. Consuelo defendió valientemente su proyecto y, convenció a las autoridades burgalesas para seguir con las dos revistas y, además consiguió que, Baygual fuera indemnizado, al incautar la revista,  por su aportación económica inicial.

Los colaboradores pudieron simultanear su trabajo en una y otra, durante su primera etapa. Pero, cuando terminó la Guerra, ambas revistas trasladaron su redacción a Madrid. Y a partir de esa fecha, se pudo aprecia el distanciamiento evidente entre ambas. Otros colaboradores, Gabi, Federico Blanco, Moro, Zata…, se fueron incorporando a la empresa de Consuelo Gil.

La disparidad de presentación entre ambas revistas se fue haciendo cada vez menor a medida de que “Chicos” incorpora el color y; sobre todo, su nivel estético creció de modo incomparable,  cuando llegaron a la revista los dibujantes, Emilio Freixas,  en 1939  -quien permaneció diez años en dicha revista-;  y un poco después se les uniría Jesús Blasco y sus hermanos, Alejandro y Pilar; en 1945 se incorporó  Mariano Zaragüeta… Y ya en 1942,  logró comprar la revista y adaptarla a su propio estilo, creando su propia editorial  Gilsa (Consuelo Gil, S. A.).

En las secciones culturales y literarias hubo firmas excepcionales: María Asunción Plantín, la misma Consuelo, con diversos seudónimos, Javier de Olavide  y, sobre todo, Marisa Villardefrancos (1915-1975) y;  su hermana Gloria, quien firmaba con el seudónimo de Legrand, su segundo apellido. Marisa, posteriormente, publicó numerosas novelas en la colección “Biblioteca Chicas”.

Consuelo Gil, en sus revistas, logró reunir un plantel de colaboradores  auténticamente excepcional e irrepetibles y, aunque ella cuidaba de forma especial la unidad de la revista, algunos personajes destacaron con luz propia, caso de Cuto y Anita Diminuta, ambos  de Jesús Blasco. El nivel más alto del trabajo de la editora y sus colaboradores se manifestó, muy pronto, en los números extraordinarios, denominados “Almanaques”.

Sin embargo, Consuelo no se inventó totalmente su producto, que fue elaborando poco a poco, con un envidiable sentido ecléctico, además de recoger varias aportaciones de  las publicaciones extranjeras más importantes del momento.

La influencia de “Chicos”, de su estilo inimitable se advierte, prácticamente sin excepción, en todos los dibujantes e ilustradores desde comienzo de los cuarenta hasta  los sesenta.

A comienzos de los cincuenta, terminó “Flechas y Pelayos”; la publicación de Consuelo aguantó unos pocos  años más, gracias a una disminución de tamaño a la mitad del formato, hasta 1952, con una etapa bajo la denominación de  “Chicos Deportivo”. Volverá a resurgir, en 1954, ahora con el sello de Editorial Cid   -que había sustituido a Gilsa-, y nuevos colaboradores, permaneciendo hasta 1956; finalizando definitivamente a finales de ese año, con la cual concluyó una etapa de la edición española, sin posibilidades de continuidad.

“Mis Chicas”, la primera revista femenina española

Mientras, el 2 de abril de  1942, apareció “Mis Chicas” la primera revista de historietas dedicada al público femenino español. En el primer número (13×11 centímetros)  empezaban las andanzas de Anita Diminuta, que “era una niña que había nacido dentro de una campanilla”,  de Jesús Blasco.

En aquellos años, las revistas autorizadas gozaban de un cupo fijo de papel prensa que, a veces, debido a las dificultades  -comenzaba la segunda  guerra mundial-, podía desaparecer, momentáneamente.  Consuelo, al reducir el formato de “Chicos”, lo que representaba un sobrante de papel, le encargó a Jesús Blasco la realización de esta revista, pequeña y alargada, que quería dedicar a las niñas españolas. Debido al éxito sorprendente de la publicación,  pudo conseguir un aumento en los cupos oficiales para mejorar la revista. A mediados de  1942, “Mis Chicas” agrandó su formato (24×18 cm.), subiendo su precio a 25 céntimos. En las portadas ya no está Anita Diminuta  -pasando  a la contraportada-, sino ilustraciones a todo color con algún motivo religioso, pedagógico o de humor.

En “Mis Chicas” colaboraron casi todos los dibujantes de “Chicos”. Aunque los grandes animadores  de la revista fueron los hermanos Blasco. Aparte de Jesús, Alejandro dibuja series inspiradas.  Pero la gran inspiradora es Pilar Blasco, quien aparte de sus colaboraciones en  “Mariló” o varias portadas, su estilo se perfecciona a partir de series como, El castillo de Oro, con guiones de J. Canellas.

“Mis Chicas” siguió publicándose ininterrumpidamente hasta el año 1950, en que es sustituida por “Chicas”, una publicación totalmente diferente. Durante esos nueve  años de vida, la influencia y difusión  de la revista  fue enorme; aunque la publicación se anunciaba “con censura eclesiástica para niñas mayores de 7 años”, la edad de las lectoras era mayor. Ya a finales de 1942, la media de las solicitudes de correspondencia era de 12, 15  e  incluso de 17 años. Quizá se debiera a que no había otras revistas femeninas con que competir. “Mis Chicas” inauguró un género, fue el punto de partida de todos los tebeos femeninos  españoles.

La revista “Chicas”,  fue denominada por Consuelo “la revista de los 17 años”,  ya que, ésta había calculado la edad que más menos tendrían entonces las lectoras que habían empezado a leer la primera en 1942.  Pero,   el   nuevo producto, ya no era de historietas  -con alguna excepción- sino relatos seriados de firmas cercanas  a la editora: Marisa y Gloria  Villardefrancos; Borita Casas   y, Gloria  Fuertes; entre otras.

Liboria  Casas Regueiro  -Borita Casas- (1911-1999), trabajaba como locutora y; también  como guionista, en Radio Nacional y en  Radio Madrid. El personaje de “Antoñita la Fantástica”, con ilustraciones de Mariano Zaragüeta,  nació, pues,  en la radio. Consuelo la llamó para que escribiese, por entregas, historias de  su personaje en “Chicas”. El éxito fue arrollador y; a partir de 1948, Gilsa publico doce títulos en forma de libro; el último de ellos “El álbum de Antoñita la Fantástica” en 1958.

La última entrega de esta colección se reeditó, con el título “Antoñita, aprendiz de mujer”, en 1984, junto a otras siete obras, en un intento de actualizar estas creaciones. Tales iniciativas resultaron un fracaso, y también, los intentos de llevar a estos personajes al cine  o a  la televisión. “Antoñita la Fantática” era un personaje de su tiempo y, éste ya había pasado.

La revista contó con las ilustraciones de los mejores artistas del momento en su género, con reseñas de cine, radio  -en los sesenta, también de televisión-, canciones, modelos y cocina.

En 1952 la editora Gilsa  presentó  la  “Biblioteca Chicas”, con dos colecciones: “La ardilla Escocesa”, para los catorce años y; la denominada “Y échate a volar”, para chicas mayores y mujeres adultas. La primera fue de corta duración, pero la segunda tuvo una larga trayectoria hasta finales de los sesenta.

De 1952 a 1960 Marisa Villardefrancos es la autora que más novelas tiene en la colección; varias de ellas habían aparecido  previamente en “Chicas” por entregas;  las de más calidad, fueron, incluso, adaptadas a la radio,  Cadena Ser, con un gran éxito.      

La hazaña de esta gran editora, además del hecho de ser mujer, en un periodo conflictivo para éstas, cuando casi sólo se les permitían ser amas de casas, permanece como un ejemplo inalcanzable   -en un puesto, al que sólo podían  acceder los hombres, en aquellos momentos, en España-,  de talento e inventiva inigualables.

Consuelo Gil falleció en  Madrid  el año  1995 a los 90 años.

Marga Gil  Roësset, dibujante y escultora

En 1920, se publicó “El niño de oro”, basado en un cuento de su hermana Consuelo, con dibujos de Marga, editado en París por Plon.  Tenía 12 años.  En 1923, también en París, ambas hermanas publicaron “Rose des Bois”, en cuyos dibujos, Marga consiguió un barroquismo de elaboración.  A partir de esa fecha, dando un giro absoluto, se dedicó a esculpir. Su madre la llevó al estudio de Victorio Macho, quien se negó a darle clase por no estropear su talento creativo. Sus esculturas no tenían ninguna influencia externa, era totalmente autodidáctica.

En 1930, a los 22 años, presentó un “Adán y Eva” a la  Exposición Nacional y fue todo un éxito.

A principios del año 1932, en un concierto, la  austriaca Olga Baur Pilecka les presentó a Juan Ramón Jiménez y a Zenobia Camprubí, traductora de Tagore. Las dos hermanas eran lectoras del  poeta hindú.  Marga, desde ese momento,  sintió gran admiración por ella y;  decidió de inmediato hacer una escultura de ambos.

Marga Gil en su estudio

A partir de ese instante, la pasión de aquella frágil Marga,  que esculpía en granito y en piedra, se volcó en un hombre que no se dio cuenta, no calibró el daño que podía hacerle con aquel continuo y medido coqueteo que practicaba siempre, con la legión de jovencitas de talento que le rodeaban, con su beneplácito y el de Zenobia. La falta de visión de Juan Ramón, un hombre hecho a sus 51 años, le impidió cortar aquel amor cuando surgía y apartarlo.

Marga quedó fascinada por la presencia y la poesía de Juan Ramón, quien entonces,  era ya  un poeta consagrado.  Éste le deslumbró, porque fue el único que le había hablado de lo eterno, del arte, de Dios, del infinito.

Se convirtió en una asidua del hogar del matrimonio Jiménez. Buscaba sin cesar excusas para visitarlos. Podía parecer una más, dentro de las admiradoras del poeta. Pero Marga  era distinta. Juan Ramón le había dicho en una ocasión: Me gustaría ir destruyendo todos los libros antiguos, anteriores a 1915”.  Por ello, Marga  robaba ediciones de libros,  anteriores a esa fecha, en bibliotecas privadas y,  se los ofrecía al poeta para que él los inmolara.

Se ofreció a realizar un busto de Zenobia y, otro de Juan Ramón. Sólo terminó el primero  -la última obra que realizó-; de la cual diría el poeta: “Mi mujer dijo que parecía que la estaba haciendo brotar, como una fuente, de la tierra”.

En junio Marga se encontraba muy mal, no se sentía capaz de esculpir la cabeza del poeta. Tenía planeado ir a París, pero aplazó el viaje.

Ocho días antes de su suicidio empezó a escribir un diario destinado a Juan Ramón. Para él se hace, también, una foto que le dedica. “Juan Ramón, siento que la muerte no te da vértigo”.

El 28 de julio de 1932 destruye todas las obras que tenía en el taller, menos el busto de Zenobia, al cual cubre con un paño negro. No quiere que la recuerden por su arte. Se arregla detenidamente y, pasa por la casa del Juan Ramón por última vez. El poeta, distraído, la recibe sin prestarle  mucha atención. Ella deja sobre la mesa su pequeño diario. Juan Ramón  lo guardó sin decirle nada a la familia.

Un taxi la deja en Las Rozas,  en el chalé de su tío Eugenio; allí escribe tres cartas: a su hermana Consuelo, a sus padres y a Zenobia:

Marga Gil

Perdonadme por ser tan egoísta…Mamá, no te desesperes pensando en la pena eterna. Matarse es una crueldad horrible para vosotros, pero aparte de eso no es siquiera malo. Y justamente porque creo en Dios lo siento así”.

  Después, con el revólver de su abuelo,  que había robado del despacho de su padre, se pegó un tiro en la sien.  No murió en el acto, Juan Ramón la velaría durante las horas de su agonía. Su padre murió a principios de 1934, a los 54 años y, su madre muy poco después; ambos reposan junto a su hija en el cementerio de Las Rozas.

En su obra “Españoles de  tres  mundos” Juan Ramón escribió sobre Marga: “Sentada tenía una actitud de energía, brazos musculosos, morenos, heridos siempre de su oficio, duros. Y al mismo tiempo ¡tan frágil¡ Llevaba el alma fuera, el cuerpo dentro…”  Y en otra ocasión, comentó el poeta: “Marga nos tomó como pretexto para su historia”.

Zenobia en sus memorias inéditas dejó escrito: “Marga, que duro fue tu paso por nuestras vidas”.

Después de su muerte,  en 1933, se publicó  un libro de “Canciones de niños y de mamás”,   música de José Mª Franco, marido de Consuelo, con textos en francés de ésta y,  tres ilustraciones de Marga. “El niño de oro” tenía muchas ilustraciones barrocas, hechas a pluma con algo de color, parecían más grabados que dibujos. Éstos eran completamente distintos. En los once años transcurridos entre las ilustraciones de “Rose des Bois” y las “Canciones de niños…”, Marga había evolucionado como otros artistas podían hacerlo a lo largo de su vida.

Toda la obra escultórica que queda de Marga consisten en  veintiséis  figuras, de varios tamaños, duras, fuertes, de granito, vanguardistas, viriles. Sus  temas: ingenuos,  orientales, pero de un dominio técnico asombroso.

En el año 2008, con motivo del centenario de su nacimiento,  se realizó una exposición en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.  La muestra constaba con cerca de cien dibujos y acuarelas, veinte esculturas y, un gran número de cuentos ilustrados por ella; además de numerosas fotografías familiares.  Fue un merecido homenaje a una mujer, quien,  de no haber fallecido tan trágicamente, hubiera alcanzado el éxito que merecía  por su asombrosa técnica  e imaginación creadora.

Mari Pepa Lara García

50. TIEMPOS DE UTOPÍAS RAZONABLES (VIII)
Dº Francisco Carrillo Montesinos
Académico Emérito +

50

jueves
18 junio
2020

días de la pandemia / 50
Dº Francisco Carrillo Montesinos, Académico Emérito

TIEMPOS DE UTOPÍAS RAZONABLES (VIII)

Quiero más esperanza en mis brazos
que tristeza en mis hombros.
CORAL CORALINA

Jueves 18 de junio. Se hace público que en la República Federativa de Brasil se constata un fallecimiento por minuto como consecuencia de la COVID-19. Detrás de la gélida estadística, la persona concreta sin nombre ni apellidos. Las madrugadas suelen se agitadoras de la memoria. Tres años de acogida en Brasil acumulan una diversidad de recuerdos durmientes. ¿Qué mejor opción despertarlos al filo de la medianoche? Brasil era una fiesta poliédrica que resistía con tambores, trompetas, cançoes y batacudas de sambódromo al poder autoritario y totalizador. Despertaron del sueño amigos para siempre, algunos ya sobrevolando los cielos, como Eduardo Portella, Jorge Amado, Gilberto Gil, Chico Buarque de Holanda, Sonia Braga, Divonzir Guso, Edivaldo Boaventura, P. Casaldáliga, Paolo Freire, Érico Veríssimo, Vinícius de Moraes, Darcy Ribeiro, Oscar Niemeyer, Juscelino Kubitsckek en la oposición, Elis Regina, María Bethânia, Antonio Cabral, Helder Cámara, Caetano Veloso, Roberto Carlos y aquella supercuadra con faz humana en la que me tocó vivir gracias a Lucio Costa…con fondo de candomblé, poesía, sincretismo, música en la calle. Eran tiempos de dictadura en donde nuestro trabajo de cooperación técnica internacional no impedía las caipirinhas a la caída de las tardes con casi todos los citados y en lugares diferentes. En tales circunstancias, en medio de un país continente, el mundo del arte siempre atendía a la llamada de la amistad en Bahía, Brasilia, Río de Janeiro, Porto Alegre, Fortaleza o Recife y Olinda, Sao Paulo y su Bienal, con paso obligado por Ouro Preto hacia Florianópolis, para reencontrar al gran arquitecto Aleijadinho. Y saltaba desabrido al cine, a los conciertos, a las lecturas poética, al arte, y todos al carnaval que convertía el ritmo en expresión de cultura popular. En Goiás, una lucecita que irradiaba la fuerte luz del poemario, la alumbraba Coral Coralina.

Hoy Brasil, querido, respetado y recordado, es uno de los principales focos mortales de la COVID-19 bajo una dirección desabrida al amparo de los Evangélicos en analogía sectaria y enloquecedora con un presidente de los Estados Unidos que rehúsa enmascararse y que posa Biblia en mano ante un templo que instrumentaliza.

Se dice que el actual coronavirus emigró de Europa al hemisferio norte. Está haciendo estragos sobre todo en los descartados de la sociedad: población afro de Nueva York, de amplias zonas de pobreza de países latinoamericanos, en las comunidades indígenas como sociedades de pequeña escala… Las estructuras sanitarias no llegan a todos los rincones. Una UCI es un tesoro escondido. Los cócteles de fármacos, también. Queda un reducido personal sanitario desprovisto y una acción día y noche de las organizaciones de beneficencia, las onegés, con movilización general de pocos sanitarios, de voluntarios aprendices, de misioneros y misioneras y, para algunos, el recurso más a mano es la medicina tradicional con plantas de los diversos bosques, en particular en Amazonia, que no logra destruir al virus y que facilita el tránsito de muerte envuelto por las creencias ancestrales. 

La distancia social resulta prácticamente irrealizable en sociedades muy densas y habituadas a la proximidad y al encuentro en la pobreza. En tales contextos, ¿cómo lavarse las manos si no hay ni agua corriente ni jabón? ¿Cómo desinfectar las favelas sin son cubículos yuxtapuestos en donde vive una familia extensa en hacinamiento y promiscuidad? ¿De qué sirve confinarse en dichas condiciones materiales de vida? También allí como aquí se reparten bolsas de comidas para ir sobreviviendo. También allí como aquí (que ahora felizmente amortiguamos con una renta mínima vital que en poco va a relanzar el consumo) el desempleo tiene mayor incidencia por el peso considerable de la economía sumergida y de la ausencia de poder adquisitivo. El confinamiento es ilusorio para miles y miles de personas que han de salir cada día a las calles para ganarse el sustento cotidiano en un mercado informal en donde no hay ni vendedores ni compradores.

En estos contextos, ¿cómo hacer las estadísticas de las causas de muerte y vida, de infectados y de sanos? Esta interrogante se aplica igualmente a la mayoría de los países del mundo. ¿Cómo aplicar el método comparativo en tales circunstancias? Recuerdo, con referencia a Brasil (pero podría extenderme a muchos otros países) que, al elaborar el Anuario Internacional de Estadísticas de Educación de la UNESCO, había una pregunta clave para calcular la tasa de escolarización en primaria. El porcentaje global daba un resultado, si la memoria no me falla, de un 60% de niños y niñas escolarizados. Pero había una “trampa”, la de la presencia escolar que no se preguntaba. Mientras que en el norte del país las escuelas tenían dos turnos y los niños permanecían tres horas en cada turno, en el sur la permanencia era de seis horas. Las desigualdades regionales en la República federativa eran y son evidentes y el porcentaje total de escolarización primaria falseaba el método comparativo. Esto creo está ocurriendo con las estadísticas mundiales de la COVID-19. En primer lugar, por la identificación para la colecta de los datos; en segundo lugar, por los diagnósticos. Ambos elementos son las caras de una misma moneda. ¿Quién sabía diagnosticar el coronavirus de la COVID-19, y un fallecimiento por este motivo, en diciembre de 2019 o en enero de 2020, en personas con cuadros clínico muy complejos, incluida neumonía doble? Nadie (salvo, quizás, en China). El dictamen final se reducía a paro cardíaco, colapso periférico multiorgánico, paro respiratorio. Ahora, las cosas han cambiado por la experiencia clínica acumulada y por la ayuda de pruebas de laboratorio u otras, a falta de autopsias que, en determinado momento, habrían colapsado a los pocos forenses. Pero no es lo mismo colocarnos, ahora, en Canadá, Corea del Sur, China, Rusia, España o Estados Unidos, que en la precariedad sanitaria de la mayor parte de países de América latina, África, Oriente Medio o India con más de mil millones de habitantes, con profundas desigualdades socio-sanitarias y con amplias zonas de pobreza. Es cierto que todos estos datos pueden entrar en modelos de simulación que nos darán solamente estimaciones y no certezas, lo que ya es algo. 

La globalización tiene sus amplias periferias casi descartadas del progreso. La actual pandemia lo ha puesto de relieve. 

Una pregunta está en la mente de todos (además de la esperada vacuna): ¿Cómo garantizar la seguridad sanitaria y la prevención de nuevas epidemias a nivel internacional? Cuando haya vacuna eficaz, volverán a moverse más de mil doscientos millones de personas; millones de contenedores siguen llegando a los puertos con una enorme diversidad de productos; los cruceros masivos volverán a surcar los mares; el intercambio de personas y el programa Erasmus se reactivarán. Todo ello responde a que somos habitantes de una “casa común” y que las personas humanas necesitan empatía y alteridad para realizarse como personas en un teórico contexto del

bien común que va mucho más allá del interés general. La interconexión global sin duda ha expandido la pandemia, lo que nos lleva a algunas reflexiones para que la comunidad internacional no se reduzca a un latiguillo internacionalista. Habría que empezar por extinguir las condiciones de pobreza y de miseria que existen en el mundo, con una agenda universal con objetivos más a corto plazo. Esto significa miles de billones de inversiones que muchas de ellas serían productivas y tendrían retorno, con un acompañamiento de una educación para todos y una sanidad para todos. Hay que ir a la raíz de los problemas y que toda persona disponga de agua corriente y de jabón para lavarse las manos y para habitar una vivienda decente. Un salario mínimo vital mundial a los descartados para erradicar el hambre y facilitar la higiene. Se trata de presupuestos básicos. A ello añadiría una generalización de la ciencia y un respeto a la diversidad cultural, promoviendo la descongestión de las urbes y de las megalópolis. Se impone una educación particular y sostenida para evitar la destrucción de los ecosistemas y el respeto de la naturaleza, cuyas infracciones contribuyen incluso a catástrofes naturales o a pandemias inducidas. Se debería llegar a un acuerdo internacional para la prohibición del tráfico legal o ilegal de animales “exóticos” o de plantas que pueden ser portadoras de patógenos que no lo son en su ambiente natural. 

Creo es necesario que cada país (y no sólo en Occidente, que también) debería dotarse de una autosuficiencia estratégica en alimentos, sanidad y educación en sus propios contextos culturales. 

Para ello, es necesario una autoridad mundial compartida y ejecutiva. No veo otra institución que la ONU reestructurada y dotada de poderes ejecutivos y, mutatis mutandi, la Unión Europea para los países de Europa.

Puede que la humanidad esté, en estos tiempos de pandemia, desconcertada por la ausencia del Gran Desconocido que, deduzco saltando en el vacío, respeta escrupulosamente la libertad para hacer el bien o para hacer el mal con la que parece nos dotó. (Aquí ya entramos en la metafísica que puede ir en paralelo con la física y, quizás un día, converger en un mundo entrópico). La libertad es el mayor bien que poseemos. A nosotros todos nos toca cultivar la capacidad de discernimiento y reorganizar las condiciones materiales de existencia con soporte cultural y apoyos simbólicos. La COVID-19 es el primer gran reto a la humanidad en su conjunto. Al ser global, la respuesta también ha de ser global desde las especificidades culturales. Una prueba inmediata (esperemos) será el proceso de la vacunación universal. Pero hay otra vacunación coadyuvante: la vacunación mental para que sople el espíritu de la solidaridad y de la compasión.

(20 junio 2020)
Francisco Carrillo Montesinos

43. Dos homenajes
Dº José Infante Martos
Académico de Número y Secretario +

43

martes
2 junio
2020

días de la pandemia /43
Dº José Infante Martos, Académico de Número y Secretario

DOS HOMENAJES


PLAYA DE LA ROCA
(Homenaje a Luis Cernuda)
 
Por estas playas del Sur, bajo la alta roca
que un día lejano cobijó la belleza, la juventud,
la pasión del amor de las que tú hiciste elegía anticipada,
vaga hoy tu sombra como un eco que guarda
la memoria de las olas, la arena ardiente del verano,
el eco cercano de la muerte.

Los años y la historia, el mito del poeta,
han ido levantando un muro de silencio,
la admiración también, el miedo a la palabra inútil
que no supiera expresar tanta hermosura
ni la soberbia arquitectura de tu verso.
Pero hay un círculo ciego y misterioso
en esta playa donde insiste el verano y la belleza,

el efímero amor, la juventud doliente y pasajera
hirieron con sus dardos la juventud dorada por el sol,
condenando la pasión a una muerte segura.
Así cegó fatal toda esperanza y el olvido
se abrió soberbio sobre la luna poderosa de agosto,
cuando siempre vuelve el deseo como una llama
que incandescente sobrevive al tiempo y a la herida.
Así quemó de nuevo con su aguijón cruel tu pecho
otro joven esbelto y rubio como espiga al viento

un mediodía de agosto deslumbrante.

Pero nunca triunfó el amor entre las rocas.

¿Se repitió la historia y fue igual de breve la dicha
y la armonía, la inmensa luz que cegaba tu vida?
¿Cómo puede ser tanta la belleza y tan fugaz
su fuerza y la delicia del goce y las caricias?
Por encima del tiempo aquí lo testifico.
Aquí estuvo Sansueña, el paraíso que creó
tu palabra y que el tiempo cruel ha profanado.
 
SOBRE BERLÍN VENCEJOS
(Wim Wenders)


Para Joaquín de Molina,
para Fran Hernández de Molina.
 
 
El cielo de Berlín no es inocente.
Sobre él vuelan vencejos y despliegan sus alas
como si fueran ángeles malditos,
lobos y cuervos que no se sacian nunca.
Los que elevan el deseo a lugares de espanto.


Por el barrio de Schöneberg
el cielo de Berlín es libre pero acaba
donde un muro se alzaba sepultando la vida.
Por el barrio de Schöneberg, cerca de la
Hollendorfplastz, en el café de Berio sí nace
como una luz distinta que ilumina los límites.


Cuando desde la niebla los ángeles de Wenders
burlan la grisura que el tiempo y la realidad
oscurecían los días, sobrevuelan las calles húmedas
que no tenían futuro. Sobre el cielo de Berlín
que vuelve a ser tan claro, dos ángeles
como vencejos llegan para proteger a la ciudad
antigua que habrá de renacer, de enemigos inciertos.


 
José Infante Martos

42. TIEMPOS DE UTOPÍAS RAZONABLES (V)
Dº Francisco Carrillo Montesinos
Académico Emérito +

42

lunes
1 junio
2020

días de la pandemia / 42
Dº Francisco Carrillo Montesinos, Académico Emérito

TIEMPOS DE UTOPÍAS RAZONABLES (V)

Caen los sueños uno a uno
y la sangre se estremece.
EUGÉNIO DE ANDRADE

               

De los sueños caídos siempre renacieron nuevas ensoñaciones. Así fue cuando una descolocada teja de la techumbre del pórtico se deslizó por el viento y quebró el ánfora vitrificada que señalaba el paso al atrio de los gentiles. Fue restaurada y se convirtió en un mosaico de Gaudí. Ya no era lo que era antes. No podía serlo. El restaurador o la restauradora la había reconvertido simulando mantener la estructura original, recreando a su vez centenares, miles, de micropartículas que habían desaparecido en un genuino proceso de pulverización. Probablemente era ánfora de pasta de vidrio creada a fuego en el horno púnico -hoy revestido de una pátina color esmeralda- de la colina de Byrsa que domina Cartago. En realidad, la restauración se tradujo en una dolorosa reconversión, incluso estructural, porque la estructura resultante ya no era la que era antes. El día después de la COVID-19, cuando desaparezca como desaparecieron todas las epidemias y pandemias aunque los virus se mantengan semidormidos en nuestro entorno, viviremos días, meses, años, de un decrecimiento considerable de los modelos de sociedades del bienestar, una caída del poder adquisitivo, una inmensa sombra real de desempleo y cierre de pequeños y medianos negocios, una fragmentación de la mundialización, una extensión del hambre y pobreza y, por ende, de la inmunidad de la salud poblacional. Y se hablará del necesario cambio de estructuras, así como de las reconversiones económicas, sociales y mentales. Más de cuatro mil millones de habitantes siguen confinados sin alteridad y nuevas fronteras síquicas delimitan el tiempo y el espacio. La práctica totalidad de la economía está enquistada aunque “desescalándose” con ecos científicos de posibles rebrotes tras el purgatorio dantesco que busca a Bice desesperadamente. La reflexión prospectiva no puede ser de optimismo desabrido. Teresa de Ávila, ¿cómo es posible que Nada te turbe en medio de una larga noche oscura, aunque las utopías razonables amortigüen la duda?

     El sentido de la belleza busca también su reajuste. El gozo parece estar petrificado de repente. Al disfrute del encuentro en el que descubríamos la convivialidad de ida y vuelta se le ha impuesto barreras y máscaras como en la triste Venecia de la peste negra. El Planeta se ha convertido en un pabellón de infecciosos mientras no demuestren lo contrario. Se desbordan el ethos y el pathos en las narraciones de la nueva realidad que inundan la conciencia narrativa. Sin embargo, de esa misma realidad emergen innumerables cadenas de solidaridad que el ser humano no puede ponerlas en cuarentena porque dejaríamos de ser humanos. Esta constatación ontológica ha acompañado siempre, en momentos aciagos y en momentos de bonanza, a la humanidad en marcha. Dimensión de las personas en acción que definen la misma razón de ser y que en su conjunto trasciende al mismo ser. Lo hace trascendente porque la solidaridad y la compasión en el mundo que vivimos no son activos hegemónicos que cotizan en Bolsa sino dimensiones arraigadas en el diseño del propio ser humano, cuyo uso de la libertad puede convertirlo en pertinaz insolidario. ¿Por qué Ana Botín, presidenta de uno de los primeros bancos del mundo, ha afirmado que “la solidaridad no es caridad”? (EL PAÍS, 16/5/2020). Porque bien sabe que ambas acciones, aquí y ahora, hoy, se complementan con carácter de urgencia. Cierto es, por otro lado, que en las situaciones de catástrofes hay quienes se aprovechan de los males ajenos, máxime en unas coordenadas de globalización y de ausencia de regulación de la cantidad y de la calidad. (Producción de mascarillas que no protegen, producción de tests que no son válidos, especulación en los mercados, subida incontrolada de los precios de bienes de primera necesidad e, incluso, de productos para la higiene necesaria, etc.). La COVID-19 ha incrementado desorbitadamente las desigualdades sociales y económicas, lo que requiere sin la menor duda las intervenciones intensivas de los poderes públicos, así como la movilización del sector privado, ya que no estamos en la Edad Media y las informaciones que nos llegan en tiempo real son portadoras de inquietud grande.

     Es muy probable que las valoraciones de las nuevas motivaciones para el consumo de bienes y de objetos nos descubran cambios sustanciales. Se dará más valor a la vida que al objeto. Se dará más valor a la seguridad personal que a las demandas de hipotecas. (Un hecho significativo apenas tratado por los medios de comunicación: los que pueden, han regresado a la compra de lingotes de oro en el silencio de la transacción. ¿Regresa el patrón oro?). Se dará más valor a la dignidad de la persona humana que a la persona como objeto de cambio en las relaciones económicas y laborales. No cabe la menor duda que la pandemia ha abierto la caja de Pandora cuyos efectos podremos constatar a lo largo de los próximos diez años. Ha abierto también un inmenso campo al pensamiento y a la filosofía que intentarán reflexionar, a veces en tensión dialéctica con algunos diseños económicos y financieros, sobre las crisis abiertas en casi todas las sociedades del mundo y sobre las eternas preguntas: ¿quiénes somos?, ¿para qué estamos aquí?, ¿a dónde nos dirigimos?, ¿a dónde iremos después de morir? También hay un campo abonado para los urbanistas, que deberían tener voz para aconsejar las mutaciones y reformas que serán necesarias en la reorganización del territorio y el concepto de ciudad que, al sobrevolarlas, o al pasearlas, constatamos fracturas sociales en el hábitat que se guardaban en el cajón de los silencios. Será necesario revisar la dicotomía centro-periferias de las aglomeraciones urbanas. El mundo periurbano soporta el mayor peso de los desequilibrios sociales y económicos. Las ciudades fueron los principales focos epidémicos. Dicen que el metro de Nueva York fue el principal agente de contagio. Como no todo puede ser utopía razonable, parecería socialmente urgente abordar en pospandemia un real policentrismo de las ciudades para que el ciudadano se sienta igual en bienes y servicios, incluidos los culturales y los sanitarios de proximidad, como igual lo es a la hora de nacer o a la hora de morir. ¿Se está a tiempo de descentralizar las zonas urbanas a los arrabales rurales con alternativas de diseño horizontal como alternativa a la construcción vertical? El ser humano, hoy como ayer, necesita recuperar su papel de elemento de la naturaleza. Probablemente la sentencia medieval de que la ciudad nos hace libres debería revisarse con los datos en mano de la actual pandemia, del cambio climático y de un eventual conflicto nuclear o químico. La ciudad aglomera cantidad y suele olvidarse de la calidad de todos y de cada uno de sus habitantes. Y recurre a Santa Bárbara cuando se desencadenan rayos y tormentas devastadoras.

    La COVID-19 no ha detenido la carrera de armamentos, los viajes al espacio, las pruebas nucleares, las acciones del terrorismo yihadista, el tráfico de drogas, las mafias que controlan la emigración (aunque el coronavirus ha hecho descender la intensidad), el mercadeo mundial de productos sanitarios falsos y no contrastados, la relación de fuerzas entre las grandes potencias, en particular Estados Unidos y China. Uno de los aspectos  más escabrosos podría ser el secreto de laboratorio e industrias en la elaboración, ulterior producción y distribución a miles de millones de personal de la vacuna (o las vacunas) y de los fármacos para un eventual tratamiento de la enfermedad. Dos grandes polos en competición, China y Estados Unidos, a los que podríamos añadir países de la Unión Europea que despierta y también Israel. Asunto de patentes y de miles de millones de beneficio en perspectiva. ¿Cómo es posible, ante una pandemia tan letal que sigue extendiéndose por el planeta, que este tipo de competitividad y secreto industrial esté condicionando los recursos de la ciencia, de la investigación básica, de la industria y de los circuitos de distribución y venta? ¿Qué poder regulador a escala mundial tendría autoridad moral y política para que vacuna y fármaco, cuando lleguen, sigan los criterios de una justicia distributiva con “precios políticos” y que no sean objeto de una especulación en el mercado global que penalizaría a más de la mitad de la población mundial? ¿Acaso estamos informados que tres mil millones de habitantes no disponen de agua potable ni de jabón para lavarse las manos? ¿Cómo esos tres mil millones, más los que se añaden hoy por la grave crisis económica y social que nos azota, van a poder pagar la vacuna y el fármaco? Y cabría preguntarse también si esa enorme población mundial desfavorecida dispondrá de una estructura sanitaria de diagnóstico, de un médico, de un asistente sanitario, incluso de un misionero, para ser vacunada (siempre que les llegue a tiempo la vacuna), para ser beneficiaria del fármaco (siempre que el fármaco también les llegue). ¿Quién pagará toda esta campaña mundial que esperamos esté próxima? La COVID-19 ha puesto en evidencia los grandes desequilibrios y desigualdades terrenales. Ivan Illich, que era un filósofo soñador con los pies en la tierra y talante de profeta, en uno de sus libros hacía referencia a ciertos medicamentos que se distribuían en el llamado Tercer Mundo y que eran prácticamente placebos producidos a muy bajo costo. Es decir, algunas mafias engañaban y comercializaban aspirina y penicilina que no eran ni aspirina ni penicilina. Las personas no sanaban y muchas terminaban muriendo. Hace años, lo encontré en Brasil en donde yo estaba destinado y en donde él vivía. Le pregunté: ¿todo esto es cierto? Y me respondió: lamentablemente todo esto es cierto. Y reflexioné: muchas vidas humanas entran en el cesto de las mercaderías prematuramente perecederas. 

En estos momentos de fuertes confrontaciones poliédricas, afirmar que la “solidaridad no es caridad”, como lo dijo Ana Botín, me parece resultado de uno de los más finos análisis que, como persona y financiera, se ha hecho en plena crisis mundial. El mundo de la economía y de las finanzas no incluyó a la solidaridad ni como un factor ni como un valor cotizable. (El ejemplo más patente, los Estados Unidos). Sin embargo, Ana Botín ha tenido la inteligencia y la sensibilidad de incorporarla a ese mundo desde su posición destacada y destacable. E interpreto que al afirmar que la “solidaridad no es caridad”, está poniendo en valor dos caras de la misma moneda de la acción necesaria y de reconstrucción y justicia distributiva en función del interés general y del bien común de las personas concretas que conviven en la sociedad española que atraviesa momentos trágicos. Pienso que la declaración de Ana Botín, presidenta del Santander, sienta una nueva doctrina en la teoría y en la política económica con lógica repercusión en la política de rentas, más allá de las obras sociales de las entidades bancarias.

(1 junio 2020)
Francisco Carrillo Montesinos

41. Ronda skyline
Dº Sebastián García Garrido
Académico de Número +

41

lunes
1 junio
2020

días de la pandemia / 41
Dº Sebastián García Garrido, Académico de Número

Título: Ronda skyline (tríptico)Fecha: 30 mayo 2020
Técnica: Dibujo vectorial
Soporte: Impresión arte giclée sobre lienzo arte, en bastidor de exposición
Tamaño: 70×100/85×100/70×100 cm.

40. LAS GRANDES PANDEMIAS Y SU INFLUENCIA SOBRE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD
Dº Elías de Mateo Avilés
Académico de Número y Vicepresidente +

40

lunes
25 mayo
2020

días de la pandemia / 40
Dº Elías de Mateo Avilés, Académico de Número y Vicepresidente

LAS GRANDES PANDEMIAS Y SU INFLUENCIA SOBRE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD

Las pandemias, con su rastro de horror, muerte, sufrimiento y ruina han acompañado siempre a las sociedades humanas desde los orígenes de la civilización. Hasta ahora, los historiadores habían dado poca importancia a su influencia en el devenir de las sociedades humanas, salvo, quizás, la Peste Negra del siglo XIV. Con bastante probabilidad, las pandemias resultaron decisivas para torcer, en demasiadas ocasiones y en sentido negativo el curso de la historia.

La decadencia y caída del Imperio Romano, junto a otras numerosas causas, hay que explicarla, también, por la influencia de la llamada Peste Antonina, de finales del siglo II. Al freno de la expansión del Imperio Bizantino en el siglo VI y a la posterior expansión del Islam debió contribuir, en gran medida, la llamada Plaga de Justiniano. Y al abrupto final del esplendor de la Cristiandad occidental medieval durante los siglos XI, XII y XIII, la Peste Negra del siglo XIV.

Habría que analizar si la Gripe de 1918 contribuyó, más de lo que pensamos, a retrasar y a lastrar la recuperación de Europa tras la I Guerra Mundial, y, por tanto, lejanamente, al surgimiento de la crisis de los años 30, de los fascismos y al desencadenamiento de la II Guerra Mundial.

Es posible distinguir una gran pandemia, como la actual, que surge de pronto, se extiende rápidamente alcanzando una gran extensión geográfica y causa en poco tiempo un alto índice de contagios y una mortandad que puede alcanzar millones de víctimas con los brotes recurrentes e importantísimos de enfermedades infecciosas que han acompañado a los seres humanos durante siglos e incluso milenios, como la tuberculosis, la sífilis, la polio o, incluso, la viruela y que han causado, también muchísimas víctimas y sufrimientos.

Parece confirmarse por lo que está ocurriendo en el mundo en este año 2020 que las pandemias similares a la actual surgen casi siempre en China. Así sucedió en los casos de la Peste Antonina, de la Plaga de Justiniano, de la Peste Negra y, quizás, de la Gripe de 1918. Las tres primeras llegaron al mundo mediterráneo y al resto de Europa a través de la Ruta de la Seda, bien a través de su vía terrestre, bien a través de la marítima. En el caso de la Gripe de 1918 hoy más que nunca no debe descartarse que fuese traída a Europa por los trabajadores chinos desplazados con motivo de la I Guerra Mundial.

Es casi seguro que este tipo de catástrofes siempre surgen en el momento en que tenemos un mundo profundamente interconectado y con sociedades en el momento cumbre de su esplendor económico y social, con un importantísimo trasiego de mercancías y personas a largas distancias.


39. TIEMPOS DE UTOPÍAS RAZONABLES (IV)
Dº Francisco Carrillo Montesinos
Académico Emérito +

39

lunes
25 mayo
2020

días de la pandemia / 39
Dº Francisco Carrillo Montesinos, Académico Emérito

TIEMPOS DE UTOPÍAS RAZONABLES (IV)

La muerte simplemente le llegó
como se hace la noche cuando se marcha el día
VICTOR HUGO
                                                                                

Hoy la sombra negra de la Tierra es la que ilumina el universo y es la que aprisiona la empatía del abrazo. Negrura, horror, espanto, miedo. Espera en la esperanza en las batas blancas y en los microscopios electrónicos o en el mensaje sobre nuestro propio terruño de la gran mística Teresa de Ávila cuando exclamó «Nada te turbe». El sol y la luna se han revestido de luto. En el mundo se hizo el silencio. Las calles y las plazas del mapamundi están vacías porque la vida quedó confinada en sus aposentos para protegerse de una amenaza viral que hace estragos y que genera un pavor universal. En Navidades, hace apenas unos meses, este escenario desolador era inimaginable salvo en los guiones de la ciencia ficción. 

Miles de millones de personas concretas sienten el terror del silencio y el rechazo a los plazos indefinidos de la muerte y de la vida. Miles de millones de personas con sus propias cosmogonías, culturas y creencias, se preguntan ¿por qué aquí y ahora cuando la humanidad y las sociedades del bienestar o del no bienestar pensaban que, todos juntos, éramos invencibles e inmunes, gracias al poder acumulado de ciencia, historia y filosofía, a todo ataque visible o invisible que nos viniera del exterior? Pero al parecer, ese ataque nos llega de la complejidad evolutiva de la naturaleza en donde el ser humano suele manipular con demasiada frecuencia. La COVID-19 proviene de nosotros mismos con nuestro entorno medioambiental. El virus no llovió sobre el Planeta tierra desde un objeto volador no identificado. Es un virus a ras de la superficie del globo que ha transitado más velozmente que otros por las avenidas de la globalización y cuyos efectos nocivos por ello se han calificado de pandemia y es transmitido en tiempo real como unos juegos olímpicos o como fue la Guerra del Golfo: asépticas estadísticas cuando cada número tiene nombre, apellidos y una historia personal y familiar. Son estas personas concretas las que iluminan la actual negra sombra de le Tierra. 

El virus no entiende de fronteras y es transportado por la movilidad humana internacional, intranacional o en el interior de un supermercado un hospital desprotegido o una residencia de ancianos. Todo el mundo tiene miedo, lo que es muy humano, trátese de grandes potencias, países ricos o países pobres. Y todos esos países tienen un denominador común: ni tratamiento fiable ni vacuna preventiva. Pero también existen grandes desigualdades sanitarias que en los más descartados el miedo se suele acompañar con la resignación o con la ideología del fatalismo. Y si nos referimos a las estadísticas de muertes y sanados; de mascarilla y guantes; de respiradores, de UCI bien equipadas; de personal sanitario e infraestructuras; de la investigación fundamental, el rigor y la disparidad es flagrante. A título de ejemplo: ¿en qué condiciones se encuentran los 5 millones de refugiados sirios o la capital de Nigeria, Lagos, con casi 15 millones de habitantes? ¿O los campos de refugiados palestinos al sur del Líbano? Ellos iluminan sin duda la sombra negra de la Tierra.

La incidencia de este virus agresivo y agresor aún no se puede cuantificar (¿cómo cuantificar el dolor de cada persona y cada familia?) en sus aspectos sociales, económicos y políticos a corto, medio o largo plazo. Los cálculos han empezado siendo locales y nacionales pero, al tratarse de pandemia, sus repercusiones en un mundo interconectado serán mundiales y afectarán directamente al estilo laminar de la globalización, a las relaciones internacionales, a la reconstrucción industrial muy ligada a la economía real, a las nuevas formas de funcionamiento de las sociedades. Y se planteará (ya se está en ello) poner en valor el nuevo factor de la solidaridad intranacional y mundial. La investigación científica y tecnológica aplicada se espera sea una de las altas prioridades en la prospectiva.

Es previsible que el hambre, la pobreza y las tasas «naturales» de mortalidad aumenten en el mundo con millones de desempleados, muchos sin casas ni domicilio fijo, lo que disminuiría la capacidad inmunitaria de determinadas poblaciones. De momento, FUNCAS estima en un 34% el índice de desempleo sin se incluyen los ERTES. La pobreza y la estrepitosa caída del poder adquisitivo es una trágica consecuencia que conocen bien las asociaciones de ayuda y de solidaridad como lo es CÁRITAS, a título de ejemplo. Solamente una voz moral unitaria ha resonado en el mundo, la del papa Francisco con las estructuras éticas de solidaridad que de él dependen a pleno rendimiento. Habrá que ir reflexionando sobre una restructuración de la ONU, como cuando su fundación en la Conferencia de San Francisco tras la II Guerra Mundial. 

Al final de esta pandemia, que la Universidad de Harvard estima pueda ser en 2022 (en el entretanto, se esperan tratamientos y vacunas producidas en miles de millones), el mundo no podrá ser el mismo que habíamos conocido antes de la pandemia viral ni en la economía ni en el desarrollo de las sociedades. Es imaginable un fraccionamiento de la globalización al son de las grandes potencias, en particular China, Rusia y Estados Unidos. Europa, inicialmente ausente en la coordinación de la COVID-19, (aunque no en los económico y financiero, tiene el desafío de renacer con energías unitarias cual Ave Fénix. Al miedo le queda aún un largo recorrido. Cierto es que toda epidemia/pandemia constatada por la historia desapareció por sí sola. Una referencia muy localizada: el Renacimiento emergió tras la devastadora peste bubónica. Espera en la esperanza…

Mientras tanto, observaremos la negra sombra de la Tierra con la luminaria del recuerdo de los que fueron y son sus víctimas.

(25 Mayo 2020)
Francisco Carrillo Montesinos

38. Estado de alarma Dº Suso de Marcos
Académico de Número +

38

sábado
23 mayo
2020

dias de la pandemia/ 38
Dº Suso de Marcos
Académico de Número

Título: Estado de Alarma
Técnica: Acrílico y óleo sobre madera
Medidas: 60 x 40 cm
Año: 2020

foto: José Luis Gutierrez

37. «Una visita de K” I y II Dº Fernando de la Rosa Ceballos
Académico de Número y Tesorero +

37

jueves
21 mayo
2020

dias de la pandemia/ 37
Dº Fernando de la Rosa Ceballos
Académico de Número y Tesorero

Título: «Una visita de K” I y IITécnica: Fotografía, cal y óleo sobre cartón.
Dimensiones: 16,5 x 12 cm.
Año: 2020

36. La genealogía del vacío
Dº José Infante Martos
Académico de Número y Secretario +

36

miércoles
20 mayo
2020

días de la pandemia /36
Dº José Infante Martos, Académico de Número y Secretario

LA MIRADA CIEGA


I
 
Pensativa la tarde va diluyendo su gracia
primaveral y el aroma a azahar que esparce
el airecillo suave que preludia
la humedad de la noche de abril,
cuando la crueldad del abandono
y la desdicha caen como un veneno
letal sobre los labios que aún ansían
la dicha de la pasión.
 
Parece detenido el tiempo entre tus brazos
un momento tan solo, pero hay nubes
que amenazan y sombras que interponen
su oscuridad y su silencio, hay una campana
lejana y casi hueca que devuelve a la realidad
lo que pudo haber sido un sueño fugaz, solitario,
de paz, de serenidad y de armonía.
 
II
 
No es una sensación nueva, algunas otras veces
ha acudido hasta ti, el hartazgo, el asco, el desaliento
ante una realidad que no es solo siniestra y repetida.
Es esa clara conciencia que en otras ocasiones llega
cuando en mayo los días avanzan y la luz te condena
a un brillar que no es cierto, ni claro, ni benéfico. Este
sentir con saña la inútil existencia como amarga condena
que ya alarga sus días en un inútil y mísero ritual
que viene repitiéndose como una grotesca mascarada
 
 
III
 
 
Llega la noche y no tiene sentido,
una mañana absurda sucede a otra mañana.
Los días se hacen lentos y pesados e inútiles.
Nada escribe su nombre sobre el viento que pasa.
Y todo se desliza con la misma amargura
como si fuera un poder superior quien ordena
que el tiempo no termine de ser una paloma.
Hay señales que dicen que la muerte se acerca
y los años te vencen con toda la violencia
de un enemigo fuerte, cruel y despiadado.
Las palabras no tienen el sentido que antes
daban al sentimiento, al placer, al olvido.
 
Todo se ha detenido como un campo de espuma,
que tiene un ritmo propio, que es el de la derrota.
 
José Infante Martos

35. Sobre la “Biblioteca Antigua” de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo
Dª Rosario Camacho Martínez, Académica de Número y Vicepresidenta +

35

miércoles
20 mayo
2020

días de la pandemia / 35
Dª Rosario Camacho Martínez, Académica de Número y Vicepresidenta

Sobre la “Biblioteca Antigua” de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo

Como ingresé en la Academia de Bellas Artes de San Telmo hace bastantes años, tuve tiempo y oportunidad de trabajar con sus libros. Era una biblioteca especializada, interesante, con una serie de libros que entonces no encontraba en ninguna otra de Málaga. Estaba instalada, como la propia Academia, en el Museo de Bellas Artes en el Palacio de Buenavista y se trabajaba bien allí. Rafael Puertas, Director del Museo, era el Académico Bibliotecario y, antes de llegar a su despacho, había un antedespacho amplio donde estaba el mueble-biblioteca, siempre custodiado por Conchita Aizpurúa, la amable secretaria del Museo, que tantas cuestiones nos resolvía.

Pero cuando en 1996 la Junta de Andalucía adquirió el Palacio de Buenavista para instalar el Museo Picasso, el Museo de Bellas Artes, junto con la Academia, fueron desalojados y nuestros enseres, incluida la biblioteca, quedaron custodiados por el Museo, primero en el Palacio de la Aduana y después, mientras se rehabilitaba este edificio para instalar el Museo de Málaga, en el Parque Tecnológico. Ligada desde siempre al Museo, que se inauguró en diciembre de 2016, la Academia cuenta ahora con una importante sede en este palacio, con espacio para la biblioteca.

Ha sido en 2019, y gracias a las gestiones de nuestro presidente, cuando esa sede se ha amueblado y puesto a punto, e inmediatamente hemos empezado a inventariar los libros, que estaban perfectamente preparados y conservados como fruto de una mudanza perfecta por parte del Museo. Para ello hemos contado, desde comienzos de febrero de 2020, con la ayuda de dos becarios de la Universidad de Málaga que se han integrado a través de un convenio de cooperación educativa en un programa de prácticas externas para alumnos del último curso de la licenciatura. Y siempre contando con la inestimable ayuda y disposición favorable de la Directora del Museo, María Morente, y el personal del mismo

Nuestros becarios, Javier Luque (Historia del Arte) y Juan Manuel Garrido (Historia) son dos estudiantes de cuarto curso de su respectiva licenciatura,  inteligentes y activos que han resuelto muy bien su trabajo. Nuestro proyecto enfocaba a uno de ellos hacia la ordenación del archivo que coordinaba mi compañera Mª Pepa Lara, como archivera bibliotecaria de la Academia, y el otro hacia el inventario de la biblioteca, que yo he coordinado, y hemos contado también con el ofrecimiento de ayuda de los académicos Marion Reder y Rafael Martín Delgado. Después de impartir unas normas y clases iniciales en ambas líneas de trabajo, decidimos apoyar más la labor de la biblioteca que habíamos empezado antes, con la idea de terminar una de esas líneas. Pero no ha sido posible. La expansión del coronavirus hizo que el 12 de marzo fuera nuestra última tarde de trabajo,  ya que se cerraba la Universidad y el Museo de Málaga, y nuestro trabajo quedó incompleto, cuando faltaban sólo una o dos jornadas para terminar el inventario de lo que hemos llamado la biblioteca antigua.

Cuando íbamos abriendo las cajas y desenvolviendo cada uno de los libros, había momentos magníficos. Era emocionante encontrarte con las ediciones completas de los Viajes de Antonio Ponz, o el Diccionario de Ceán Bermúdez, el de Milizia,  el Manual del arte decorativo de  Blanco Coris, el Museo Pictórico y Escala Óptica de Palomino,  el Libro de los Retratos de Pacheco, o la Enciclopedia de Diderot y D’Alembert, diversos álbumes recopilatorios de dibujos de los siglos XVI al XVIII (Callot, Flaxman, otros), diferentes historias del arte, tratados de pintura, escultura, arquitectura, algunos libros de ciencias, los Recuerdos y Bellezas de España de Pí y Margall o los de Quadrado y Parcerisa, varias ediciones del Quijote, poesía, etc. Se han inventariado hasta ahora 629 volúmenes, y no sobrepasamos los 700, pero el último, que no llegué a ver pero que está reseñado en el inventario de cajas realizado por Amor Álvarez, que nos servía de base, recuerdo cuando se compró; se trata de una edición francesa del libro de Carlos Bundeto  El Espejo de la Muerte, del siglo XVIII. Alfonso Canales tenía en su magnífica biblioteca la edición de Amberes en castellano y, siempre en contacto con librerías de anticuario, cuando este ejemplar salió a la venta lo comunicó a la Academia para su compra.

Había pensado escribir un artículo para dar a conocer este tesoro que se está inventariando y que ahora nos espera en su mueble-biblioteca, pero el maligno virus ha limitado estas intenciones.

No obstante, no me resisto a intervenir en esta sección de Días de la Pandemia para adelantaros algo. Quizá porque una de mis líneas de investigación es la iconografía, quiero referirme a una edición en cinco amplios volúmenes del Tratado de Iconología de Cesare Ripa, de la que  incluso tomé alguna imagen con el móvil. De la obra de Ripa Iconologia overo descrittione dell’imagini universali  se han hecho muchas ediciones, publicándose la primera en Roma en 1593; era un libro sencillo en cuarto, con la descripción de las alegorías ordenada alfabéticamente. No fue hasta la tercera edición (Roma 1603) cuando aparecieron los grabados que ilustran los conceptos; además esa edición se acrecentó con nuevas alegorías que enriquecen ampliamente el texto, que fueron elaboradas por Ripa, lo que hizo también en otras ediciones publicadas hasta su muerte, en 1622. La que tenemos en Málaga es una edición de Perugia (patria de Ripa) de 1764, muy posterior a la fecha de muerte del autor y muy ampliada, que llevó a cabo el abate Cesare Orlandi, quien es también autor de las nuevas alegorías y algunos de los diseños. Además a él se debe el primer intento de sistematización de la biografía de Ripa.

Al ser una obra tan amplia otros autores intervinieron. Orlandi y Carlo Mariotti fueron diseñadores y Joseph Sforza Perini, F. Facenda y Carlo Grandi colaboraron en la ejecución de los grabados que son buenos y muy ricos en su contenido, como los de Ripa, y hay mucha variedad. Revisando el libro me llamó la atención la alegoría de la “Anatomía” porque la protagonista es una mujer, algo insólito ya que entonces, y aún mucho después, era una actividad absolutamente vedada a las mujeres; una imagen que no ofrece lugar a dudas porque el texto desarrolla la explicación “Vecchia matrona avanti una tavola, sopra cui si miri un cadavere, ed che viene dalla detta scarnificato. Abbia al naso gli occhiali osservi attentamente le incisioni che vien facendo…”. En los grabados y pinturas que nos muestran los teatros anatómicos de la época, no aparece ninguna mujer, ni siquiera en otras actividades menos comprometidas. Pero me interesaba el tema, que en principio consideraba una rareza iconográfica, pero hasta cierto punto porque la Cirugía, la Alquimia, también estaban representadas por figuras femeninas. Tanto Ripa como Orlandi utilizaron la imagen en función del concepto y el género gramatical de la actividad que se desarrolla. Es evidente que al autor no le importó incluir la imagen de la mujer en estas actividades. No se si pudo ser cuestionado por la sociedad de la época, pero en cualquier caso la edición tuvo una magnífica acogida, pues como indica Adita Allo Manero en el prólogo a la edición española de la sienense de 1613, que publicó la editorial Akal en 1987, fue realizada mediante un sistema de suscripción, figurando al final una amplia lista de personalidades de toda Italia para su adquisición.

                                                                                   

                                                                                            
Rosario Camacho Martínez
Málaga, mayo 2020

34. OBRAS DE LA PANDEMIA I, II, III, IV
Dº José Manuel Cabra de Luna
Académico de Número y Presidente +

34

martes
19 mayo
2020

días de la pandemia / 34
Dº José Manuel Cabra de Luna, Académico de Número y Presidente

OBRAS DE LA PANDEMIA I, II, III, IV

TÍTULO: Obras de la Pandemia I
Técnica: Acuarela sobre papel
Medida: 32,8 x 56 ctms.




TÍTULO: Obras de la Pandemia II
(Líneas irregulares en todas direcciones y tres colores)
Técnica: Tinta acrílica sobre papel
Medida: 23 x 23 ctms.




TÍTULO: Obras de la Pandemia III
(“catorce más uno”)
Técnica: Tinta acrílica sobre papel
Medida: 23 x 23 ctms.




TÍTULO: Obras de la Pandemia IV
Técnica: Acuarela  y tinta acrílica sobre papel
Medida: 38 x 38 ctms.

33. Travesía Nocturna en Carretera
Dº Sebastián García Garrido
Académico de Número +

33

martes
19 mayo
2020

días de la pandemia / 33
Dº Sebastián García Garrido, Académico de Número

Travesía Nocturna en Carretera

La sucesión de cometas pares
raudos ruedan radiantes montaña abajo
azogados hacia los rojos bilúcidos
que en su huida se pierden
entre el negro de cordillera silueteada
sobre luminoso azul de Prusia.
 
Sembrado de luceros afilados
en que gana altura la intensa
luz blanca de luna
que divisa todo y a su vez
atrae la mirada enternecida
por su tono cálido de la noche temprana.
 
Momento propicio a que los corazones
se ablanden y emitan ondas que buscan
ondas complementarias en equilibrio
que despiertan desenfadado amor de los sentidos.
 

Sebastián García Garrido
Sin fechar

32. Estanque vertical
Dº Sebastián García Garrido
Académico de Número +

32

lunes
18 mayo
2020

días de la pandemia / 32
Dº Sebastián García Garrido, Académico de Número

Título: Estanque verticalDibujo vectorial
Medidas: 100×100 cm
Año: 2020

31. ESPAÑOLETA
Dº Fernando Pérez Ruano
Académico Correspondiente en Madrid +

31

viernes
15 mayo
2020

días de la pandemia / 31
Dº Fernando Pérez Ruano, Académico Correspondiente en Madrid

ESPAÑOLETA

Ningún músico envuelve a su instrumento con sus brazos como el guitarrista lo hace con su guitarra. Apoyada en su regazo y, acariciada con sus dedos, esta, la guitarra, suena y suena a España. La España que ahora, amenazada por este enemigo universal de nombre alfanumérico, enmudece y sobrevive como puede; la España que busca el ocio, en unos casos, y el amparo emocional, en otros, en la magia de unas frecuencias sonoras, esas a las que llamamos música. La que nos acompaña a diario y en casi todas partes sin que nos demos cuenta. Frecuencias con las que convivimos de forma casi involuntaria pues forman parte de nosotros mismos, de nuestra esencia como seres humanos, de nuestra cultura como pueblo y de nuestro patrimonio sonoro universal.

La guitarra suena a España y España hoy suena…. serena, inquieta, nostálgica, triste, solidaria, optimista, esperanzada y, ¿quién sabe a cuántos cientos de cosas más suena hoy España?

Españoleta suena a España y a su amalgama, reducida y condensada esta en solo tres variaciones: la serenidad galante de su tema inicial nos evoca la naturaleza de nuestro pueblo como cultura y su reexposición final, tras las tres variaciones mencionadas, nos alumbra la esperanza en la recuperación de nuestra idiosincrasia más genuina y auténtica. Españoleta suena a España y a su amalgama.

30. TIEMPOS DE UTOPÍAS RAZONABLES (III)
Dº Francisco Carrillo Montesinos
Académico Emérito +

30

viernes
15 mayo
2020

días de la pandemia / 30
Dº Francisco Carrillo Montesinos, Académico Emérito

TIEMPOS DE UTOPÍAS RAZONABLES (III)

La fobia del contacto gobernará cada vez menos 
el pacto del individuo con lo social.
EDUARDO PORTELLA

               

Pienso es opinión compartida que la luz verde para una salida escalonada del enclaustramiento depende de los científicos y no de los políticos, de los economistas, de los juristas, de los psicólogos e incluso de los sociólogos. Los pobladores de este mundo ensombrecido se han ido familiarizando con palabras que no entraban en el reducido léxico de las conversaciones cotidianas: epidemiólogos, virólogos, biólogos moleculares, intensivistas… Recuerdo hace más de cincuenta años mi primera experiencia visual de uno de esos que hoy se le llama «bichito»; era el de la sífilis aumentado con un microscopio casi de la época de Ramón y Cajal con el que mi padre hacía sus investigaciones y constataba una infección. Afortunadamente para los contagiados, ya en aquellos años Fleming había descubierto la penicilina. Y había curación si a tiempo se intervenía. Para la lepra, de la que mi padre sabía algo, llegaron fármacos a España que sanaban al enfermo si se llegaba a tiempo. (Esto lo constató en una reunión científica en Holanda por los años de 1950). Recuerdo vagamente que mi padre tenía unos cuadernos de seguimiento con los contactos del que padecía la enfermedad de Hansen, ya que él estaba convencido, por experiencia clínica, que solamente se contagiaba por promiscuidad. En mi memoria aún quedan trazas de aquellos bizcochos que, sobre todo en Navidades, obsequiaban los contagiados a mi padre y que eran comidos en familia. Microscopio elemental, experiencia clínica con afecto y el sentido común de aquella generación de médicos pioneros de sus especialidades, pero con amplios conocimientos de la Anatomía Patológica de la época. Cuando llegaban los resfriados familiares, (la gripe) algún refuerzo vitamínico, siete días de cama y exigencia de ventanas abiertas durante parte de la mañana para lo que se reforzaban las mantas de la cama. Claro que había infecciones más graves que desconocía pero que me daban miedo cuando, a veces, acompañaba a mi padre al Hospital Civil Provincial y me comentaba: aquí está el pabellón de infecciosos. Existían focos de lepra en la zona de la costa este de Málaga. El gobierno de la época iniciaba campañas en el exterior para atraer turismo. Me consta que mi padre le comentó a un ministro de sanidad (que no era médico): si la prensa internacional informase que en la naciente Costa del Sol había focos de lepra, no vendría un solo turista. El ministro le concedió recursos sanitarios que era lo que mi padre perseguía. ¿Quién iba a convencer al eventual turista de que la lepra no era contagiosa salvo en promiscuidad?  Estaba localizada en Málaga y provincia, y había mucha menos información de la que ahora disponemos. Prácticamente ninguna a nivel de salud pública. A este respecto, leí, con mi propia experiencia familiar a cuestas, la apasionante novela de José Luis Sampedro, “El río que nos lleva”. El Sanatorio de Fontilles era para mí una referencia de realismo mágico como lo es la isla de Molokai. La enfermedad bíblica causaba pavor.

El COVID-19 también causa terror a nivel mundial. El problema parece se está extendiendo más allá de las fronteras europeas y de Occidente en el mal llamado Tercer Mundo. Los ciudadanos y las familias tienen miedo. Muchos no infectados se preguntan qué va a pasar cuando salgan a la calle. Una cosa son las estadísticas contables de cada día y otra es la realidad invisible de esta pandemia, cuya colecta de datos será muy aleatoria entre las zonas urbanas y las rurales. Ya saltó a África en donde hay estimaciones de que habrá diez millones de infectados, pero la tendencia actual, probablemente por falta de datos, no confirma esta estimación a la fecha de hoy. ¿Y cuántas muertes? En América Latina avanza. En Singapur, que era un paraíso viral, ya ha penetrado y rebrota en Alemania y en Corea del Sur.

Por profesión, me tocó viajar algo por los cinco continentes. Tomaba mis medidas; tenía un amplio carné internacional (de color amarillo) de vacunaciones. Si iba a zonas de malaria (Amazonas o África) tomaba cloroquina (una pastilla diaria, tratamiento que hoy está más simplificado, pero aún no hay vacuna). No bebía agua del grifo, solamente de botella. Si me invitaban a una casa, nunca echaba cubitos de hielo porque no sabía con qué agua estaban hechos, desinfectaba por si acaso legumbres, verduras por aquello de las amebas, e incluso frutas, etc. Pero cierto era que, aparte la malaria que tiene contagiada a media África, no existía la espectacular trashumancia del COVID-19 facilitada por la globalización de los intercambios comerciales y por los enormes movimientos de población en el mundo (mil doscientos millones el pasado año). 

Veo muy difícil, por el efecto miedo, que el turismo vuelva a moverse sin un fármaco eficaz contra el coronavirus y con una vacuna definitiva. El turismo busca ante todo seguridad en su descanso. Y normalidad de comportamiento. El enclaustramiento y la distancia social han ido potenciando la psicología del miedo que, mucho me temo, no podrá ser superada con la desinfección de ozono ni con la separación de mesas. El turismo no busca el riesgo por mínimo que sea. No va a pasar sus vacaciones con mascarillas y guantes, a las que se habría de añadir gafas blindadas ya que este virus también entra por los ojos. 

El panorama es terrorífico si abrimos las puertas de las casas, y las fronteras, sin tener la certeza de que no habrá una segunda ola que según la OMS podría ser más letal. Es una hipótesis. La salud pública debe ser una alta prioridad aunque el país deba seguir parado al menos hasta el verano. Los epidemiólogos, y la OMS, deberían tener la última palabra. Un buen amigo, investigador de punta en USA, y con amplia práctica clínica, me decía hace unos días que en junio todo podría ir mucho mejor en cuanto a la actividad del virus. Es decir -interpreto- la intensidad de la carga viral puede disminuir y convertirse en una gripe común, a la que se añadiría la gripe estacionaria del próximo invierno. Son hipótesis científicas de peso, que se verificarán al paso del tiempo y de los rebrotes tras las desescaladas. Ya la OMS advierte que deberemos cohabitar con este coronavirus durante algún tiempo, hasta la llegada de la vacuna, si llega, La incógnita sería la evolución en los cinco continentes y la trashumancia del virus que potencie rebrotes. Es muy humano que reine el miedo. ¿Quién desea desescalarse y servir de cobaya humana para así incrementar la tasa de “inmunidad social” que, por demás, es una variable incierta? Es muy humano también que el factor esencial de la economía, la persona/ciudadano, que debe ser el principal por aquello del bien común, no quede desasistido por la incidencia del COVID-19 que se ha impuesto a la voluntad de todos y no por capricho propio. Los ex claustrados nunca deberían estar sometido a las reglas de la ruleta rusa. Complejo laberinto, en el que estamos todos, en el que el Minotauro será vencido definitivamente por una vacuna tras sacrificar a miles de seres humanos en la actual Cnosos. Lo que sí parece consolidarse son las estimaciones de decrecimiento del nivel de vida, con una estimación de 35% de paro (según el Informe FUNCAS), de un menos 13% del PIB, de una fuerte caída del consumo y de un aumento inquietante de las situaciones concretas de pobreza, con incidencias ya constatables en los flujos financieros. Otras hipótesis razonables se basan en la probabilidad de una fragmentación de la globalización, de una restructuración de la deslocalización de empresas y de una transitoria intervención de los poderes públicos en la economía (el regreso de Keynes). Y esto no solamente en España. Cabría preguntarse: ¿Cómo ha sido que casi el 90% de las importaciones de material sanitario básico venga de China? ¿Cómo ha sido posible la no previsión de industrias nacionales estratégicas en materia de salud y sanidad? ¿Por qué una economía basa a veces un 30% en “monocultivos” tales como el turismo y la industria del automóvil que la debilita en cuestiones de días por causa de una pandemia? Es muy probable, al menos razonable, una revisión del concepto de ciudad en donde se concentrarán en algunos años más del 70% de la población mundial (10 mil millones de habitantes) con fragilidad exponencial en esta pandemia o en las por venir? Un reequilibro con las áreas rurales, podría ser el habitat humano, no sólo de agricultores y de trabajadores agrícolas, sino de familias, personas, que trabajen en la industria y en el sector servicios. La prospectiva de hoy puede sin duda ayudar a reordenar el territorio y estar mejor preparados para hacer frente a otras catástrofes naturales (la COVID-19 es una de ellas) que sin duda llegarán estrechamente relacionadas con el cambio climático. Pienso que la creciente población mundial no está formateada para agruparse en grandes concentraciones urbanas con rascacielos en competición, sino para asentarse y distribuirse a través de la tierra del Planeta. Hoy día esto puede ser persuasivo en plena pandemia pero mañana se continuará considerando como utopía para mí razonable.

La COVID-19 es un trágico llamamiento a políticas y a educación prospectiva a medio y largo plazo y a evitar cegueras del cortoplacismo. Se ha echado en falta la presencia, en primera fila, de la Unión Europea, con una ausencia evidente de mecanismos centrales de coordinación a nivel de política sanitaria preventiva. Cada país de la UE ha hecho la guerra por su cuenta para hacer frente a la pandemia. La UE no disponía ni de políticas ni de stocks de material sanitario para emergencias como la COVID-19. Sin embargo, sí funcionaron importantes mecanismos económicos y financieros de apoyo a las economías nacionales. Es previsible que de la actual crisis sanitaria emerja reforzar la UE en las esferas sanitarias, de investigación, de defensa y seguridad así como en lo cultural (que es la gran ausente con la sanidad), y se restructuren los mecanismos económicos-financieros ante la hipótesis de un fraccionamiento de la globalización en donde la Unión Europea está llamada a jugar un papel fundamental en la relación de fuerzas de las grandes potencias o a desaparecer.

(15 Mayo 2020)
Francisco Carrillo Montesinos

28. SAN TELMO Y LA REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE MÁLAGA
Dª Rosario Camacho Martínez
Académica de Número y Vicepresidenta +

28

jueves
7 mayo
2020

días de la pandemia / 28
Dª Rosario Camacho Martínez, Académica de Número y Vicepresidenta

DOBLE CONFINAMIENTO

Mis nietos, los mellizos, tienen dos mascotas. No son las más habituales: perros, gatos, tortugas, pajaritos…, ellos tienen dos jerbos, pequeños roedores muy familiares y cariñosos.

Los chiquillos tenían alguna experiencia ya que, al no conseguir que sus padres adoptaran un perrito, como ansiaba Paula, se decantaron por un hamster, Oled, que convivió con ellos casi un año, aunque un día se perdió, debieron cerrar mal la jaula y se marchó. Estuvieron inconsolables.

Un buen día alguien les habló de las excelencias de los jerbos: inteligentes, activos, cariñosos, dóciles, juguetones, aseados, muy predispuestos a la integración familiar, sin necesidades de escapar al ser capaces de encontrar comodidad en sus jaulas, etc. Fueron a conocerlos a Verdecora. Habían dado con su mascota.

Teo decidió portarse muy bien para pedir un jerbo en su carta a los Reyes Magos, y el 6 de enero llegó Elvis. Pequeño, muy blanco, con los ojitos rojos, grandes incisivos, respetable bigote, una larga cola y manos pequeñitas en la que destacaban las uñas. Hizo las delicias de los niños, y también gustaba a los mayores. A mí, francamente, no me hacía mucha gracia verlo correr por los brazos y el cuello de mis nietos, pero reconozco que se adaptaba al juego. Dormía bastante durante el día y por la tarde, cuando los niños terminaban los deberes, estaba muy despejadito y jugaban con él.

Pero, al ser Teo el dueño de Elvis, él jugaba más y no era demasiado generoso en compartir su mascota con los hermanos. Y como la publicidad del vendedor, dado el sentido gregario del animalito, también recomendaba que vivieran en pareja o en grupo, Sergio hizo méritos para tener él su propia mascota y completar la pareja.

Lo consiguió, y llegó Bob. Era más pequeño (bueno es que Elvis, que comía muy bien,  había crecido bastante), parduzco, con ojitos negros vivarachos y cara simpática mostrando sus paletones. Los niños estaban ansiosos por juntarlos. Primero colocaron una jaula al lado de la otra para que se mirasen y reconocieran, y un día pusieron a los dos en la misma jaula. ¡Un desastre! Elvis se revolvió y de un mordisco casi le arranca la cola a Bob. Había que empezar de nuevo.

Cuando estuvo curado y, después de varias intentonas de acercamiento fuera de la jaula, muy observados por sus respectivos cuidadores, al ver que algo confraternizaban, los fueron uniendo y se hicieron muy amigos. Jugaban juntos, como había suficiente comida no había problemas de subsistencia, y tenían dos jaulas para los dos, ya que estaban  comunicadas con un sistema de tubos-toboganes por los que se tiraban a una velocidad endiablada e incluso podían subirlos agarrándose con las uñas, y practicaban un ejercicio extraordinario. Dormían, comían, jugaban y hacían las delicias de los niños.

En estos días de enclaustramiento Elvis y Bob han desempeñado un papel importante. Los niños han llevado bien la reclusión y los jerbos han contribuido en buena parte. No es que estuvieran todo el día jugando con ellos, los padres han procurado que tuvieran sus horarios y respetasen los de los jerbos, no obstante el tiempo de juego ha sido mayor.

Pero hace pocos días Teo lloraba amargamente ante la jaula porque Elvis estaba muy mustio y se le habían caído los dientes. Un amigo de la familia aconsejó deshacerse de él y comprar otro, pero se trataba de Elvis y “otro” no podría sustituirlo, así que lo llevaron al veterinario. Su diagnóstico fue sorprendente. A Elvis no se le habían caído los dientes, se los había roto intentando roer los barrotes de su jaula. ¿Quería huir? Todos estaban desconcertados. Si estos jerbos no sienten deseos de escapar ¿Qué había ocurrido?

He pensado mucho en Elvis. Imaginaba que el animalito había somatizado el estado de ánimo de muchas personas en estos largos días de confinamiento y las terribles consecuencias de todo orden que nos invaden.

 Elvis había preferido perder los dientes, y tal vez la vida, para evadirse, para escapar de esta trágica realidad.  

                                                                                   

                                                                                            
Rosario Camacho Martínez
Málaga 7-5-2020

27. Contradanza
Dº Francisco Ruiz Noguera, Académico de Número y Bibliotecario
+

27

jueves
7 de mayo
2020

días de la pandemia / 27
Dº Francisco Ruiz Noguera, Académico de Número y Bibliotecario

Contradanza

Mientras dure el billete solo ida―
de un viaje que vuela año tras año,
mientras siga la broma del engaño,
ven a bailar el baile de la vida.
 
Trampea por ganar esta partida,
y después de subir cada peldaño,
cree, por fin, burlar el desengaño
y trata de encontrar una salida
 
soñando con firmar una alianza
―en un pacto imposible― con la suerte,
pero ve que, vencido, el tiempo avanza,
 
y corre, manteniendo el paso fuerte,
con el ritmo implacable de esta danza
que siempre llega, al fin, como la muerte.
 

 
 
(Inédito, septiembre, 2018)
Francisco Ruiz Noguera

26. “HIMNO A LA ALEGRÍA”
Dº Andrés Amorós
Académico Correspondiente en Madrid +

26

miércoles
6 mayo
2020

días de la pandemia / 26
Dº Andrés Amorós, Académico Correspondiente en Madrid

“HIMNO A LA ALEGRÍA”

         En los momentos de tribulación, resulta especialmente adecuado escuchar el tiempo final de la Novena sinfonía de Beethoven: una de las obras más populares de toda la música clásica, declarada, desde 1972, símbolo de la Unión Europea.

         Ya se planteó Beethoven poner música al poema de Schiller en 1793, cuando tenía 23 años: le escribió a la hermana del poeta, preguntándole si él aceptaría que lo hiciera un joven músico, poco conocido. La concluyó 31 años después, en 1824, tres años antes de morir.

         En su poema, Schiller había sustituído “Libertad” (“Freiheit”) por “Alegría” (“Freude”).  En 1824, Beethoven sufría su progresiva sordera, tenía dificultades económicas, pleitos familiares… Con gran audacia, decidió combinar la parte instrumental con la voz; luego le seguirán Listz, Mahler, muchos más.

  Cantan el bajo y el coro:

         “¡Alegría!, bella chispa divina,
           hija del Elíseo,
           ebrios de tu fuego, penetramos,
           ¡oh celeste!, en tu santuario”.
         Continúan el tenor y el bajo:
         “Todos los seres beben la alegría
           en el seno de la naturaleza.
           Todos los buenos, todos los malos
           siguen su senda florida (…)
           y el querubín llega ante Dios”.
         Repite el coro la frase: “… ante Dios”.

  El cuarteto de solistas, el coro, la orquesta, todos se unen en un final grandioso:

         “¡Abrazaos, multitudes!
           ¡Un beso al mundo entero!
           Hermanos, sobre la bóveda estrellada
           debe habitar un Padre amoroso.
           ¿Os arrodillais, multitudes?
           Mundo, ¿presientes a tu Creador?
           Búscalo más arriba de la bóveda estrellada.
           Sobre los astros debe habitar”.

         En el estreno, en Viena, el 7 de mayo de 1824, Beethoven, que no oía nada, se colocó en un asiento, a la derecha del director, marcando los tiempos. La novedad de la obra sorprendió a los críticos: “Una monstruosa locura, el último detalle de un genio que está expirando… Un gran error de un maestro, aislado del mundo por la sordera… Los más ardientes admiradores de Beethoven, si es que les queda sentido común, deberán deplorar con toda su alma que se haya dado publicidad a una obra tan absurda”. (Una lección de modestia para todos los que hacemos crítica). Gracias a Mendelssohn y a Wagner, el público comenzó a admirarla.

         Hoy, es un tópico compararla con los frescos de Miguel Ángel, en la Capilla Sixtina: dos de las más grandiosas creaciones del espíritu humano. Simbólicamente, Furtwängler la dirigió en Bayreuth, después del nazismo y de la guerra.

         Alegría, libertad, fraternidad de todos los seres humanos… Además de su belleza, esta música nos da un mensaje de humanidad. Se puede resumir en el lema de Goethe: “Por el dolor, a la alegría”.

6 Mayo 2020
Andrés Amorós

25. TIEMPOS DE UTOPÍAS RAZONABLES (II)
Dº Francisco Carrillo Montesinos
Académico Emérito +

25

miércoles
6 mayo
2020

días de la pandemia / 25
Dº Francisco Carrillo Montesinos, Académico Emérito

TIEMPOS DE UTOPÍAS RAZONABLES (II)

Toco marchas para vencidos y víctimas

WALT WHITMAN

      ¿Cuántas personas, ciudadanos, ciudades, asentamientos humanos, países, naciones, Estados, se encuentran objetivamente en las fronteras del mundo a pesar de los cantos en sordina de lo que estamos llamando progreso y desarrollo? Los actores sociales quedaron sumergidos por el engranaje de la competitividad y de la sociedad mediática. Si alguien escapó fue por decisión propia de reclusión y silencio de monasterio en donde el poeta busca desesperadamente que los versos se abran paso y que no se conviertan en ecos de desierto.

       Hoy podemos vislumbrar que la solución de la situación caótica del mundo ha de ser «cultural» y «educativa» (lo que los japoneses calificaron, los primeros, de «desarrollo humano»). La trágica crisis global que origina la pandemia de COVID-19, está mostrando la ausencia de una efectiva autoridad mundial que coordine la acción a escala planetaria. Ello es debido a que se están aplicando a la lucha contra la pandemia parámetros de sociedades con fecha de caducidad, cuyas prioridades siguen marcadas por esquemas de exclusiva competitividad económico-financiera que no consideran a la persona humana como el más relevante motor de la solidaridad y beneficiario y renovado factor de producción de bienes y servicios, así como de ocio socialmente útil. Lo estamos constatando en España: la pandemia en dos meses casi nos ha retrotraído a escenas y hechos los años de 1940, con un trágico panorama que ha robado probablemente más de cinco millones de empleos, a los que se suma la economía informal no declarada. Y con 21 millones de personas -por ahora- dependiendo de las arcas del Estado. Es la consecuencia de un imprevisto ataque exterior por un virus letal para la salud y para la sociedad en su conjunto.

       Atravesamos una transición global y apenas nos damos cuenta. Las culturas del mundo (incluida la cultura científica y tecnológica) son como «placas tectónicas» siempre en movimiento. Son personas las que crean las bases culturales de las sociedades, de la política, de la economía. De ellas van surgiendo los cambios y las transformaciones. Y podemos afirmar que se nos presenta harto complejo predecir que volveremos a tiempos mejores del pasado. La «sociedad industrial» que renace tras la II Guerra Mundial y que garantiza un par de décadas de bienestar (salario mínimo interprofesional, vacaciones pagadas, objetivos de pleno empleo, negociación patronal-sindicatos, sólidas democracias formales, muchas de ellas cimentadas en pactos de gobierno entre izquierdas, derechas y centro…etc.) ya no volverá…en años. Hemos entrado en la sociedad de la comunicación y de la información (2.0) bajo el paraguas de los fuertes procesos de globalización económica y financiera. Estamos en tiempos de desindustrialización, de deslocalización y de hegemonía del capital financiero transnacional. Las sociedades cambian a un ritmo imprevisto y aquellas «placas tectónicas» latentes se agitan. De aquí, la descolocación, por ejemplo, de los sindicatos, de la patronal y de las viejas estructuras organizativas de los partidos políticos. Se siguen manteniendo pautas y esquemas autorreferenciales como si todavía estuviésemos en la sociedad industrial que siguió a la II Gran Guerra. Por ello, los mensajes no pasan y vemos resurgir de aquellas «placas tectónicas» nuevos actores sociales, que reivindican su individualidad y, con gran sorpresa de todos, tienen como único asidero la Declaración de los Derechos Humanos Universales. Al mismo tiempo, la ciencia, las neurociencias y las nuevas tecnologías aplicadas han desbordado toda previsión, pero es de imaginar con unas prioridades que le han impedido anticiparse a la pandemia. Pero las filas están formadas, de inmediato, para llegar, el primero, al fármaco eficaz y a la vacuna segura, con una producción industrial de 7 mil millones de unidades. Es guerra fría como lo fue la primera llegada a la Luna y el descubrimiento de la bomba atómica. Hoy, en cuestión de segundos, un solo videojuego puede llegar a más de 10 millones de teléfonos móviles; ya está en preparación un marcapasos para el corazón de tamaño inferior a medio grano de arroz que se podrá reprogramar con un teléfono móvil; es muy probable que las grandes enfermedades se venzan de aquí a 30 años (alzheimer, cáncer, sustitución de tejidos…etc.), mientras sigue matando el paludismo por no darle prioridad de rentabilidad a una vacuna que aún no existe. La esperanza de vida en sociedades digitales y de investigación avanzada llegará a los 120 años. Las viejas fábricas de la sociedad industrial que nacieron con la revolución industrial, se desplazarán sin duda a los laboratorios de investigación y al campo de las industrias culturales y medioambientales. No se trata de ciencia ficción. Son constataciones que ya podemos hacer de forma experimental, sin excluir la gran tentación para algunos de las armas bacteriológicas, químicas, de destrucción masiva. El terrorismo, islamista o no, son clientes en la invisible sala de espera.

     Estamos ante una carrera inimaginable de la ciencia y de sus incidencias en el desarrollo de las nuevas sociedades posindustriales. Ello no quiere decir que las enormes desigualdades sociales y entre países se vayan a superar de la noche a la mañana. Más bien, podríamos afirmar lo contrario. ¿Cómo se pagarán las pensiones a una población con esperanza de vida de 100/120 años, quizá dentro de 3 décadas, en zonas altamente desarrolladas? ¿Cómo se distribuirá equitativamente el nuevo conocimiento entre todos los países del mundo? ¿Cómo se regulará la producción agrícola para alimentar a más de 10 mil millones de habitantes en 2.030? ¿Cómo irán encajando las piezas de este  «Cambio de Era» para que la población, cada vez más globalizada, pueda beneficiarse de los adelantos científicos, de la aplicación de las nuevas tecnologías en medicina, educación, formación, soportes culturales, nivel de vida? ¿Cómo se sustentará el consumo de agua, luz, electricidad, vivienda, bienes de primera necesidad? ¿Habrá suficientes recursos para financiar una educación para todos? Si en 2019 hubo un movimiento de población de 1.200 millones de personas (turismo de masa), ¿cómo se podrá prever los efectos inducidos de esos movimientos, junto al de los contenedores, que podrían multiplicarse por dos o por tres? Ante estas cifras, será necesario establecer una política sanitaria de enorme envergadura a nivel mundial. 

     Este panorama, en donde subyacen importantes retos medioambientales y de conservación del Planeta, si se produce de forma desordenada y no regulada a escala planetaria, nos presentará la otra cara de la moneda: conflictos y enfrentamientos en zonas que pensábamos ya estaban inmunes; grandes desigualdades; nuevas formas de conflictos sociales; ampliación de las zonas de hambre, miseria, enfermedades, epidemias, pandemias, desempleo masivo, nueva modalidad de analfabetismo, fanatismos desesperados, proliferación de guerras… ¿Quién podía imaginar la guerra de Ucrania en la Europa segura y bienpensante? Todo país del mundo que no se dote de un motor de desarrollo científico y digital 2.0, con resolución de la desigualdad del cálculo numérico, y que al tiempo no incremente considerablemente los niveles educativos, y la democratización del conocimiento científico, será víctima de una mayor exclusión que la actual, cuyas consecuencias para la seguridad de la especie humana y la paz internacional son imprevisibles.

     Estamos en un «Cambio de Era» y la presión en el alumbramiento de la generalización de la sociedad digital 2.0 cada día es más evidente. Ello nos lleva a afirmar que hay que resolver los problemas pendientes -que son muchos- de este modelo de sociedad que toca a su fin, e ir abriendo las compuertas hacia ese otro modelo que ya está presente. La transición no será nada fácil porque tocará a todos los sectores. Llegará un momento en que parámetros y referencias económicas (ya está ocurriendo) como los indicadores macroeconómicos, la prima de riesgo, los sanatorios de viejas empresas, la renta per cápita, incluso los índices de consumo, dejarán de ser válidos porque otro tipo de relaciones económica con cada vez mayor peso internacional, los irán sustituyendo. Volverá a la palestra, con mayor fuerza orientadora, los nuevos índices de desigualdad y se resucitará la curva de Lorenz, entre otros materiales de trabajo. Los efectos de la COVID-19 ya los estamos constatando y los observaremos en su repercusión a través de los próximos diez años. Creo sinceramente que quien no vea, desde ahora, cambios en las sociedades es que está guiado por ceguera analítica. La pandemia no puede ser una coartada, aunque para algunas podría serlo.

     La corrupción y la codicia no lo explican todo. Puede que respondan a los fuertes cambios en las sociedades contemporáneas desreguladas, como también puede que así sea en lo que se refiere a la desafección a las antiguas estructuras organizativas políticas y sindicales. La nueva sociedad, en la que ya estamos (y que se podía prever observando el movimiento de esas «placas tectónicas» latentes pero cada vez más manifiestas en todo lugar, a las que me he referido), está pidiendo un nuevo lenguaje y, sobre todo, nuevos instrumentos para que los nuevos actores la vayan definiendo y modelando. En esta perspectiva se ha colocado el Papa Francisco desde su observatorio privilegiado que él llama «periferias existenciales de la Casa Común” y que uno de los maestros de la sociología contemporánea, Alain Touraine, a sus 90 años, califica como «fin de las sociedades» tal como las hemos vivido hasta nuestros días.

     Los trabajos prospectivos, así como nuevos modelos de simulación, son de una necesidad inexcusable para intentar prever lo que ocurrirá de aquí a sólo 30 años. A pesar de la globalización, se constata que hay un mayor protagonismo, a todos los niveles, de la diversidad de las culturas y de los hechos culturales, de la epidemiología y de la biología molecular apoyada por los cálculos numéricos, a los que hay que abrir nuevos cauces. Esa diversidad cultural nace de esas «placas tectónicas» en continuo movimiento en donde habitan los ciudadanos de este mundo, la mayor parte en estado de indigencia derivado de la pandemia, que esperan contribuir a construir ellos mismos su propio devenir. A veces, el cortoplacismo de los políticos, el electoralismo y el apego a los trepidantes ritmos del día a día no dejan ver la profundidad y la gravedad de la problemática. La COVID-19 es un ejemplo irrefutable de falta de previsión analítica y de prioridades en la investigación básica y en las estructuras de salud y sanidad pública y privada. La búsqueda de un fármaco eficaz y una vacuna contra el actual coronavirus que hace estragos, ha desencadenado una guerra comercial e industrial que podría conducir a una guerra caliente entre Estados Unidos y China, y a un desmantelamiento del policentrismo multilateral y solidario.

     No creo haya otra salida para regular, con justicia distributiva y equidad, nuestro propio caminar y el de las generaciones futuras, en paz y armonía, que trabajar todos para ir construyendo una alianza de valores, lo que implicaría, con carácter de urgencia, la generalización de la educación basada en valores universales en donde se dé primacía a la dignidad de cada persona y en donde vayamos sustituyendo el concepto de interés general por el del bien común. Todo un programa que transciende fronteras, pero que ha de empezar en nuestros entornos más próximos, y que ha de «humanizar» sin compás de espera a la nueva globalización que tendrá sombras y también luces para que, al menos, facilite ver más próximo «al otro» que hasta ahora lo considerábamos como el ignoto extranjero. No veo a las Superpotencias, que por definición están en competición, poniendo orden al desorden actual del mundo. Pienso que el necesario mecanismo regulador sigue encontrándose en una ONU que se fundó en la Conferencia de San Francisco tras la II Guerra Mundial y que requerirá una refundación tras la actual pandemia devastadora. Urge una autoridad ética y moral universal.

(6 Mayo 2020)
Francisco Carrillo Montesinos

24. De árboles y tiempo II Dº Fernando de la Rosa Ceballos
Académico de Número y Tesorero +

24

miércoles
6 mayo
2020

dias de la pandemia/ 24
Dº Fernando de la Rosa Ceballos
Académico de Número y Tesorero

Título: De árboles y tiempo IITécnica: Fotografías, papeles y óleo sobre madera
Dimensiones: 125,5 x 70,5 cm.
Año: 2020

23. QUIRÓPTEROS
Dª Aurora Luque
Académica Electa +

23

domingo
3 mayo
2020

días de la pandemia / 23
Dº Aurora Luque, Académica Electa

QUIRÓPTEROS

Escribí este poema cuando se difundieron en la prensa noticias sobre el origen de la epidemia de Ébola: por pura necesidad, en algunos lugares de África los murciélagos se consumían como alimento humano. Curiosamente, la pandemia actual parece originarse a partir del consumo del mismo animal aunque por motivos diferentes. El murciélago, siempre protagonista de fábulas siniestras y letales.
 
 
Quirópteros
 
 
Atención: se ha escapado de libros y pantallas
un mito occidental. Y como un monstruo
habita entre nosotros, con su séquito
de pánicos ahora.
                                 Antes era un morboso
asunto de succiones entre adultos.
Castillos quebradizos, capas negras y damas
con los cuellos muy pálidos,
féretros con resorte, mordiscos voluptuosos.
Después vinieron góticos adolescentes nórdicos,
exangües, inquietantes criaturas urbanitas.
El verbo se ha hecho carne, membranas, garras negras,
ojos alfilerinos. Previsto no lo estaba.
El vampiro ha mutado de costumbres.
Ahora el mito se vuelve africano y solar.
Un niño hambriento chupa unos cartílagos
y la sangre le brota por los ojos.
 
Y no salva el amor como en el cine.
 
 
AURORA LUQUE
Del libro Personal & político, col. Vandalia,
 Fundación José Manuel Lara, Sevilla, 2015

22. Ahora sí parece que llegará la Primavera
Dº Sebastián García Garrido
Académico de Número +

22

sábado
2 mayo
2020

días de la pandemia / 22
Dº Sebastián García Garrido, Académico de Número

Título: Ahora sí parece que llegará la PrimaveraTécnica: Fotografía digital
Dimensiones: 3,2 MB

21. TIEMPOS DE UTOPÍAS RAZONABLES (I)
Dº Francisco Carrillo Montesinos
Académico Emérito +

21

viernes
1 mayo
2020

días de la pandemia / 25
Dº Francisco Carrillo Montesinos, Académico Emérito

TIEMPOS DE UTOPÍAS RAZONABLES (I)

El enclaustramiento colectivo deja un margen notable al pensamiento.  La hora es muy propicia a los filósofos, sociólogos, psicólogos sociales, así como a los nuevos tecnólogos con capacidad de leer los hechos y de adentrarse de mano de la prospectiva en el diseño teórico de modelos de sociedades para el día después. Sería ingenuo razonar que ese día después llegará cuando finalice las etapas, en todos los países, de la última fase de la desescalada o con una supuesta inmunización del 70% de las poblaciones. Ni una cosa ni otra está demostrado. Como tampoco está demostrado que los no infectados deseen voluntariamente contagiarse para adquirir una incierta inmunización. En tal caso, sería casi preferible ofrecerse como cobaya voluntaria en las experimentaciones clínicas que ensayan proyectos de vacunas. Atravesamos una gran incertidumbre, regida por el miedo, que es sin duda miedo a la muerte, a la ignoto, y terreno abonado a las utopías razonables.

Una de esas utopías razonables se podría resumir en los instrumentos básicos de supervivencia, muy útiles en los periodos de confinamiento: vivienda, alimentos, higiene y alfabetización sanitaria, máxime cuando los especialistas de epidemias globales y de la Organización Mundial de la Salud no excluyen, -ya que el virus sigue presente en nuestras sociedades-, una segunda e incluso tercera ola, tras el verano europeo, que podría llevar a un nuevo confinamiento. Esto, caso de no encontrarse el fármaco eficaz y la vacuna. Por ello, son muy adecuados los consejos para no bajar la guardia ni  inundar espacios de actividades masivas. 

Los hechos son como son hasta que dejen de serlo. Pero algo ha cambiado en profundidad aunque se intente edulcorar con un discurso para evitar el pánico social. Creo encontrarme entre los que piensan que con unos indicadores macroeconómicos previsibles que nos retrotraen a los años de 1940 (Francia incluida, así como Estados Unidos o Alemania para citar algunos ejemplos) las cosas no pueden volver al ex ante de la pandemia mundial. El consumo está tocado en las dos alas, lo que tendrá una indudable incidencia en los problemas sociales, como afirmaba en noviembre de 1970 Manuel Castells en la revista Espaces et Sociétés: «Que los problemas urbanos, expresión directa del proceso social de consumo colectivo, estén en el centro del conflicto político de las sociedades industriales, es algo conocido desde hace tiempo». El ahorro también está tocado en sus orígenes. Y la inversión parece difícil se reactive con la globalización financiera que no escapa a la crisis planetaria. La problemática es de enorme calado a la espera de los flujos de dinero de organizaciones supranacionales, como lo es la Unión Europea, con sus límites cuantitativos y con sus contrapartidas que serán exigentes. Si se logra un equilibro entre consumo e inversión -dicen los clásicos- estaríamos salvados. ¿Quiénes estaríamos salvados porque el análisis es global y no regional? Keynes ha vuelto y el Nobel Samuelson con su dilema “cañones o mantequilla”.

Al nacer -y aquí llega la utopía- se dice nacemos iguales ante la Ley, pero desiguales conforme al entorno social en el que se nace no por voluntad propia. A cada recién nacido podría adjudicársele una hectárea de tierra cultivable para autoabastecimiento primario y una funcional vivienda para futuros y eventuales enclaustramientos. Los propietarios individuales (y sus futuras familias) entraría en conexión cooperativa con los otros pequeños propietarios: unos producen leche, otros, carne, los demás hortalizas y trigo para hacer pan. Y pozos, artesianos o no, para beber. Sin excluir alguna viña para el vino, y frutales. Economía de subsistencia universal que sería el motor de la nueva reindustrialización y de la agroindustria. Perfilaría un nuevo diseño de asentamientos humanos que descargarían a las grandes ciudades o a las de talla media y a las megalópolis. No me inspiro en Fourier, el socialista utópico, ni en la beat generation. Es una utopía razonable porque se origina en la razón práctica que piensa en la actual desolación humana del fin de las sociedades que hemos conocido y que no es referencia de crónicas escritas, radiadas o televisivas.  

Personas humanas con una seguridad de base que serían motores de la nueva industria y de los renovados servicios. Que borrarían del léxico a la «España vaciada». Claro, con una educación potente para todos, en donde la filosofía, los clásicos, las nuevas tecnologías y las materias científicas se articulen en un curriculum interdisciplinar, como la interdisciplinariedad que se ha practicado en las UCI y en los laboratorios de investigación y de «tormenta de ideas». Demasiado utópico para las mentalidades que hemos ido estructurando. Lo reconozco. Y soy consciente de que se volverán a cometer los mismos errores en la socio-dinámica que prevalece en nuestras hoy heridas sociedades. Esperemos se eviten aquellos errores más devastadores a nivel global, y a todos los niveles.

(1 Mayo 2020)
Francisco Carrillo Montesinos

20. Tríptico de la fragilidad
Dº Francisco Ruiz Noguera, Académico de Número y Bibliotecario
+

20

jueves
30 abril
2020

días de la pandemia / 20
Dº Francisco Ruiz Noguera, Académico de Número y Bibliotecario

Termina abril de 2020


 Traigo a estas páginas de «Días de la pandemia» dos fragmentos del comienzo de The Waste Land (La tierra baldía) de T. S. Eliot, en traducción de José María Valverde.
 
T. S. Eliot: The Waste Land (1922) La tierra baldía

1. «El entierro de los muertos»
 
                        Para Ezra Pound
                        Il miglior fabro
 
Abril es el mes más cruel, criando
lilas de la tierra muerta, mezclando
memoria y deseo, removiendo
turbias raíces con lluvia de primavera.
El invierno nos mantenía calientes, cubriendo
tierra con nieve olvidadiza, nutriendo
un poco de vida con tubérculos secos.
El verano nos sorprendió, llegando por encima del Starnbergersee
con un chaparrón; nos detuvimos en la columnata,
y seguimos a la luz del sol, hasta el Hofgarten,
y tomamos café y hablamos un buen rato.
Bin gar keine Russin, stamm’ aus Litauen, echt deucht.
Y cuando éramos niños, estando con el archiduque,
mi primo, me sacó en un trineo,
y tuve miedo. Él dijo, Marie,
Marie, agárrate fuerte. Y allá que bajamos.
En las montañas, una se siente libre.
Yo leo, buena parte de la noche, y en invierno me voy al sur.
[…]
Ciudad irreal,
bajo la niebla parda de un amanecer de invierno,
una multitud fluía por el Puente de Londres, tantos,
no creí que la muerte hubiera deshecho a tantos.
Se exhalaban suspiros, breves y poco frecuentes,
y cada cual llevaba los ojos fijos ante los pies.
Fluían cuesta arriba y bajando King William Street,
a donde Santa María Woolnoth daba las horas
con un sonido muerto en la campanada final de las nueve.
Allí vi a uno que conocía y le paré, gritando: «¡Stetson!
¡Tú, que estabas conmigo en las naves en Mylae!
Ese cadáver que plantaste el año pasado en tu jardín,
¿ha empezado a retoñar? ¿Florecerá este año?
¿O la escarcha repentina le ha estropeado el lecho?
¡Ah, mantén lejos de aquí al Perro, que es amigo del hombre,
o lo volverá a desenterrar con las uñas!
¡Tú! hypocrite lecteur! -mon semblable, -mon frère!».
 
 
Francisco Ruiz Noguera

19. SE AYUDA QUIEN AYUDA
Dº Sebastián García Garrido
Académico de Número +

19

miércoles
29 abril
2020

días de la pandemia / 19
Dº Sebastián García Garrido, Académico de Número

TÍTULO SE AYUDA QUIEN AYUDATécnica: Dibujo vectorial
Medidas: 175 x 236 cm.
Fecha: 2013

Un cartel con un mensaje eterno al que estos días volvemos la cabeza.

El proyecto To be continued… organizado por el Estudio Buenavista Obra Social esta campaña invita a 35 diseñadores ya artistas, a que a través de su obra, comuniquen la necesidad de la donación de órganos.

Los diseñadores Eduardo Arroyo, Enrique Acosta Naranjo, Lorenzo Bennassar, Alberto Corazón, Marta Corcho, Manolo Cuervo, Daniel Diosdado, David Díaz-Cantelar, Joaquín Gallego, Raúl Gómez, Sebastián García Garrido, Antonio Herráiz, Bernardo Jiménez Tomán, Luis Jarillo (Manigua), Ana Lorente Cazenave, Carlos Laínez, Fernando López Cobos, Virginia Laceras, Segundo Leria, Fernando Molina, Manuel Ortiz, Pepe Oyárzabal, Antonio Pérez Escolano, Jacobo Pérez Enciso, Paco Pérez Valencia, Paco Peregrín, Andi Rivas, Juan Romero, José Ramón Sierra, Juan Suárez Ávila, Martín Santiago, Manuel Moreno, Juan Toribio y Joseph María Trías, usan el poder comunicativo del cartel como instrumento para luchar por la vida, transmitiendo a la sociedad un mensaje de esperanza y solidaridad en relación a la donación de órganos.

El proyecto se inicia en la Avenida de la Constitución de Sevilla con una exposición en la calle que sorprendió a miles de ciudadanos en plena campaña de Navidad con 35 carteles impresos en dibond de 175 x 236 cm .

Domestika.org

18. En tiempos de zozobra
Dº Carlos Taillefer de Haya
Académico de Número +

18

martes
21 abril
2020

días de la pandemia / 18
Dº Carlos Taillefer de Haya, Académico de Número

EN  TIEMPOS  DE  ZOZOBRA II

Homenaje a  Ramón  TRECET
Hoy va de Música.


Para recordar la sintonía que durante muchos años abría y cerraba el programa “Diálogos 3” en RNE3.  CLANNAD (Harry`s  Game)

Que bueno sería en estos tiempos de zozobra oír  músicas de Vanguardia, New Age, Tradicionales y Étnicas.

Y qué finales de programa con esa frase rotunda y definitiva con la que TRECET  despedía cada programa:

“Buscad la BELLEZA. Es lo único que merece la pena en este asqueroso mundo”

Aquí tenéis un brevísimo resumen de 57 minutos con una muestra de muchísimos de los descubrimientos musicales, que tuvimos la oportunidad de conocer gracias a  Ramón  TRECET.

17. 22 DE ABRIL DÍA DE LA TIERRA
Dº Sebastián García Garrido
Académico de Número +

17

lunes
27 abril
2020

días de la pandemia / 17
Dº Sebastián García Garrido, Académico de Número

TÍTULO: AHORA VUELAN MÁS ALTOTécnica: Dibujo vectorial
Dimensiones: 100x100cm
Año: 2020

16. Tríptico de la fragilidad
Dº Francisco Ruiz Noguera, Académico de Número
Académico de Número y Bibliotecario +

16

lunes
27 abril
2020

días de la pandemia / 16
Dº Francisco Ruiz Noguera, Académico de Número y Bibliotecario

TRÍPTICO DE LA FRAGILIDAD


 
1
(La ciudad alegre y confiada)

Asoma un nuevo día.
Se viste la mañana
de los tonos radiantes
que habitan lo seguro:
el plácido refugio
de un mundo de certezas.
No hay fisuras que agrieten
el andamiaje firme,
la solidez probada
que acuna  nuestras vidas.
 

 
 
2
(La visita de Celestina)

Fortaleza del cuerpo:
«Gran justador» Calisto,
«verle armado, un San Jorge»,
«todo junto semeja
ángel del cielo». Ahora
—fragilidad humana—,
mira al pobre mancebo:
entra en dolor y noche
y yace derrotado
por una triste muela.
 

3
(Las murallas de Jericó)
 
El curso de las horas.
La mañana de nuevo
se viste de esplendores,
pero ya las trompetas
han derribado muros.
¿Quién alzará las piedras
que restañen fisuras
si, eficaz, la cautela
sembró con beneficio
la flor de la sospecha?
Francisco Ruiz Noguera
(Inédito. 23-04-2020)

15. La genealogía del vacío
Dº José Infante Martos
Académico de Número y Secretario +

15

viernes
24 abril
2020

días de la pandemia / 15
Dº José Infante Martos, Académico de Número y Secretario

LA GENEALOGÍA DEL VACÍO


(*Libro, tercera entrega de la serie “Autobiografía del desconsuelo”, cuya aparición se ha retrasado por la crisis de la pandemia, en la colección “La rama dorada” de la editorial Huerga & Fierro de Madrid)
 
(Autobiografía del desconsuelo III)
 
(1994-1997)
 
 “lo verdaderamente trágico de la vida es que olvidamos. Los momentos felices llegan y se van, nuestros amigos se mueren y todo acaba por destruirse, pero esto sería soportable si pudiéramos  conservar imágenes más claras y más precisas del pasado. La muerte verdadera es el olvido, porque si hay algo que conservamos y atesoramos son nuestros recuerdos. Toda la sustancia de nuestra vida está en ellos...”
 
                                                                        Gerald Brenan

LIBRO PRIMERO
 
LA ANIQUILACIÓN DEL TIEMPO
 
La vida es una carrera desenfrenada
                                                           y luego vas y te mueres.
                                                                                                          Ava Gadner
 
                                            Todo nuestro conocimiento nos viene de las
                                                           Sensaciones.
                                                                                          Leonardo da Vinci                                                               
Noviembre

Avanzar, avanzar, avanzar. Sólo te invitan a caminar seguro hacia tu propia aniquilación.
 
***
 
Cuando empiece otra vez la noche de la historia ¿se quedará el mar ahí, azul, inabarcable  y solo?
 
***
 
Ya no siento la vida más que como un tránsito a  convertirse en sueño.
 
***
 
Todo es posible, porque todo es mentira.
 
***
 
No es la luna, no es el tiempo. Somos nosotros los que pasamos solos y quedamos vacíos. Como cántaros rotos.
 
***
 
Luego, cuando llegue la  Aurora, todo será otra vez objeto de tu canto. Pero la noche tiene sus bordes más oscuros cuando tú la contemplas sin deseo ni esperanza.
 
 ***
 
¿Quién será quien recoja tu corazón vencido, como un arco de fuego que la luna enfrió?
 
***
 
Siempre es tarde mañana, porque el viento se lleva suspiros y plegarias, los deseos y lo que nunca llegaste a poseer.
 
***
 
Si tuvieras el valor suficiente para acabar la vida ¿quién te sucedería al borde de la noche, esperando que nadie viniera a acompañarte?
 
***
 
Contra toda esperanza, la realidad impone sus sencillas razones. Su simple y necesaria manera de existir.
 
***
 
Cuando nadie recuerde tu mirada tan triste, ni tu angustia lejana, ni tu sonrisa leve, tampoco habrá quien pueda comprenderlo del todo.
 
***
 
Si llegas es que existes. Pero si no llegaras nunca, también sabría que estás más allá de la noche y de la realidad, esperando que un soplo dé vida a lo que es nada.
 
***
 
Si la Historia no explica lo que ya ha sucedido a lo largo del tiempo. ¿Cómo pretendemos, ilusos, entender lo que ocurre a nuestro alrededor?
 
***
 
Los números no tienen otra razón de ser que decirnos el valor que le damos a lo que nada vale o a lo que vale tanto que nos parece inalcanzable.
                                           
 
 
Enero
 
 
Siempre la soledad te conduce al abismo. Siempre te roba el sueño. Siempre te amenaza, como si fuera la última pendiente por donde rodarás, inútil en la noche del tiempo.
 
***
 
¿Por qué vuelves otra vez y confías en que habrán de cambiar las gentes y la ferocidad de este pueblo que no aprendió la lección de la historia ni su ejemplo?
 
 
***
 
Agua oculta que llora, dejad el balcón abierto, fuente de las lágrimas… Y otros ejemplos del misterio que oculta la realidad.
 
 
***
Has dado otra oportunidad a esta ciudad que ya será para siempre la ciudad de la mentira y de lo sucio. Nada hay que pueda salvar este naufragio.
 
***
 
 
El roce de su piel te estremece, como el amanecer. Un día para el recuerdo. Verano, horizonte desnudo y el amor y el mar. Ahora bloqueo completo del corazón arrasado.
 
***
 
Cartas que nunca fueron enviadas, tarjetas que se perdieron en el camino o perdieron el objeto de su destino ¿o acaso no tenían destino a pesar de la dirección que figuraba en ellas? Lo que no fue expresado también se pudre en el interior.
 
***
 
¿Es acaso la hora del amor. Mira hacia arriba, espera. Marcha hacia el destino sin esperar los dones que alguien te prometió y nunca te entregaron.
 
José Infante Martos
abril 2020

14. SIN TÍTULO
Dº José Manuel Cabra de Luna
Académico de Número y Presidente +

14

viernes
24 abril
2020

días de la pandemia / 14
Dº José Manuel Cabra de Luna, Académico de Número y Presidente

SIN TÍTULOTécnica: Acuarela de pastel y nueces
Dimensiones: 23 x 23 cm.

13. Un sentimiento dulce
Dº Jaime Siles, Académico correspondiente en Valencia +

13-1

viernes
10 abril
2020

dias de la pandemia/ 13-1
Dº Jaime Siles
Académico correspondiente en Valencia

UN DOLCE SENTIMENTO

Traduzione di Giancarlo Depretis

Negli ultimi anni mi son disposto
a congedarmi da tutti e da me stesso:
a dire addio a qualsiasi cosa
ad ogni profilo, ad ogni parola
e, in vita mia, per la prima volta
ho provato  ciò che vuol dire pietà
che è –o lo è forse - un dolce sentimento
che ci indirizza verso  noi stessi,
ma non con la vertigine  del suo aspro sollievo
bensì con un amore per quanto noi siamo
e per tutto ciò che con noi si appresta a morire:
un pomeriggio in penombra, una mattina assorta,
il volo degli uccelli, una città con torri e campanili,
il ricordo del mare, un chiacchierare tra amici,
la lezione di un maestro,  la cattura dell’amore,
quanto imparammo,  ciò che  non sappiamo,
ciò che con noi vivrà,  quanto desiderammo,
e tutto quanto non ci volle mettendoci da parte,
ciò che neppure ci guardò, ciò che ci dice addio
sempre e comunque, e quegli istanti del tempo
ai quali non si può far ritorno.
Mi congedo da tutti e da tutto,
non soltanto da voi: mi congedo, innanzitutto, da me,
con chi io so che mai più mi incontrerò-
perché un altro attraversa la strada che io calco,
perché è un altro che veste come io vesto,  
perché la bocca che dice ciò che dico
non è stata né mai sarà quell’io;
poiché un altro è chi scrive questi versi
diverso anche da chi li legge
ed essendo l’identità  un magma
di tante e piccolissime cose
che ogni giorno vanno riacquistate
perché, se no, si estingue, si dissolve, si cancella
come adesso io, e anche tu, sto,
stiamo cancellando e dissolvendo,
su una pagina in bianco o in quel che rimane da scrivere,
all’interno di qualcosa
la volontà di credere d’essere se stessi,
così non è: è sempre un altro chi ci accompagna;
sempre è un altro ciò che chiamiamo io.
Per questo la vita è un esilio
non di un istante ma di continuo
e di tutte le persone che siamo state,
che siamo e che saremo dentro di esso,
e dalle quali impercepibilmente ci stiamo congedando
in quell’addio a ciascuno di noi
che nella vita compare nei momenti di nebbia
e che, di conseguenza, focalizza l’istante
e lo muta nel simbolo
della presenza in ombra che è stato quello che chiamiamo io,
l’unica cosa che abbiamo che ci appartiene,
l’unica cosa che mai torneremo ad essere,
ciò che ormai fummo, ciò che non saremo,
uno scorcio di ombre
percosse dal fuoco dell’immaginazione.
Rivivere l’istante
prima che tutto sia solo la sua fine.
 
 
UN SENTIMIENTO DULCE

 Estos últimos años he estado
 despidiéndome de todos y de mí:
 diciendo adiós a cada cosa,
 cada perfil, cada palabra
 y, por vez primera en mi vida,
 he sentido eso que se llama piedad
 y que es –o puede ser– un sentimiento dulce
 que nos hace mirar hacia nosotros mismos,
 pero no con el vértigo de su relieve ácido
 sino con un amor a todo lo que somos
 y a cuanto con nosotros se dispone a morir:
 una tarde en penumbra, una mañana absorta,
 el vuelo de las aves, una ciudad con torres y espadañas,
 el recuerdo del mar, una conversación con los amigos,
 la lección de un maestro, el rapto del amor,
 lo que aprendimos, lo que no sabemos,
 lo que con nosotros vivirá, lo que quisimos,
 y lo que no nos quiso,lo que nos dejó a un lado,
 lo que ni nos miró, lo que nos dice adiós
 de todas las maneras, y los puntos del tiempo
 a los que no se puede regresar.
 Me despido de todos y de todo,
 no de vosotros sólo: me despido, sobre todo, de mí,
 con quien sé que nunca más voy a encontrarme–
 que otro cruza la calle que yo piso,
 que otro lleva la ropa que yo llevo,
 que esta boca que dice lo que dice
 no ha sido ni es ni será nunca lo que yo;
 que quien escribe este poema es otro
 distinto también a quien lo lee
 y que la identidad es un magma
 de muchas y muy pequeñas cosas
 que cada día hay que recuperar
 porque, si no, se extingue, se diluye, se borra
 como ahora mismo yo, y también tú, me voy,
 nos vamos, borrando y diluyendo,
 en una página no escrita o en algo aún por escribir,
 hacia dentro de algo
 que queremos creer que es uno mismo,
 pero que no lo es: es siempre otro el que nos acompaña;
 es siempre otro lo que llamamos yo.
 Por eso la vida es un exilio
 pero no de un punto sino de todo el tiempo
 y de todas las personas que hemos sido,
 que somos y seremos dentro de él
 y de las que nos vamos imperceptiblemente despidiendo
 en ese adiós a cada uno de nosotros
 que aparece en la vida en momentos de niebla
 y que, por eso mismo, focaliza el instante
 y lo convierte en símbolo
 de la presencia en sombra que ha sido lo que llamamos yo ,
 lo único nuestro que no nos pertenece,
 lo único que nunca volveremos a ser,
 lo que ya fuimos, lo que no seremos,
 un escorzo de sombras
 batidas por el fuego de la imaginación.
 Revivir el instante, revivir el instante
  de que todo sea  sólo  su fin.

Jaime Siles, Himnos tardíos (1999)

12. CITAS Y NOTAS
Dº José Manuel Cabra de Luna
Académico de Número y Presidente +

12

jueves
23 abril
2020

días de la pandemia / 12
Dº José Manuel Cabra de Luna, Académico de Número y Presidente

C I T A S     Y    N O T A S

El aire libre es también una forma de arquitectura.
George Santayana

Lo profundo es el aire. Jorge Guillén.
Lucha por transformar tu conocimiento en sabiduría, si no quieres acabar en la petulancia. JMCdeL.
¿Y cómo haber sabido que la eternidad duraba un solo instante? JMCdeL.
La lengua establecida -he ahí el enemigo-. George Steiner.
Lo que quiero es comprender, escribió Hanna Arendt. Comprender no es distinto a crear, nos dice Paul Valery. ¿Qué habría dicho Leonardo da Vinci? JMCdeL.
Solo cultivando el recuerdo, plantando flores en su jardín, conseguiremos vencer al pasado e impedir que nos hiera. JMCdeL.
Es la soledad la que tensa la cuerda que arroja el dardo del aforismo al centro más interior de la diana. JMCdeL.
“El libro es un pedazo de silencio en las manos del lector. Quien escribe calla. Quien lee no rompe el silencio”, ha escrito Pascal Quignard en su no prescindible obra Pequeños tratados. ¡Que afán! ¿Por qué nos instalamos en las palabras para arrancarles su nada? Retorcerle el cuello al lenguaje, hacerle decir lo que  no puede: el callar. Quien de verdad se va a vivir al interior de las palabras, no necesita decir su silencio; simplemente calla. JMCdeL.
“Las palabras que se pronuncian no son las palabras que se escriben. Otra sintaxis, otro mundo. La página es impronunciable”. Escribe Pascal Quignard en Pequeños tratados. No es lo mismo lenguaje en el silencio que lenguaje del silencio. Cuando la palabra habita el silencio de la página, se vuelve silencio ella misma, pero no pierde su condición de palabra, no su sentido (aunque se potencia); lo que olvida  -y quizá para siempre-  es su música, su sonoridad y se transforma así en “música callada”. Esa de la que nos habló San Juan de la Cruz. Leer un poema o recitarlo son dos cosas muy diferentes; en realidad son dos poemas distintos. JMCdeL.

JOSÉ MANUEL CABRA DE LUNA

11. 22 DE ABRIL DÍA DE LA TIERRA
Dº Sebastián García Garrido
Académico de Número +

11

miércoles
22 abril
2020

días de la pandemia / 11
Dº Sebastián García Garrido, Académico de Número

TÍTULO: 22 DE ABRIL DÍA DE LA TIERRATécnica: Dibujo vectorial
Dimensiones: 200x100cm
Año: 2020

10. HOMENAJE A MALÉVICH
Dº José Manuel Cabra de Luna
Académico de Número y Presidente +

10

martes
21 abril
2020

días de la pandemia / 10
Dº José Manuel Cabra de Luna, Académico de Número y Presidente

HOMENAJE A MALÉVICHTécnica: Tinta china y polvo de grafito 
Dimensiones: 23 x 23 cm. 

9. En tiempos de zozobra
Dº Carlos Taillefer de Haya
Académico de Número +

9

martes
21 abril
2020

días de la pandemia / 9
Dº Carlos Taillefer de Haya, Académico de Número

EN  TIEMPOS  DE  ZOZOBRA

Secuencia 1 :   Título: «Bienvenida a los novios» (4´22´´)
Secuencia 2 :   Título: «Abandono del pueblo inundado» (3´34´´)
Secuencia 3 :   Título: «Funeral» (2´28´´)


Os animo a todos a visionar esta película de la cual he elegido 3 secuencias que la definen muy bien.

Su título es “ELENI” (2004) y su Director, el griego THEO ANGELOPOULOS.

A pesar de su duración (170 minutos) y aprovechando estos días de -Exilio Interior- la recomiendo especialmente. Descubriréis una forma singular de hacer Cine, con inmensos y bellos Planos/Secuencias.

Con una puesta en escena muy pausada y teatral. Una banda sonora excepcional compuesta por  ELENI  KARAINDROU (pareja del Director).

Dejaros llevar en este viaje de Cine/Poesía por territorios griegos.

ELENI era el nombre de la madre de ANGELOPOULOS y la película es un homenaje a ella.

Con una trilogía en forma de friso sobre la historia de GRECIA.

La  -PRIMERA PARTE- titulada ELENI empieza en los primeros años del siglo XX, con un grupo de refugiados griegos que vuelven a su país huyendo de Rusia tras la entrada del ejército rojo en Odessa. Y termina en los años 40/50 después de la guerra mundial.

La -SEGUNDA PARTE- titulada EL POLVO DEL TIEMPO (The Dust of Time) (2008) recorre el periodo entre la segunda guerra mundial, la guerra civil en Grecia y la caída del muro de Berlín (1989)

La -TERCERA PARTE- película inconclusa. Que recorría el periodo desde 1989 y el año 2000.

Cuando ANGELOPOULOS  “localizaba” y buscaba escenarios para la tercera y última parte de la trilogía, un maldito accidente estúpido lo hizo desaparecer : una motocicleta le atropelló en mitad de la calle y murió en ese mismo momento.

Por tanto nunca se llegó a rodar el final de su trilogía en homenaje a su madre ELENI.

Los que amamos su Cine, nos quedamos un poco huérfanos. Nos quedan sus muchas películas y el disfrute de su belleza en la forma tan singular de hacer Cine.

Todas las películas de ANGELOPOULOS fueron estrenadas en su momento en la Semana de Cine de Autor de BENALMÁDENA y a mediados de los años ochenta se le hizo un ciclo/homenaje con su presencia en Málaga.

Disfruten todos ustedes de esta maravilla llamada  “ELENI”

Para ello deben de hacerse socios de la plataforma española en STREAMING llamada  FILMIN  por sólo 7,99 euros mensuales, donde podrán seleccionar la película “ELENI” y también tienen acceso a casi 11.000 títulos de películas de las cuales : 5.500 son españolas. El mejor catálogo de títulos españoles sin duda. O puntualmente se puede seleccionar 1 solo visionado pagando algo menos de 3 euros.

Secuencia 1 :   Título: «Bienvenida a los novios» (4´22´´)

Secuencia 2 :   Título: «Abandono del pueblo inundado» (3´34´´)

Secuencia 3 :   Título: «Funeral» (2´28´´)

8. Melodias del COVID
Dº Javier Boned Purkiss
Académico de Número y director del Anuario +

8

viernes
18 abril
2020

días de la pandemia / 8
Dº Javier Boned Purkiss, Académico de Número y director del Anuario

TÍTULO: MELODÍAS DEL COVID

Técnica: Plumilla y rotulador acuarelable
Dimensiones:
Número 00:  21,3 x 10 cm.
Números 01, 02, 07 y 08:  21,3 x 14 cm.
Números 03, 04, 05 y 06: 21 x 15 cm.
Año: 2020

Los prisioneros sienten ganas de reir
Han perdido las llaves de la curiosidad
Intercambian el deseo de vivir
Cadenas ligeras
Viejos reproches les hacen todavía gozar
La pereza no es ya ningún misterio
La independencia se halla en prisión

Paul Eluard
(Poema XIX de "Segunda naturaleza", en "El amor y la poesía")

7. Dos poemas
Dº José Infante Martos
Académico de Número y Secretario +

7

domingo
17 abril
2020

días de la pandemia / 7
Dº José Infante Martos, Académico de Número y Secretario

DOS POEMAS

EXTRAÑA SENSACIÓN
sé bien de qué huyo pero ignoro lo que busco
Michel de Montaigne
Es monótona esta tarde primaveral
que no encuentra sentimiento ni impulso.
Y deja inanimado el corazón
que nada siente más que el vacío.


Como una pesada sensación
asfixia todo deseo y sepulta los sueños,
esos vagos presentimientos ignorados.


Ahora es aridez del alma que siente desfallecer
todo lo que un día fuera pasión o locura
que arruinó la realidad y ahora
se presenta como única salida.


Ni siquiera hay queja ni quebranto.
Un muro se levanta frente al mañana.
Un muro que no es tampoco silencio
ni tristeza, ni desesperación.


La nada que espera agazapada,
te alcanza, se apodera de ti
y nunca ya abandonará tu cuerpo
ni tu mente. Ese vacío hueco que ya eres.



PRIMAVERA MORTAL
 
Y está pálido abril, como la rosa
que el aire de la tarde arranca de su tallo
y yace deshojada y manchada sobre
el sucio camino de los parques.


Ha perdido el esplendor de su fragancia,
como ha perdido abril la alegría
de su florido renacer y de la vida
que cada año renueva la esperanza.
Y está pálido tu corazón, que apenas
si respira, si existe, si palpita,
ajeno ya a la vida que afuera continua,
como es ajeno el templo de los dioses
que derrumbó la historia y su tormenta, 
como un pálido eco de la muerte.


Está pálido tu corazón y sangra
con la herida que nunca se cerró
y aviva cada vez que llega
la primavera mortal y sus desastres.
 
Málaga, abril de 2020
José Infante
 
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José Infante Martos
abril 2020

6. Carta de la Tierra
Dº Sebastián García Garrido
Académico de Número y Tesorero +

6

jueves
16 abril
2020

dias de la pandemia/ 6
Dº Sebastián García Garrido, Académico de Número

Título: Carta de la Tierra

Técnica: Digital
Dimensiones: 70 x 100 cm. 
Año: 2020

5. Dª SAN TELMO Y LA REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE MÁLAGA
Dº Rosario Camacho Martínez
Académica de Número y Vicepresidenta +

5

miércoles
15 abril
2020

días de la pandemia / 5
Dª Rosario Camacho Martínez, Académica de Número y Vicepresidenta

SAN TELMO Y LA REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE MÁLAGA

San Telmo
Luis Bono Hernández Santaolalla

Hoy es el día de San Telmo. Murió el 15 de abril de 1246 siendo obispo de Tuy, ciudad gallega de la que es patrón. También es patrón de nuestra Real Academia de Bellas Artes de San Telmo de Málaga, aunque por otros motivos.

Pedro González Telmo nació en Frómista  (Palencia), en 1190, en el seno de una noble familia. Fue canónigo de la catedral de Palencia e ingresó después en la orden de predicadores, como fraile, distinguiéndose por su espléndida oratoria. Fue confesor de Fernando III a quien acompañó en algunas de sus campañas. Se le honra como patrón de los marineros, aunque nunca fue reconocido como tal, si bien es cierto que su diócesis abarcaba una amplia población dedicada a la marinería y a la pesca, en la que siempre se volcó.

Sus atributos son un barco que suele llevar en la mano o a los piés y/o una brillante estrella que se identifica con el fuego de San Telmo. Son estos fuegos descargas eléctricas de gran resplandor y aspecto ígneo que se producen dentro del campo eléctrico que provocan las tormentas, muy sensibles en el mar al concentrarse sobre las puntas de los mástiles. (Curiosamente he leído en Internet que a estos fenómenos de circulación de corrientes eléctricas se les llama “efecto corona”, siendo el fuego de San Telmo la primera forma de efecto corona registrada).

Algunos colegios de mareantes se dedicaron a San Telmo, como el de Sevilla, creado en el s. XVI, aunque el magnífico edificio barroco que fue su sede durante muchos años se construyó entre 1682 y 1796 iniciándolo Leonardo de Figueroa. Hoy alberga la Presidencia del Gobierno de la Junta de Andalucía.

En la segunda mitad del s. XVIII Málaga vio despegar su economía, basada en la agricultura y el comercio, despegue que se aceleró con las medidas liberalizadoras potenciadoras del comercio, que dio Carlos III. En 1776 se estableció un Montepío de Socorro a los Cosecherosy la Real Pragmática de 1778, que concedía el libre comercio con toda América, sería un  elemento decisivo para el desarrollo económico. En relación con el auge del comercio surgió una decisiva institución: el Consulado, que fue una realidad por Real Cédula de 1785, instalándose estas dos instituciones en las dependencias de los jesuitas exclaustrados, entre la plaza  de la Constitución y la calle de la Compañía.

El Consulado propició la creación de una Escuela de Náutica para mareantes y pilotines de la armada, el Real Colegio de S. Telmo, para el que también se cedieron instalaciones de esta misma casa, donde estuvo hasta 1846. Se creó entonces el Instituto de Enseñanza Media de Málaga, que se pensó instalar junto al Colegio, ya que muchas de sus enseñanzas serían asumidas por el instituto, pero por razones de espacio y dificultades burocráticas se les concedió el convento de San Felipe en C/ Gaona, donde aún persiste el Instituto Vicente Espinel. Por Real Orden de 1849 se creó la Real Academia de Bellas Artes de Málaga que, al año siguiente, solicitó su instalación en las antiguas dependencias del Colegio de San Telmo, lo que se le concedió en 1851, instalándose allí también la Escuela de Arte que había creado ese mismo año. A partir de 1883 decidieron que fuese San Telmo su santo patrón, pasando a llamarse Real Academia de Bellas Artes de San Telmo Málaga.

D. Luis Bono, quien fue Vicepresidente de la Academia, pintó para ésta un
cuadro dedicado a San Telmo que se encuentra en el despacho principal de
nuestra sede. Es una logradísima obra de Bono que nos muestra al santo,
con el hábito de Santo Domingo, con una gran plasticidad y fuerza, que
casi desborda el marco de la hornacina, llevando en la mano la rutilante
estrella.

4. Sin Título
Dº José Manuel Cabra de Luna
Académico de Número y Presidente

4

miércoles
15 abril
2020

dias de la pandemia/ 4
Dº José Manuel Cabra de Luna
Académico de Número y Presidente

TÍTULO: SIN TÍTULO
Técnica: Acrílico sobre papel.
Dimensiones: 23 x 23 cm. 
Año: 2019

3. Prevenciones del alma enamorada
Dº José Manuel Cabra de Luna
Académico de Número y Presidente

3

lunes
13 abril
2020

dias de la pandemia/ 3
Dº José Manuel Cabra de Luna
Académico de Número y Presidente

Prevenciones del alma enamorada

I.- El alma enamorada no se refleja en el espejo, sino en la presencia del amado.
 
II.- El silencio es el espacio donde el alma enamorada conversa con el amado; el aire iluminado es su voz, la mirada encendida su lenguaje.
 
III.- Busca el alma su gozo en la alegría de las cosas, sin saber que  -como el pájaro- tan sólo en el aire hallará la libertad.
 
IV.- La sequedad del alma no se obtiene sino sumergiéndose en las interiores aguas de la renuncia y el olvido de sí.
 
V.- El alba es la ceniza de la noche encendida.
 
VI.- La quietud extrema, la secura del alma, sólo se producen en las sombras profundas o al mediodía exacto, con el sol en el cenit. Es como si el espíritu rechazara los estados intermedios y buscase la última soledad: a plena luz o en lo más oscuro.
 
VII.- Se atormenta el alma por cosas que no puede llegar a dominar; dejando de recrearse, en cambio, en lo que debe constituir su natural medio: el fulgor del aire, la quietud de una mirada perdida en la línea del horizonte o la incesante búsqueda de una nada habitada tan solo por el silencio.
 
VIII.- Se defiende el alma del miedo mostrando sus aristas. Sólo alcanzará la perfección cuando se esfera y ofrezca la plena redondez a cualquier circunstancia.
 

JOSÉ MANUEL CABRA DE LUNA

2. De árboles y tiempo Dº Fernando de la Rosa Ceballos
Académico de Número y Tesorero +

2

viernes
10 abril
2020

dias de la pandemia/ 2
Dº Fernando de la Rosa Ceballos
Académico de Número y Tesorero

Título: De árboles y tiempo.
Técnica: Fotografía, papel, nogalina, acrílico y témpera sobre cartón.
Dimensiones: 32 x 45 cm. 
Año: 2020

1. Un sentimiento dulce
Dº Jaime Siles, Académico correspondiente en Valencia +

13-1

jueves
23 abril
2020

dias de la pandemia/ 1
Dº Jaime Siles
Académico correspondiente en Valencia

UN SENTIMIENTO DULCE

 Estos últimos años he estado
 despidiéndome de todos y de mí:
 diciendo adiós a cada cosa,
 cada perfil, cada palabra
 y, por vez primera en mi vida,
 he sentido eso que se llama piedad
 y que es –o puede ser– un sentimiento dulce
 que nos hace mirar hacia nosotros mismos,
 pero no con el vértigo de su relieve ácido
 sino con un amor a todo lo que somos
 y a cuanto con nosotros se dispone a morir:
 una tarde en penumbra, una mañana absorta,
 el vuelo de las aves, una ciudad con torres y espadañas,
 el recuerdo del mar, una conversación con los amigos,
 la lección de un maestro, el rapto del amor,
 lo que aprendimos, lo que no sabemos,
 lo que con nosotros vivirá, lo que quisimos,
 y lo que no nos quiso,lo que nos dejó a un lado,
 lo que ni nos miró, lo que nos dice adiós
 de todas las maneras, y los puntos del tiempo
 a los que no se puede regresar.
 Me despido de todos y de todo,
 no de vosotros sólo: me despido, sobre todo, de mí,
 con quien sé que nunca más voy a encontrarme–
 que otro cruza la calle que yo piso,
 que otro lleva la ropa que yo llevo,
 que esta boca que dice lo que dice
 no ha sido ni es ni será nunca lo que yo;
 que quien escribe este poema es otro
 distinto también a quien lo lee
 y que la identidad es un magma
 de muchas y muy pequeñas cosas
 que cada día hay que recuperar
 porque, si no, se extingue, se diluye, se borra
 como ahora mismo yo, y también tú, me voy,
 nos vamos, borrando y diluyendo,
 en una página no escrita o en algo aún por escribir,
 hacia dentro de algo
 que queremos creer que es uno mismo,
 pero que no lo es: es siempre otro el que nos acompaña;
 es siempre otro lo que llamamos yo.
 Por eso la vida es un exilio
 pero no de un punto sino de todo el tiempo
 y de todas las personas que hemos sido,
 que somos y seremos dentro de él
 y de las que nos vamos imperceptiblemente despidiendo
 en ese adiós a cada uno de nosotros
 que aparece en la vida en momentos de niebla
 y que, por eso mismo, focaliza el instante
 y lo convierte en símbolo
 de la presencia en sombra que ha sido lo que llamamos yo ,
 lo único nuestro que no nos pertenece,
 lo único que nunca volveremos a ser,
 lo que ya fuimos, lo que no seremos,
 un escorzo de sombras
 batidas por el fuego de la imaginación.
 Revivir el instante, revivir el instante
  de que todo sea  sólo  su fin.

Jaime Siles, Himnos tardíos (1999)