
jueves
30 abril
2020
días de la pandemia / 20
Dº Francisco Ruiz Noguera, Académico de Número y Bibliotecario
Traigo a estas páginas de «Días de la pandemia» dos fragmentos del comienzo de The Waste Land (La tierra baldía) de T. S. Eliot, en traducción de José María Valverde. T. S. Eliot: The Waste Land (1922) La tierra baldía 1. «El entierro de los muertos» Para Ezra Pound Il miglior fabro Abril es el mes más cruel, criando lilas de la tierra muerta, mezclando memoria y deseo, removiendo turbias raíces con lluvia de primavera. El invierno nos mantenía calientes, cubriendo tierra con nieve olvidadiza, nutriendo un poco de vida con tubérculos secos. El verano nos sorprendió, llegando por encima del Starnbergersee con un chaparrón; nos detuvimos en la columnata, y seguimos a la luz del sol, hasta el Hofgarten, y tomamos café y hablamos un buen rato. Bin gar keine Russin, stamm’ aus Litauen, echt deucht. Y cuando éramos niños, estando con el archiduque, mi primo, me sacó en un trineo, y tuve miedo. Él dijo, Marie, Marie, agárrate fuerte. Y allá que bajamos. En las montañas, una se siente libre. Yo leo, buena parte de la noche, y en invierno me voy al sur. […] Ciudad irreal, bajo la niebla parda de un amanecer de invierno, una multitud fluía por el Puente de Londres, tantos, no creí que la muerte hubiera deshecho a tantos. Se exhalaban suspiros, breves y poco frecuentes, y cada cual llevaba los ojos fijos ante los pies. Fluían cuesta arriba y bajando King William Street, a donde Santa María Woolnoth daba las horas con un sonido muerto en la campanada final de las nueve. Allí vi a uno que conocía y le paré, gritando: «¡Stetson! ¡Tú, que estabas conmigo en las naves en Mylae! Ese cadáver que plantaste el año pasado en tu jardín, ¿ha empezado a retoñar? ¿Florecerá este año? ¿O la escarcha repentina le ha estropeado el lecho? ¡Ah, mantén lejos de aquí al Perro, que es amigo del hombre, o lo volverá a desenterrar con las uñas! ¡Tú! hypocrite lecteur! -mon semblable, -mon frère!».
Francisco Ruiz Noguera