Paco Campos fundador de El Pimpi y Medalla de Honor de la Academia de 2013 D.E.P

José Infante Martos, Académico de Número y Secretario

HA MUERTO PACO CAMPOS, MEDALLA DE HONOR DE LA ACADEMIA DE SAN TELMO COMO FUNDADOR DE LAS BODEGAS EL PIMPI, EN 2013

A los ochenta y seis años ha fallecido en Málaga el empresario y mecenas de la cultura Francisco Campos Espinosa, conocido como Paco Campos. Cordobés y uno de los impulsores de las célebres bodegas Campos de la ciudad andaluza, Paco Campos se instaló en Málaga en el verano de 1971 creando las bodegas El Pimpi en un popular enclave del centro histórica de Málaga, donde en los años cincuenta habían estado la mítica Peña Montmatre y el grupo de artista que tomó el nombre del malagueño más universal, Grupo Picasso.

Aquel mismo año 1971 y de la mano de la poeta Gloria Fuertes y un grupo de artistas y poetas malagueños,  impulsó las tertulias Los viernes de Gloria, convirtiendo desde entonces la bodega en un lugar de encuentro y de citas culturales, siempre bajo su mecenazgo. En 2012 igualmente bajo su patronazgo se crearon Los Lunes de El Pimpi, dirigidos por el numerario de San Telmo don José Infante, que se prolongaron durante cuatro años hasta 2016. En 2013 la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, decidió otorgarle a propuesta de los académicos doña María Victoria Atencia, don Pepe Bornoy y don José Infante, su Medalla de Honor, que le fue entregada en un solemne acto celebrado el 27 de febrero de 2014 en el Salón de los Espejos del Ayuntamiento de Málaga y con la presidencia del alcalde don Francisco de la Torre.

Deja Paco Campos, que se desvinculó de las bodegas El Pimpi en 2017, vendiendo sus acciones a Antonio Banderas, por su bonhomía y elegancia, su generosidad y su defensa de las costumbres y tradiciones malagueñas, una profunda huella en la sociedad cultural de Málaga.

Acto de entrega de la Medalla de Oro de la Academia en 2013 ( descargar pdf )

Acto de entrega de la Medalla de Oro de la Academia

El Palomar
 
                                               A Paco Campos

Si algún día solo en el Palomar miro hasta el fondo
puedo encontrar la sombra del tiempo agazapada
tras los bancos de madera, en los velones
o en las viejas paredes encaladas.
Sombras y ecos que se acercan, la voz de Gloria
recitando La huéspeda, un joven rubio,
que ella llama “mi paje”, que escucha ensimismado
y gente que se agolpa alrededor de un verso tembloroso,
de la sonrisa ingenua que brota suavemente,
de palabras que dicen sentimientos que hieren
o el estilete fino del poeta que oficia como oráculo,
cada viernes de estío malagueño.
Otras sombras que convoca el recuerdo surgen
de entre la niebla que la memoria guarda
y la ausencia hace herida. ¿Acaso es Aguilera  
y su vaso perenne de ginebra y olvido? ¿Tal vez
Fernando huyendo de un mundo que asesina
o aquel Ángel que no pudo resistir su embestida?
Son sombras que se acercan y se alejan y ya no están
cuando vuelvo al presente y se llena de nuevo
este lugar que existe por encima del tiempo
y que acoge el futuro en las voces que llegan.
Aquí estamos, vosotros, los de entonces,
el vino generoso cualquier lunes de invierno,
el tiempo sucediéndose, la vida, como un sueño.
José Infante Martos
Academico de Número y Secretario
Viernes de Gloria
 
                                               Palomar de El Pimpi
                                               A Paco Campos
 
La memoria primera
es la muda presencia de la piedra,
la solidez del muro,
la penumbra y las velas encendidas,
el aroma del vino y de la cera en llama,
el dominio mimoso de la noche
en el alto recinto
de un palomar de luces y de sombras
para acunar, sereno, la palabra.
 
Y es primera memoria
una voz que desgrana los conflictos
de un Edipo aceptado
desde el pozo profundo de Los sueños.
 
Y en noches de verano ―nuevamente memoria―,
entre el noble tapiz de los toneles,
la plegaria civil y recitada
de consignas francesas del setenta
a las que el aleteo de un rítmico abanico
—como un tirso agitado en las grandes dionisias—
pone un aire de fiesta
que mitiga lo grave de un deseo:
 
            Nixon,
            assassin,
            liberté pour Le Vietnam.
 
Salmodia de otro tiempo corriendo entre las mesas.
 
Y también es memoria la voz entrecortada
de quien, por vez primera, lanza sobre el tapete
el líquido viscoso
de esa destilería íntima del poema.
 
Dominio de la noche. Noches de Alcazabilla.
Palomar encendido. Lugar de la palabra.
 
                                   Francisco Ruiz Noguera        
                                   (De El año de los ceros, Madrid, Visor, 2002)