LA RESTAURACIÓN DE LA PLAZA DE SAN FRANCISCO Y CALLES ADYACENTES. 2016

  • María Pepa Lara García
  • Publicado en la sección 03 Colaboraciones de Académicos © 
  • Anuario 2016. Segunda Época (descargar pdf) 

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

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ara relatar la historia de la plaza de San Francisco, y la apertura de las calles adyacentes, debemos remontarnos a los finales del sigo XV. Después de conquista de nuestra ciudad por los Reyes Católicos el 19 de agosto de 1487, a los veinte días, el 7 de septiembre, los monarcas otorgaron una Cédula Real nombrando a Cristóbal Mosquera y Francisco de Alcaraz repartidores de la ciudad.
Teniendo en cuenta el tema que nos interesa en esta ocasión, empezando por la Iglesia, diremos que en el tomo I de los Repartimientos, al folio 144v, con fecha 26 de junio de 1488, leemos: “El Cabildo de la Yglesia mayor de Malaga. -…nos fezimos merçed al dicho Cabildo de veynte mezquitas de las desa çiudad i de todos los baños e hornos… que en ella e en su arravales ay de que fasta aqui no avemos fecho merçed a persona alguna i de diez huertas en termino de la dicha çiudad”.
En el folio 148 v del tomo II -volumen 3º de la Catedral- de los Repartimientos se dice: “En este dicho dia se dio a Sebastian de *** un solar en que se haga y edifique casa que se le da por vesyndad, que ha por linderos del susodicho e con el solar del baño e con la calle que entra al monasterio de San Francisco; diosele con la dicha condicion e so la dicha pena…”
Con el paso del tiempo y el cambio de costumbres y modas, estas casas de baños árabes se fueron perdiendo; y es lógico pensar que la Iglesia -dada la escasez de agua que había en la cuidad-, al ser la propietaria de estas casas de baños, instalara a lo largo de los años, junto o dentro de estas casas, algunos de los numerosos conventos que había en la ciudad. Este es el caso del convento franciscano de San Luis El Real.

LA PLAZA DE SAN FRANCISCO. EL CONVENTO FRANCISCANO DE SAN LUIS EL REAL

Según palabras de Francisco Bejarano: “Esta plaza, céntrica y apartada al propio tiempo, ocupa el antiguo compás y parte del que fue Convento de San Luis el Real, de Observantes de San Francisco, más conocido por el nombre de la Orden, fundado por los Reyes Católicos, que, en Cédula dada el 27 de octubre de 1489, señalaron para Casa y huerta de la dicha comunidad una gran extensión de terreno en el arrabal, fuera de las murallas, la cual, aumentada en 1495, llegó a comprender desde la entrada actual de dicha plaza hasta las calles de Don Rodrigo y de los Cristos, por la parte posterior; y, por el lado de Guadalmedina, desde la terminación de la calle de los Gigantes hasta la antigua cárcel, hoy Comandancia de la Policía Municipal.
Los Reyes cedieron para las obras del Convento muchos materiales y el Ayuntamiento ayudó también, con largueza, a la construcción de aquella fábrica y al mantenimiento de los religiosos. Varios nobles y altos dignatarios de la Iglesia fundaron en este monasterio lujosas y bien dotadas capillas, acogiéndose al mismo numerosas cofradías y hermandades, todo lo cual determinó tan gran afluencia de fieles, que para mayor comodidad de los mismo, en 1612, se abrió una puerta en la muralla, frente a dicho Convento, del que tomó su nombre, llamándosele Puerta o Arco de San Francisco” (1).
Un complejo conventual estructurado en torno a varios patios, y con una extensa zona de huertas y jardines. Una noria proporcionaba el agua necesaria para regar las hortalizas. Además de éste, existían otros cuatro pequeños huertos cercados con árboles para recreo de los frailes. El agua para el riego provenía de la fuente de la calle Los Cristos, y a través de una red de atarjeas, procuraba el riego necesario para las huertas del convento. Según consta en el paño central de la citada fuente, aparece una placa con esta inscripción: Año de 1790. En este año, coincidiendo con la traída de las aguas a Málaga por el Acueducto de San Telmo, el maestro Silvestre Bonilla practicó una serie de reformas en las cañerías del convento. Con toda probabilidad está atribuida a José Martín de Aldehuela, puesto que él fue el director de las obras del Acueducto; aunque, según Rosario Camacho, no hay constancia documental de que fuese el autor de los primeros planos (2). Fue restaurada en el año 2001.
A mediados del siglo XIX, con la Desamortización de Mendizábal en 1836, y más tarde la de Madoz, estos conventos fueron vendidos a particulares. Así, el convento de San Francisco fue desamortizado y cedido al Gobierno, éste lo sacó a pública subasta, y habiéndolo apreciado el arquitecto Rafael Mitjana en cien mil reales, fue adjudicado en setenta mil reales en 1837 al único postor, Antonio María Álvarez, propietario y gobernador político militar, unos años antes -desde enero a abril de 1834-. Mientras el expediente seguía su curso, que se prolongó hasta 1867, sin que recayera resolución, el comprador labró la mayoría de las fincas que dieron a la plaza de San Francisco la fisonomía que hoy tiene; pues, en 1841 presenta los planos de tres casas y, en 1842, o quizás antes, se establece la comunicación de la plaza con las calles del Molinillo del Aceite y Gigantes.
El referido convento, después de su desamortización, tanto el inmueble como las huertas, soportaron una profunda transformación, que siguieron a su secularización, separación y parcelación de sus propiedades, conservándose sólo algunos elementos: la capilla y la torre que quedó encajada en añadidos posteriores. Por esta razón, parte del antiguo convento franciscano que había quedado en pie, fueron ocupados por diversas instituciones culturales malagueñas, las cuales veremos a continuación.

PLAZA DE TOROS DE ÁLVAREZ

En 1840 Antonio Mª Álvarez construyó una plaza de toros, realizada por el arquitecto Rafael Mitjana, en parte del solar de la huerta del convento de San Francisco -en la otra mitad situó los denominados Baños de Álvarez, inaugurados en 1844, como veremos a continuación-. En el cartel anunciador de la primera corrida puede leerse que las entradas al coso taurino eran por la plaza de San Rafael -las de sombra-, por las calles del Zape, hoy Don Rodrigo -las de sol-, y los palcos por la calle de los Gigantes. Continuando con el cartel vemos que decía: “…habiéndose obtenido el correspondiente permiso para ejecutar diez vistas de toros de muerte anuales, se abrirá por primera vez para que, en las tardes del 14, 15 y 16 de agosto del presente año de 1840, si el tiempo lo permite, se verifiquen tres de las dichas funciones.”

Plano del arquitecto Francisco de Paula Berrocal, 1883, indicando el emplazamiento que tuvo el coso taurino en la calle Álvarez, hoy Purificación.

Cartel de una corrida de toros en 1862, en la Plaza de Álvarez.

Esta plaza de toros de Álvarez permaneció hasta 1864, fecha en la que su propietario decidió derribarla. Primero intentó venderla, y al no encontrar comprador, comenzó la demolición y urbanización del mencionado solar, quedando la ciudad, de momento, durante doce años sin plaza de toros. Los años que median entre el derribo de la de Álvarez y la inauguración de la Malagueta, 1864-1876, fueron cubiertos por un amplio recinto para espectáculos al aire libre, el Teatro-Circo de la Victoria, situado al inicio de la calle de Cristo de la Epidemia (3).

BAÑOS DE ÁLVAREZ O DE LAS DELICIAS

Un plano del arquitecto José Trigueros de 1842 recoge la apertura de la calle de los Baños -actual Marqués de Valdecañas-, iniciada por el derribo de unas casas situadas entre la plaza de San Francisco hasta la calle de Gigantes. Con ello se conseguía una alineación de la acera derecha de la calle de los Baños donde se encontraría el acceso a los Baños de Álvarez, después llamados de Las Delicias. Posteriormente, como prolongación de la calle de Gigantes, se abriría la calle de Álvarez en la misma manzana donde estaban los baños.

Plano de la fachada principal de los Baños de Álvarez -después Las Delicias-, del arquitecto José Trigueros, 1842.

En abril de 1842, Antonio María Álvarez exigió una indemnización al Ayuntamiento por el terreno cedido en beneficio público al abrir unas calles desde el convento de San Francisco a las calles Molinillo del Aceite y Gigantes. Ese mismo año se presentó un plano en el que se observa la fachada de la casa de baños que iba a construir Álvarez en la calle del Marqués de Valdecañas. Finalmente, en 1844 se inauguraron los Baños de Álvarez, visitados por la reina Isabel II a su paso por Málaga en 1862.
La temporada se prolongaba desde el 1 de mayo al 30 de septiembre, aunque más tarde permanecerían abiertos todo el año. Ocupaban una gran porción de terreno de la huerta que perteneció al convento de San Francisco. El local era muy espacioso, compuesto de un salón de descanso a la entrada, de forma cuadrada, con una puerta que daba a la huerta. También contaba con fuentes ornamentales en los jardines. En el centro del salón había un templete con ocho columnas de mármol blanco, y en su interior, un recipiente de mármol rojo con un saltador, cuya taza parece que sirvió de tornavoz al púlpito que existió en el convento. A uno y otro lado, tres arcadas sostenidas por columnas comunicaban a dos rectángulos donde estaban los cuartos de baño con tinas de mármol blanco.

Anuncio Baños Las Delicias, 1866

El agua era dulce, pero también tenían un departamento destinado a baños medicinales. Poseía además un extenso huerto anejo al local con otra entrada por la calle de Don Rodrigo. Como dato curioso, los conciertos y bailes del Liceo de Málaga, situado en la plaza de San Francisco eran vistos por los visitantes de los baños a través de las ventanas que daban al salón.
En la inundación de 1907, estos baños, con su huerta y jardín quedaron completamente arrasados, y no hay noticias de que se utilizaran sus dependencias con posterioridad a esta catástrofe. El muro y el cierre de los baños Las Delicias, aún se conservan, aunque con algunas modificaciones (4).

Templete procedente del convento San Francisco, en los jardines de los Baños de Álvarez. Grabado del año 1862, con motivo de la visita de Isabel II

FUENTE DE LA DIOSA POMONA

El triángulo que forma la recoleta plaza de San Francisco se halla decorado en su centro por una fuente de taza baja, de la que emerge un pedestal y sobre él una pétrea figura femenina, con esa pretensión neoclasicista y romántica de las obras de mediados del XIX. Según los estudiosos de esta fuente, la Corporación municipal en 1863, aprobaba la construcción de una nueva fuente para la plaza de Puerta Nueva, encargándole al escultor Juan Bautista Bado, oriundo de Savona, una estatua de mármol de Carrara que representase la diosa Pomona como remate del exorno de la fuente. En 1864 fue situada en su primer emplazamiento. Un tiempo después, se reinstaló en la plaza de San Francisco, contiguo al desaparecido convento de San Luis el Real. La diosa Pomona era, en la mitología romana, la diosa de la fruta, y por extensión de los árboles frutales, los jardines y las huertas. Una diosa únicamente romana, y se asocia generalmente con la abundancia, particularmente con la floración de los árboles -en oposición a la cosecha- y además de las frutas; también lo era del olivo y de la vida (5).

EL LICEO DE MÁLAGA

Fue el centro recreativo y cultural más importante del siglo XIX y principios del XX, denominado “El Liceo de Málaga”, que ocupaba el espacio que hoy conocemos como Conservatorio de Música María Cristina. El establecimiento del Liceo situado en el antiguo convento franciscano, y en parte de la residencia de las Madres Reparadoras, hoy desaparecida, transformó definitivamente el edificio, otorgándole un importante ornato pictórico, destacando el salón mudéjar. El Liceo fundado en 1843 por iniciativa del alcalde Pedro Gómez Sancho, fue una institución de gran influencia en la vida política y cultural de la sociedad malagueña. Años después, se realizaron obras de reforma y adaptación, con un proyecto del arquitecto Gerónimo Cuervo, bajo la dirección del ingeniero José María de Sancha, quien vivía en el nº 5 de la plaza de San Francisco. Dichas obras finalizaron en 1871.
Francisco Bejarano nos describe sus salones, el contenido de su inmensa pinacoteca, y sus actividades. En el vestíbulo del Liceo, y antes del salón de fiestas, se encontraba unos lienzos de pared donde destacaban cuadros de Moreno Carbonero, Martínez de la Vega, Emilio Ocón, Denis Belgrano, Muñoz Degrain, y otros. Muchos de estos cuadros pasaron, luego, al Círculo Mercantil. Además, había algunos espejos pintados por Nogales, Cuervo y Cappa, y en otras salas, lucían las firmas de Ponce, Alvarado, Blanco Coris, Blanco Merino y Simonet, lo que hacía de aquel Centro una verdadera pinacoteca de arte moderno. A continuación, estaba el Salón de Actos; a la derecha del vestíbulo se abría el patio conventual rodeado de columnas y arcos que dejaban una galería encristalada, alrededor de la cual, estaban las diversas dependencias del Centro, entre las que destacaba la Biblioteca.
Esta Sociedad fue, durante el último tercio del siglo XIX, el espacio por excelencia de la cultura y de la vida literaria y artística de Málaga; y, también de la científica, pues, existía en ella una Academia de Ciencias y Literatura que presidió, entre otros, el malagueño Francisco Guillén Robles, quien celebraba frecuentes conferencias y certámenes, a los que concurrían numerosos poetas y escritores. En sus salones se leyeron poesías, conferencias, etc. Otras de sus actividades fueron los juegos florales, sus famosas kermeses y verbenas benéficas, los bailes de Carnaval, destacándose el “baile blanco”, celebrado en los comienzos del siglo XX, y último de los organizados por el Liceo.

Convento de las Madres Reparadoras del Sagrado Corazón

Congregación fundada por Emilia d’Oultremont (como religiosa recibió el nombre de Madre María de Jesús) en 1857. Su primera casa fue en Estrasburgo (Francia). Crearon numerosas comunidades en todo el mundo. Actualmente están presentes en 23 países de Europa, América África y las Islas. La Madre María de Jesús fue beatificada en 1997 por el Papa Juan Pablo II.
En Málaga su convento estuvo situado, desde 1911, inmediato al actual Conservatorio de Música María Cristina, a su derecha, junto al edificio de pisos que había entre la plaza de San Francisco y la denominada sala María Cristina.
Existen pocos datos de su paso por nuestra ciudad. Francisco Rodríguez Marín nos indica: “…se conservaba un camarín utilizado como alacena que mostraba características de la primera mitad del siglo XVIII. Su iglesia ya desaparecida, pudo disponerse de forma transversal a la de los franciscanos, e integrar en su presbiterio el camarín de una de las capillas del primitivo templo, en su origen pertenecientes a una de las cofradías que se establecieron en ella.
Más adelantes, continúa diciendo: “…en el atrio del mencionado convento, que se demolió en 1975, se habían integrado las columnas del claustro del primitivo convento franciscano, realizadas en piedras. La ampliación en superficie de este claustro obligó a utilizar columnas de menor tamaño que se igualaran colocando un ábaco sobre el capitel y a colocar pilares en uno de los lados. El resto del inmueble evidenciaba una arquitectura historicista” (6).

Claustro del Convento Madres Reparadoras, 1931

El convento, como todos los edificios religiosos de esta ciudad, sufrió destrucción o daños en 1931. La comunidad siguió su andadura hasta principios de la década de los setenta en que el inmueble fue adquirido por la Caja de Ahorros de Ronda para construir en su sede, años después, un moderno conjunto de viviendas, Actualmente, no existe casa ni convento de las Madres Reparadoras en Málaga.

La Congregación de las Hermanas Nazarenas

Esta Congregación fue fundada el 3 de mayo de 1921 por don Manuel González García, entonces Obispo de Málaga. Inicialmente, las primeras hermanas comenzaron a vivir en comunidad en el piso 2º de la calle Marqués de Valdecañas, nº 3. Pero al finalizar la construcción del Seminario -obra del arquitecto Fernando Guerrero Strachan-, se trasladaron a la denominada “Villa Nazaret”, en la calle Toquero, nº 20, construida por deseo del Obispo, donde actualmente residen.
Independientemente de esta sede, la Congregación adquirió la casa propiedad de los herederos de los Marqueses de Valdecañas -una especie de palacete-, en 1941, en aquellos años alquilada a los Hermanos Maristas. El 28 de octubre de 1948, el citado Colegio entregó las llaves del inmueble a sus propietarias las Hermanas Nazarenas. Cuando la comunidad compró la casa, en aquel tiempo una finca con un jardín muy extenso, la sala María Cristina se correspondía con la antigua iglesia del convento de los Franciscanos, también propiedad de dicha Congregación, y al ser demasiado grande para ésta, la alquiló al Conservatorio de Música, hasta que se inauguró el actual en 1971, en terrenos de El Ejido. Desde ese momento, el edificio fue ocupado de nuevo por la comunidad religiosa. En esa fecha, el Conservatorio de Música y los terrenos ocupados por el convento de las Madres Reparadoras fueron adquiridos por la Caja de Ahorros de Ronda. Después de unos años de abandono, en 1975, el local de la iglesia necesitaba una restauración y la Fundación Unicaja decidió su rehabilitación, a la vez que se comprometió a realizar una remodelación completa en las dependencias del edificio de las referidas Hermanas Nazarenas, a cambio de la cesión por parte de éstas de la citada iglesia. Él proyecto fue obra del arquitecto Enrique Atencia. En esta sede reconstruida, la comunidad Nazarena instaló también una extensa Librería Religiosa.

Calle Marqués de Valdecañas, a la derecha casa Hermanas Nazarenas

En la actualidad, el citado inmueble está en proceso de venta. En un principio, se pensó convertirlo en hotel, pero el Ayuntamiento no permite el cambio de uso. Así, existe otra propuesta interesada en adquirirla al objeto de destinarlo a residencia de estudiantes. La Librería sería situada en otro emplazamiento.

Conservatorio de Música María Cristina

La Sociedad Filarmónica, fundada por un grupo de aficionados, en marzo de 1869, organizó desde un principio numerosos conciertos en el Liceo. Estableció clases de solfeo y violín bajo la dirección de Eduardo Ocón Rivas, quien impulsó la creación de un Conservatorio. Éste, en un principio, se hallaba ubicado en el edificio del Conventico, en la calle de Almacenes, pero, a causa de los terremotos de los años 1884 y 85, se determinó el traslado del mismo a otro inmueble, y, dos años más tarde, se instalaba en la planta alta de la casa de El Liceo –reconvirtiendo la antigua capilla del convento franciscano en sala de conciertos-. Observando fotografías de la época, vemos que la fachada lateral de la sala de conciertos, tienen un aspecto que nos recuerda el de una iglesia. La disposición actual del edificio del Conservatorio se corresponde con la etapa del antiguo Liceo. A principios del siglo XX, una vez desaparecido, se trasladó a este inmueble el Conservatorio de Música.

Plaza de San Francisco; al fondo, Conservatorio María Cristina y Librería Religiosa de las Hermanas Nazarenas

Declaración de Monumento Histórico-Artístico al Conservatorio María Cristina
A principios de la década de los setenta, la entidad Caja de Ahorros de Ronda compró el conjunto de edificaciones del antiguo convento franciscano, que en esas fechas estaba ocupado, en una parte, por la Congregación religiosa de las Hermanas Nazarenas en la zona sur del conjunto, en el centro el Conservatorio de Música, y por las Madres Reparadoras en la zona norte del mismo, con el objeto de derribarlos y convertirlos en solar para después desarrollar una promoción inmobiliaria, y entre los elementos arquitectónicos a demoler, se encontraban el convento de las Madres Reparadoras y el Conservatorio de Música.
En esa fecha, se hallaba de visita en nuestra ciudad el musicólogo, Padre Federico Sopeña, entonces Académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, y entre otros lugares visitó el Conservatorio. Enterado de que iba a ser demolido, rápidamente se puso en contacto con el arquitecto José González Edo, también Académico de San Fernando, a la vez que, de la Real de Bellas Artes de Málaga, planteándole que llevase a efecto, lo antes posible, la declaración de Monumento Histórico-Artístico del Conservatorio de Málaga, y así evitar su derribo.
González Edo le encargó a un joven estudiante de arquitectura, Ángel Asenjo, levantase los planos del edificio e hiciese todos los dibujos y fotos posibles del mismo, para poder incoar el indicado expediente. Todo este material fue cumplimentado por González Edo y presentado a trámite al Ministerio. Y en el marco de la legislación vigente se declaró a este Conservatorio de Música, Monumento Histórico-Artístico, con lo cual se impidió su demolición.
Sin embargo, el Conservatorio después de esta declaración, pasó por un tiempo de dejadez, y en 1971 fue trasladado al Campus de El Ejido, hasta que la Fundación Unicaja, decidió la rehabilitación y restauración del edificio en 1975 -con la cesión de la parte del inmueble del Conservatorio, correspondiente a la iglesia del antiguo convento franciscano, propiedad de las Congregación Nazarena, a cambio de realizar una completa remodelación en su convento-, mediante proyecto del arquitecto Enrique Atencia, para uso como sede cultural. Éste fue abierto al público en 2009 como sala de Música, bajo el nombre de María Cristina. Dicha restauración mejoró el mobiliario, la accesibilidad, iluminación y climatización del inmueble.
La referida sala consta con espacios para estudios musicales, y aulas de trabajo, cabinas de ensayo y estudio de grabación. En su torre-mirador se realizan actos de audición y exposiciones.
En resumen, podemos decir que, cuando se desamortizó el convento franciscano, se produjo la segregación y parcelación de sus propiedades. En los últimos años del siglo XIX, la manzana donde se encontraba situada el Liceo, estuvo alineada en construcciones de carácter residencial, destacando los edificios de la calle Álvarez. Por otra parte, en las calles Marqués de Valdecañas y plaza de San Francisco, se instalaron los Baños, el Liceo y, a la derecha del Conservatorio María Cristina, el convento de las Madres Reparadoras.
Aunque las transformaciones más importantes se produjeron a principios del siglo XX. En primer lugar, con la desaparición de los Baños Las Delicias; después el cine Las Delicias -desde 1929-1943-; en la actualidad, este mismo espacio lo ocupa el aparcamiento denominado Las Delicias. Le seguiría la construcción del edificio de las Hermanas Nazarenas, en 1975, adosado a la izquierda del Conservatorio María Cristina. Ya en los años ochenta, Unicaja construyó un edificio de viviendas, en torno a un amplio patio porticado –donde había estado ubicado el convento de las Madres Reparadoras-, que incluía varias parcelas, introduciendo una nueva tipología arquitectónica de viviendas, con una altura superior a las existentes hasta entonces en la plaza de San Francisco. Hoy, en el citado patio se encuentra la Caja del Monte de Piedad.

Academia Davó

Los espacios dedicados a la enseñanza existente en la plaza durante numerosos años, merecen una atención especial por nuestra parte. Empezaremos por la Academia Davó. Al parecer, ésta inició su andadura entre los años 1923-1924 -publicado en el Boletín Oficial del 3 octubre 1924-. En un principio su sede estuvo situada en el nº 129 de la calle Torrijos, dirigida por Miguel Davó de las Casas. Preparaban a los alumnos para carreras especiales y de 1ª y 2ª enseñanza. Así aparece en la publicidad de las Guías de esos años. Desconocemos cuándo se trasladó a la plaza de San Francisco, donde permaneció hasta su clausura.
En los años 1929-1930, la familia que sería después la propietaria del “Diario de Málaga”, editó el Boletín de la Academia Davó, dirigido por Miguel Davó de las Casas, ocho números que la Academia regalaba a sus escolares.

Colegio Hermanos Maristas

El 1 de octubre de 1924 abrió sus puertas el citado Colegio, cuya primera sede estuvo en la calle Santa María, donde había estado el Semanario hasta entonces. En mayo de 1931 fue incendiado el Palacio Episcopal afectando dicho incendio a las dependencias colegiales. Se trasladaron momentáneamente al Paseo de Sancha, nº 9, en el edificio conocido como “Villa Tetuán”, sede actual de la Escuela de Turismo. Después de la Guerra Civil, en octubre de 1937, alquilaron el Palacio del Marqués de Valdecañas, nº 2 de la calle del mismo nombre, junto a la actual plaza de San Francisco. En este enclave permaneció el Colegio hasta el curso 1947/48. En agosto se trasladaban a la casa y solar, situada en la calle de la Victoria, donde continúan en la actualidad. El 28 de octubre de 1948 entregaron las llaves del Marqués de Valdecañas a las Hermanas Nazarenas, propietarias del inmueble
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Colegio de San Pedro y San Rafael

Este Colegio -del que tenemos pocos datos-, sabemos que su primera sede, a finales del XIX, se hallaba en el número 20 de calle Comedias, era dirigido por don Emilio Gutiérrez, y es conocido que en sus aulas estudió Pablo Picasso, por unos años. Ya en el siglo XX, se trasladaría a la Plaza de San Francisco. Uno de sus profesores más conocidos, entre otros, fue don Miguel Beigbeder. Impartían clases de Magisterio, Comercio, y 1ª y 2ª enseñanza.
A las horas de entrada y salida de los escolares en el Colegio de Hermanos Maristas, de la Academia Davó, y en el de San Pedro y San Rafael, la plaza de San Francisco adquiría un tono festivo y alegre.

Plaza San Francisco, fuente de la diosa Pomona, detrás, Casa Hermandad Cofradía del Cristo de la Puente del Cedrón y Virgen de la Paloma

Con el paso del tiempo, años sesenta, el Colegio fue clausurado. El inmueble estuvo cerrado y abandonado, hasta que fue adquirido por la Cofradía de la Paloma, para construir su Casa-Hermandad.
La primera piedra se colocó en marzo de 1994. Se bendijo la Casa Hermandad en octubre de 1995, y ese mismo día se trasladaron las imágenes a su nueva capilla. El arquitecto autor del proyecto fue Antonio Valero del Valle.

El cine de verano Las Delicias

En el solar de lo que fueron huertas del convento franciscano, plaza de toros y baños Las Delicias estuvo situado, sin duda, el más importante cine de verano que ha tenido Málaga. Inaugurado el 30 de mayo de 1929, normalmente permanecía abierto desde junio hasta finales de septiembre o principios de octubre, pero en los años cuarenta también presentó esporádicamente veladas de boxeo en invierno.
Con motivo de su inauguración, “Vida Gráfica” publico dos fotos de la veraniega sala cinematográfica. En ambas fotos, desde el cine, observamos, la fachada lateral de la iglesia por el lado del Evangelio, además de la torre mudéjar y parte del muro del antiguo convento.
Parece que al comienzo de la Guerra Civil el cine permanecía abierto. Así lo vemos en un anuncio publicado en El Popular del 29 de julio de 1936: “He recibido la visita de don Pedro Borti Prats, dueño del cine Las Delicias, dándose cuenta de la organización de las dos funciones de cine para los días 30 y 31 del actual…”.
Meses después se cerró, pues, al parecer: “el referido cinematógrafo fue destrozado durante el período de la guerra, y la suspensión del mismo fue por dicha causa”.

Vista parcial del cine Las Delicias, 1929. Observamos la fachada lateral de la Iglesia y torre mudéjar del convento

Vista general del cine Las Delicias, 1929. Observamos parte del muro del antiguo convento San Francisco

La reapertura tuvo lugar en junio de 1940, continuando unos años más. En 1942 no proyectaron ninguna película en todo el verano. Hubo boxeo en abril y en mayo y, más tarde, en noviembre y diciembre. Durante los meses de verano actuaron Juanito Valderrama y Manolo Caracol en “Galas de Andalucía 1942”. Asimismo, acogieron diversos programas flamencos, verbenas, e incluso un circo el 20 de junio.
En el verano de 1943 solamente se presentaron veladas de boxeo, espectáculos flamencos, etc. Fue el último año que permaneció abierto este cine; en su solar construyeron después un garaje homónimo que aún sigue abierto, donde aún podemos contemplar, en buen estado, el antiguo templete, en mármol procedente del antiguo convento de San Francisco.
Consultada la Gerencia de Urbanismo, nos informan que todo el edificio tiene protección arquitectónica tipo 1 (7).

La rehabilitación de la plaza de San Francisco y calles adyacentes, 2016

La plaza de San Francisco y su entorno, desde el siglo XVI, ha sido un espacio urbanístico, cultural y educativo extraordinario. Sorprende que, en un terreno -una plaza y varias calles aledañas-, en cierto modo reducido, fuese durante siglos protagonista de numerosas instituciones religiosas, lúdicas y culturales. La plaza mantuvo durante todo ese tiempo su aspecto recoleto y romántico.

Plaza de San Francisco restaurada, 2016

Detalle de las obras de la plaza de San Francisco (2016)

Desde los años sesenta del pasado siglo, fecha en la que se le realizó una serie de obras de mantenimiento, siendo alcalde Francisco García Grana, con el paso de los años fue deteriorándose poco a poco. Así, a partir de mayo y hasta diciembre de 2016, se llevó a cabo una completa restauración de dicha plaza y calles adyacentes. La actuación ha consistido en lo siguiente:
-Se ha procedido a la renovación de los servicios urbanos en todo el ámbito de actuación.
-Sustitución de saneamiento, red de abastecimiento de agua, canalizaciones eléctricas y de telefonía, red de baldeo, y canalizaciones para PTV.
-En cuanto al pavimento de la plaza, se ha procedido a la recuperación del empedrado artístico, que se encontraba en muy mal estado. Para ello ha sido necesaria la intervención de personal especializado en este tipo de pavimentos. El resto de la plaza de San Francisco, hasta las intersecciones con las calles de Carretería, Marqués de Valdecañas y Purificación, se ha pavimentado con losas de granito de gran formato, y además, se han instado 13 adoquines de granito de 10 x10 cm. con el objetivo de impedir el aparcamiento en la referida plaza.

NOTAS

(1) BEJARANO ROBLES, Francisco. – Las calles de Málaga. -Excma. Diputación, Málaga, 2016.
(2) CAMACHO MARTÍNEZ, Rosario. – José Martín de Aldehuela (1724-1802). Del ornato rococó a la arquitectura hidráulica. – Fundación Málaga; pág. 251; 2014.
(3) LARA GARCÍA, María Pepa. – El edificio del Teatro-Circo de la Victoria: deterioro y demolición en “Isla de Arriarán; pp. 339-347, Málaga, 1998.
(4) LARA GARCÍA, María Pepa. -La Cultura del agua: Los baños públicos en Málaga.
Editorial Sarriá, Málaga, 2003.
(5) SÁNCHEZ LÓPEZ, Juan Antonio. – La voz de las estatuas…- Universidad de Málaga, 2005.
(6) RODRÍGUEZ MARÍN, Francisco. – El desaparecido Convento Franciscano de San Luis el Real en “Baética. Estudios de Arte, Geografía e Historia”, nº 18, pp. 17-36, 1996.
(7) LARA GARCÍA, María Pepa. – Historia del cine en Málaga. – Editorial Sarriá, Málaga, 1999.
(8) Los datos y planos sobre la actuación realizada en dicha plaza y su entorno, nos ha sido facilitada amablemente por el aparejador de la obra, Agustín Va