La Academia

La Real Academia de Bellas Artes fue creada en Málaga por Real Decreto de 31 de octubre de 1849, y su acto de constitución tuvo lugar el 7 de junio de 1850, siendo Ministro de Fomento Manuel Seijas Lozano. La primera Junta se celebró un día después, presidida por su primer Presidente, en las dependencias del antiguo Colegio de Náutica de San Telmo, en la Plaza de la Constitución.

La Real Orden de 1850 fijaba en 18 el número de académicos para Málaga, más el presidente y dos consiliarios, aunque en sucesivas reformas de los Estatutos ha ido cambiando este número, que asciende en la actualidad a 38 académicos.

En su constitución los 18 académicos se dividían por mitad entre los no profesionales y los profesionales, constando nueve individuos en cada una. Éstos se agrupaban en tres secciones. Primera sección: Dibujo, Pintura y Grabado en dulce.
Segunda sección: Escultura y Grabado en hueco.
Tercera sección: Arquitectura.

Entre sus miembros fundadores se encontraban José Freüller Alcalá Galiano, Marqués de la Paniega (Presidente), Diego Delicado y Zafra (Consiliario), Salvador López Ramos (Consiliario), Jorge Loring Oyarzábal (Tesorero), Manuel Agustín Heredia, Juan Giró Moreno, Francisco Prat y Velasco, Cirilo Salinas y José Trigueros, arquitectos, Antonio Maqueda Gutiérrez, Rafael Gutiérrez de León, José García Chicano y otros.

El uso de la medalla que como distintivo usan los Académicos Numerarios fue concedido por R.O. de 28 de noviembre de 1880, y responde al modelo que fue aprobado para las Academias de Barcelona y Valladolid por R.O. de 2 de enero de 1858. Es de plata sobredorada, llevando en su cara anterior los emblemas de la arquitectura y las artes plásticas y un sol con una estrella en su centro, así como la inscripción sobre esmalte: Real Academia de Bellas Artes de San Telmo. Málaga. En el reverso lleva otra inscripción Instituida en el reinado de Isabel II. Está colgada de un cordón azul turquesa adornado de plata.

La Academia inicialmente se reunía en casa de su presidente en la Alameda nº 42. En la sesión de 8 de junio de 1850 se recoge el acuerdo de solicitar local en el suprimido convento de los Jesuitas en la calle de la Compañía., y aunque no se le concedió todo el espacio requerido, finalmente el Ayuntamiento asintió. Así la Academia, junto con la Escuela de Bellas Artes que había creado, se instaló en el antiguo colegio de los jesuitas, en las dependencias que ocupó el Colegio de Náutica de San Telmo. Por esta razón el 25 de septiembre de 1883, el que todavía era su primer presidente, el marqués de la Paniega, propuso que se pusiera bajo la advocación de San Pedro González Telmo y, pasó a denominarse Academia de San Telmo. Por R.D. de 8 de diciembre de 1915 incorporó a su título el de Real.

La Real Academia de Bellas Artes de San Telmo tiene personalidad jurídica propia y plena capacidad para el cumplimiento de sus objetivos, según establece el artículo 35.1 de la Ley 16/2007 de 3 de diciembre (Ley Andaluza de la Ciencia y el Conocimiento). Está asociada al Instituto de España, e integrada en el Instituto de Academias de Andalucía, creado por la ley 7/1985 de 6 de diciembre, cuyos Estatutos se aprobaron por decreto 265/1986 de 24 de septiembre. Asimismo está integrada en la Confederación Española de Centros de Estudios Locales. Centro de Ciencias Humanas y Sociales del Consejos Superior de Investigaciones Científicas (C.S.I.C.).

La R. O. de 22 de junio de 1851 marcaba las atribuciones de la Academia en materia artística, ordenando que no se ejecutase ningún edificio, ni monumento público de arte, ni se autorizase a colocar en las fachadas de los que ya existan, ni en el interior de las iglesias y capillas abiertas al culto, siquiera sean de propiedad particular, estatuas, efigies, ni bajo relieves, sin someter previamente sus diseños a la Academia de Bellas Artes. Una disposición que no creemos derogada y que debiera ser recordada en nuestros días, en homenaje al buen gusto.

La Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, tiene como fin primordial el fomento de la creatividad artística, así como el estudio, difusión y promoción de las artes y del patrimonio cultural, histórico-artístico y medio-ambiental y, muy particularmente, de la pintura, la arquitectura, la escultura, la literatura, la música y las artes visuales, teniendo como ámbito preferente de actuación el de la ciudad de Málaga y su provincia.

La Real Academia de Bellas Artes de San Telmo ha modificado varias veces sus Estatutos. Entrados ya en el siglo XXI, teniendo en cuenta el cambio radical de sensibilidad que se ha operado hacia el patrimonio histórico y cultural, así como la valoración de nuevas técnicas artísticas los Estatutos vigentes, aprobados por Decreto 70/2014 de 25 de febrero, se han modificado y ampliado las secciones que agrupan a treinta y ocho Académicos de Número, además de los cinco Académicos de Honor y un número no cerrado de Académicos Correspondientes.

Los Académicos Numerarios se distribuyen en siete secciones: Sección 1ª Pintura (8 académicos), Sección 2ª Arquitectura (4 académicos), Sección 3º Escultura (2 académicos), Sección 4ª Música (2 académicos), Sección 5ª Poesía y Literatura (5 académicos), Sección 6ª Artes Visuales (2 académicos), Sección 7ª La forman quienes sin ser profesionales de ninguna de las artes indicadas, se hayan distinguido por su relación con las artes (Tradicionalmente se la ha designado como Amantes de las Bellas Artes (16 académicos).

Forman parte también de la Academia los miembros que, según los Estatutos vigentes, hayan pasado a ser Eméritos, que no formarán propiamente una sección pero pueden asistir a las Juntas de la Academia, con voz pero sin voto, lo mismo que los Académicos Correspondientes.

La Escuela de Bellas Artes

Objetivo prioritario de la Academia fue la creación de una Escuela de Bellas Artes. Una R. O. de 24 de septiembre de 1850 prescribía que “en atención a la urgencia que reclama el nombramiento de los profesores que han de desempeñar las clases de estudios menores en las Escuelas Dependientes de las Academias de provincias, se autorice a estas corporaciones para proveerlas interinamente. Así la Academia de Málaga en Junta General de 30 de diciembre de 1850 votó las ternas para las cuatro asignaturas con presupuesto económico de ese primer año. Las asignaturas presupuestadas fueron Dibujo de Figura, Dibujo Lineal y de Adorno, Dibujo Aplicado y Aritmética y Geometría, presentándose las ternas para elegir profesorado. Como el 19 de enero de 1851 no se había recibido respuesta oficial sobre las ternas remitidas, se escogió a los que las encabezaban: Antonio Maqueda Gutiérrez, José García Chicano, Jacobo Acosta lozano y Benito Vilá y Commino. Se crearon otras asignaturas que, aún no estando en el plan de los estudios menores, la Academia había acordado instituir: Modelado y vaciado de adorno, que desempeñaría gratuitamente Rafael Gutiérrez de león y Atañe, y la asignatura de Paisaje.

La Escuela se inauguró oficialmente el 20 de enero de 1851. Pronunció el discurso de apertura el Presidente de la Academia, don José Freüller, quien hizo notar que en sólo diez meses y doce días se había cubierto la matrícula y formado una lista de setenta y cuatro aspirantes para las vacantes que surgieran.

En mayo de 1855, alarmada la Academia por la ley desamortizadora de Madoz, por haber salido a subasta el edificio de San Telmo, gestionó y obtuvo, con mucho trabajo, que por R.O. de 29 de marzo de 1856 se exceptuara de la venta el edificio referido, cuando ya casi pensaban que las enseñanzas de la Escuela se iban a extinguir en Málaga por falta de local.

Fue su primer Director Antonio Maqueda Gutiérrez, uno de los artistas más comprometidos en el proceso de creación de la Academia y la Escuela, que contó entre su profesorado con artistas de renombre como Bernardo Ferrándiz, Muñoz Degrain, Emilio Ocón, César Álvarez Dumont, Martínez de la Vega, Simonet, y otros. Y de sus aulas salieron importantes artistas como Moreno Carbonero, José Nogales, Leoncio Talavera, Reyna, Enrique Jaraba, José Denis Belgrano, Blanco Coris, José Ponce, entre otros.

En diferentes ocasiones la Academia solicitó elevar su calificación a primera clase y aumentar con ello las enseñanzas de la Escuela, sobre todo en las artísticas, creándose a sus instancias las secciones de dibujo de antiguo, clase de colorido y composición, anatomía artística, modelado y vaciado, paisaje y perspectiva, y una sección especial para impartir enseñanzas artísticas a señoritas. También se instalaron las sucursales en los barrios del Perchel, Santo Domingo y Molinillo.

Esta Escuela fue el aglutinante de un grupo de artistas, maestros y alumnos, así como también entidades públicas y privadas, en unas circunstancias socio-culturales muy diferentes y casi siempre difíciles, los cuales lograron que la pintura malagueña del siglo XIX fuera testimonio de una historia y seña de identidad de Málaga. Y sobre todo, la llegada del valenciano Bernardo Ferrándiz, que había ganado la cátedra de Colorido de la Escuela de Málaga, creada en 1868, fue determinante en este proceso; cualquier análisis sobre la eclosión de este ambiente pictórico, verdaderamente cuantitativo, ha de remitirse a Ferrándiz, preocupado por la docencia académica y su renovación y considerado el motor de este centro pictórico que floreció en las postrimerías del siglo.

La Escuela permaneció en las dependencias de San Telmo hasta el año 1970, fecha en la que se trasladó a las nuevas dependencias de El Ejido, a la llamada “Escuela de Artes Plásticas y Diseño San Telmo”, aunque, de hecho siguió ocupando su antiguo emplazamiento, pues se impartían clases monográficas de Dibujo Artístico hasta que, en 1985, fue cerrada por la Delegación de Educación, pero mantuvieron sus enseres que se conservan, como testimonio de su paso por el edificio, en el aula de Dibujo. El edificio lo comparten ahora el Ateneo y la Sociedad Económica de Amigos del País.

El Museo

La Real Academia de Bellas Artes de San Telmo está ligada también a otra institución. La Ley de Instrucción pública de 1857 instaba a las Academias a la creación y organización de los museos provinciales, y la Academia de Málaga siguió esta recomendación ministerial, siendo consciente de las dificultades por las condiciones en que se desenvolvía el proceso de exclaustración de los bienes eclesiásticos y la justificación de su procedencia; recurrieron, inicialmente, a los fondos en posesión de la Comisión Provincial de Monumentos.

Como local para ubicar estos fondos la Academia pensó en su propio Salón de Sesiones, pero en 1865 encargó al arquitecto y académico Cirilo Salinas un proyecto de reforma de otros espacios de su misma sede que se consideraban más adecuados para la función expositiva del Museo. Durante todo el siglo XIX se puede hablar de “Colección de la Academia”, compuesta por obras desamortizadas, donaciones de los académicos o de particulares, depósitos, adquisiciones, etc. Pero fundamentalmente el Museo de Málaga arrancó como un museo temático, un museo de artistas vivos, vinculado al contexto sociocultural y artístico de Málaga. La institución, aunque trabajando con medios muy precarios, consiguió una colección porque sin colección no hay Museo.

Desde el principio esa colección fue doble: colección de arqueología unida a la de artes plásticas porque se planteó como un solo museo unido, posiblemente por su carácter pedagógico directamente relacionado con la Escuela de Bellas Artes. Pero realmente no es algo privativo de Málaga; en el Catálogo redactado en 1933 se trasluce una idea de difusión de la cultura muy en boga en aquellos años con la creación de museos pedagógicos, de artes decorativas, de etnografía, arqueológicos y de Bellas Artes.

El origen administrativo del Museo Provincial de Bellas Artes de Málaga se remonta al R.D. de 24 de julio de 1913, iniciando su andadura cuando por R.O. de 3 febrero de 1915 se constituye su patronato a instancia de D. Salvador González Anaya, presidente de la Academia.

La Junta de Patronato la constituían:

Presidente: D. Salvador González Anaya (Escritor), Presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo.

Vocales: Alcalde de la ciudad y Presidente de la Diputación Provincial. En representación de la Academia: D. José Nogales Sevilla (Pintor), D. César Álvarez Dumont (Pintor), D. Federico Bermúdez Gil (Pintor), Don Diego García Carreras (Escultor). En representación de la Comisión Provincial de Monumentos: D. Narciso Díaz de Escobar (Escritor e investigador). En representación del Cabildo Eclesiástico D. Eugenio Marquina Álvarez (canónigo Arcediano y asimismo Académico). Vocal Secretario: D. Rafael Murillo Carreras (Pintor). Nombrado Director del Museo.

El Museo, que fue declarado de utilidad pública por R. O. de 21 de julio de 1915, se inauguró el 17 de agosto de 1916 en una casa de C/ Pedro de Toledo, propiedad de los Larios, pero al ser vendida la propiedad a una institución religiosa, en 1920 la Academia lo acogió nuevamente en su sede, donde pasó 41 años. A lo largo de ellos se trabajó en la búsqueda de un espacio más adecuado al volumen que iba adquiriendo la colección y que obligó, en 1933, a redactar un nuevo Catálogo, por parte de su Director D. Rafael Murillo Carreras.

Pero ya desde 1920 y en 1923 se pensaba en la posibilidad de recuperar un edificio histórico, habiéndose puesto los ojos en el palacio de los condes de Buenavista, que estaba en un deplorable estado de conservación, para instalar el Museo de pintura y escultura, quedando la colección arqueológica en la Alcazaba. Para detener su deterioro y valorando sus posibilidades para uso museístico se solicitó en 1924 la incoación de expediente para su declaración como Monumento Histórico Artístico, lo que se consiguió en 1939 cuando, para desconsuelo de la Academia, un año antes la propiedad lo había alquilado a la Asamblea Nacional de la Cruz Roja que, al realizar obras de adaptación, hizo desaparecer elementos importantes del mismo. A pesar de ello la Academia siguió en su empeño para conseguirlo, destacando el trabajo encomiable del académico Juan Témboury.

En esos años y en estas circunstancias hay que destacar la actividad de otro malagueño, D. Ricardo de Orueta y Duarte, cuya primera formación fue artística, estudiando nueve años en la Escuela de artes Decorativas de París, pero vuelto a España realizó estudios de Derecho e Historia del Arte y estuvo en relación con la ideología del institucionista Francisco Giner de los Ríos, integrándose en el Centro de Estudios Históricos. Pero también había adquirido un compromiso político, y dimensión pública desde su ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Al proclamarse la República, Orueta fue nombrado Director General de Bellas Artes, cargo que desempeñó de 1931 a 1936. Fue un personaje clave para la recuperación del patrimonio nacional, y también el de Málaga. En 1931 fueron declarados Monumento Histórico Artístico la Catedral de Málaga y la Alcazaba, fecha de la que arranca su recuperación, pero en todo el territorio nacional 731 inmuebles se beneficiaron de esta declaración, con todos los beneficios que esto suponía.

Después de la guerra civil se retomaron muchos temas pendientes en la Academia, entre ellos la sede del Museo, máxime cuando algunas familias malagueñas habían hecho donaciones para el mismo.

A partir de 1943 se facilitaron las negociaciones con los propietarios del Palacio de Buenavista que accedieron a cederlo en alquiler en 1949, y a partir de esa fecha empezaron los proyectos y obras abriéndose al público como Museo Provincial de Bellas Artes en mayo de 1961, siendo inaugurado por Jefe del Estado, General Franco. En el nuevo museo, también quedó instalada la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, siguiendo juntos en su andadura hasta finales de la década de los noventa.

Inicialmente la colección de arqueología quedó separada. El Museo Arqueológico, que tuvo un digno antecedente en el Museo Loringiano (en la finca de la Concepción) se creó por decreto del Ministerio de Educación Nacional de 2 de septiembre de 1947 y se abrió al público en 1949, en la Alcazaba, cedida al Ministerio como sede por el Ayuntamiento de Málaga. En 1961 se ratificó la declaración de monumento de la Alcazaba y de esta institución, que en agosto de 1968 quedó integrada en el Patronato Nacional de Museos.

En 1996 la restauración de las zonas del palacio en la Alcazaba, determinó el traslado de casi todos los materiales del Museo Arqueológico, primero al Convento de la Trinidad, y más tarde a la Avenida de Europa, donde tiene también su sede la Biblioteca Histórica Provincial.

En 1997 la Junta de Andalucía adquirió el Palacio de Buenavista para convertirlo en el Museo Picasso de Málaga, trasladándose en 1998, provisionalmente, la colección de Bellas Artes al edificio de la Aduana, que era sede entonces de la Subdelegación del Gobierno, y, mientras se pensaba en una nueva sede, los cuadros del Museo se instalaron en los depósitos superiores de la Aduana. A la Academia, le fue cedido el uso de un salón para sus reuniones y actos académicos, en el mencionado inmueble.

Las presiones y manifestaciones de la ciudad, a partir de ese año, solicitando “La Aduana para Málaga”, como sede del Museo, convencieron al Ministerio de Cultura, quien inició las obras de rehabilitación y adaptación del edificio de la Aduana, según proyecto de los arquitectos Fernando Pardo Calvo, Bernardo García Tapia y Ángel Pérez Mora.

A causa de las obras efectuadas en el recinto de la Aduana, con motivo de la readaptación como futuro Museo de Málaga, la Academia, sin sede, celebró sus sesiones en las salas de reuniones de Cajamar, en el Salón de Actos de la Hermandad del Sepulcro, de la cual la Academia es Hermana Mayor Honoraria, en la Sociedad Económica de Amigos del País, en el Museo del Patrimonio Municipal, y las sesiones extraordinarias en el Salón de los Espejos del Excmo. Ayuntamiento, o en el edificio del Rectorado de la Universidad de Málaga.

El Museo de Málaga, con sede en la Aduana, e integrando la colección de Arqueología con la de Bellas Artes fue inaugurado, magníficamente rehabilitado, por el Ministro de Cultura D. Íñigo Méndez de Vigo y por la Presidenta de la Junta de Andalucía Dª Susana Día , el 12 de diciembre de 2016. Aunque el Ministerio es propietario del edificio, lleva la gestión del Museo la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

La Academia volverá a estar junto al Museo, como ha sido desde hace largos años, ya que hay reservados unos espacios muy dignos para esta institución, que desarrolla un intenso programa de actividad cultural en la ciudad. La colección de pintura de la Academia quedó depositada en el Museo, bajo su custodia y cuidado y se expone junto a la del Museo en sus diferentes salas, pero la Academia cuenta también con su archivo histórico y una notable biblioteca.