INFORME QUE LA COMISIÓN DELEGADA QUE LA ACADEMIA EMITE TRAS SU VISITA A LAS OBRAS DE LA PARROQUIA DE SANTIAGO DE MÁLAGA

El día 18 de abril de 2016 los académicos Marion Reder, Rafael Martín Delgado y Rosario Camacho, delegados por la Junta de la Real Academia de San Telmo acudieron a la parroquia de Santiago de Málaga donde fueron acompañados por el Párroco Francisco Aranda, el Delegado de Asuntos Económicos del Obispado y por Pablo Pastor, arquitecto técnico del Obispado que dirige la obra.

La parroquia de Santiago de Málaga está inscrita como Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento, en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, en virtud de lo establecido en la Disposición Adicional Tercera de la Ley 14/2007, de 26 de noviembre, de Patrimonio Histórico de Andalucía que dispone la inscripción en el CGPHA de los BIC declarados conforme a la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español, ubicados en Andalucía, así como los que tengan atribuida tal consideración, habiéndose declarado mediante Decreto 205/2006, de 21 de noviembre (B.O.J.A. nº 249, de 28/12/2006).

De todos era conocido el problema de las humedades que arrastraba esta parroquia, asunto que preocupaba extraordinariamente a su párroco Francisco Aranda, quien consiguió que el Obispado asumiera la obra de saneamiento para evitarlas.

Pablo Pastor nos explicó sobre los planos las actuaciones acometidas, y cómo el problema de la humedad arrancaba de la rehabilitación del edificio en 1944. En aquella época el cemento era la solución a muchos problemas pero no lo fue para Santiago porque el arquitecto director de las obras, D. Enrique Atencia, para reforzar los pilares y muros de ladrillo de la fábrica mudéjar y del s. XVIII, inyectó mortero de cemento entre éstos y las capas de revestimiento de escayola, adhiriéndose el mortero al ladrillo que fue absorbiendo toda la humedad del suelo, aumentada al haberse rellenado, en diferentes épocas, las criptas de enterramiento con los materiales procedentes de las obras.

En las actuaciones que se acometen se ha levantado y revisado todo el pavimento, excavándose hasta llegar a los niveles del s. XVIII, se está eliminando el mortero de cemento adherido a las fábricas, se han vaciado las criptas, ocho en total, y se ha procedido a su limpieza y ventilación. Las obras acometidas permiten también analizar los muros, conocer las dimensiones de la primera iglesia.

El proceso técnico se ha planteado con rigor, con la información documental necesaria, encaminándose las obras a corregir las actuaciones anteriores que habían provocado la manifestación de las humedades de capilaridad en los muros y pilares y a implantar medidas que impidan su aparición.

Los zócalos de mármol o escayola en muros y pilares, que Atencia había colocado adosadas a las fábricas con mortero de cemento, se reponen dejando una cámara ventilada entre la obra de ladrillo y las placas de mármol o escayola para favorecer la ventilación y contener las humedades de capilaridad. Todo ello usando morteros de cal, eliminando los de cemento. Las placas colocadas por Atencia, de 1 – 1,5 cm de grueso, se sustituirán por otras de mayor espesor del mismo material.

El suelo de la iglesia se ha excavado un mínimo de 40 cm con la idea de colocar la nueva solería aislada del terreno. Sobre el terreno debidamente compactado se coloca una capa de grava gruesa de unos 20 cm de espesor y sobre ella un tendido de bovedillas “cáviti”, sistema de bovedillas de polipropileno reciclado. Estas bovedillas tendrán alturas variables, entre 10 y 20 cm, ya que las bóvedas de las criptas sobresaldrán del nivel del encachado de grava. De esta forma se impide que las humedades del terreno lleguen a la solería. Sobre las bovedillas “cáviti” se extenderá una capa de compresión de hormigón armada y sobre ella el pavimento de losas de mármol, similares en material y despiece a las originales de Atencia, pero de mayor espesor, ya que las originales se encontraban muy deterioradas. Por medio de rejillas colocadas en los muros se ventila la capa de bovedillas conectándolas con el aire exterior.

En los muros perimetrales este sistema se complementa con una barrera química de geles de siliconatos inyectada en estos, a la altura de las bovedillas “cáviti”, mediante taladros cada 10 cm. en horizontal.

Il. 1. Parroquia de Santiago. Obras de restauración

Los revestimientos de los muros se pican hasta 3 m de altura, reponiéndose los enfoscados con morteros de cal grasa, más elásticos y porosos, que permiten ventilar el muro y por consiguiente su desecación. Las grietas de cierto tamaño se cosen con varillas metálicas y resina epoxi.

La reconstrucción y reposición de cornisas y molduras se realiza utilizando morteros de cal y yeso. Se pinta con pinturas al silicato, que favorecen la transpiración de los muros. Sobre las maderas se utilizan lasures, que tienen una mayor penetración y no crean capa como los barnices.

Al levantarse la solería de la iglesia parroquial de Santiago han quedado al descubierto ocho criptas de enterramiento en diferentes localizaciones, rellenas de escombros, por lo que, de momento, excepto la que se corresponde con la capilla de las Ánimas no se pueden visitar. En esta capilla se han conservado, aunque muy destrozadas, unas interesantes pinturas murales que nos permiten imaginar una representación compleja, tal vez una danza de la Muerte con un obispo (sólo visible la mitra) y un rey (por la corona), aunque sí se conserva muy bien una cartela con la fecha de 1789.

Il. 2. Parroquia de Santiago. Obras de restauración

Seis de estos enterramientos se corresponden con las capillas de hermandades y cofradías ubicadas en las naves laterales del templo. Hoy día, en estas capillas se encuentran establecidas las cofradías de Jesús el Rico, de Ánimas, de la Virgen del Pilar, de la Virgen de la Sierra y de la Hermandad de la Sentencia; un estudio en profundidad de las fuentes documentales arrojaría información sobre las hermandades establecidas en la parroquia de Santiago en otras épocas. Otra de las criptas se encuentra en la puerta de la entrada, como un gesto de humildad por ser este lugar hollado por los fieles, por lo que implícitamente solicitaban una oración y un recuerdo a los mismos en sus plegarias. Y la última, lindando con el presbiterio, podría corresponderse con la bóveda de inhumación de los beneficiados.

En la documentación parroquial del siglo XVIII se destaca que junto a las capillas de las hermandades van proliferando enterramientos familiares conocidos por el nombre de los fundadores, lo que indudablemente contribuye a que en numerosas solicitudes se recoja que quieren ser enterrados “en la bóveda de los López” o “en la de los herederos de Fernando Medina situada junto a la puerta de la sacristía”. Además, hay referencias sobre enterramientos individuales que desaparecieron tras la prohibición del monarca Carlos III, en el año 1787, de efectuar enterramientos en el interior de los templos, como la de doña Tomasa Proaño de ser inhumada en la sepultura antigua de los Proaños “que es la sepultura que se encuentra delante del primer poste y pilar a mano izquierda de la iglesia parroquial de Santiago, la cual fue de mis padres y abuelos”.

En 1713 se solicita licencia para construir una bóveda de enterramiento: “Se leyó un memorial a los beneficiados de la parroquia de Santiago en que dice que se ha dado decreto para otorgar la escritura de donación a don Rodrigo López de Medina de la capilla de Jesús Nazareno por 400 ducados que ha de entregar para hacer bóveda para entierro en dicha capilla y por su corta capacidad es preciso echar la puerta de la entrada al ámbito de la iglesia, delante de la dicha capilla”.

En una de estas capillas estaban los restos de D. Juan de San Martín, padre del General San Martín, que falleció en 1796, de lo cual consta documentación en el Libro 2001 Archivo Eclesiástico del Ejército de Tierra, fol. 77r. Partida nº 20 del año 1796.

En 1947 estos restos, junto con los de su mujer (que procedían de un convento de Orense), fueron trasladados a la República Argentina. No se conserva la primitiva lápida de la capilla, pero en un rincón de la sacristía se ha depositado una lápida que reza:

“En 1947 fueron trasladados solemnemente a la República Argentina los restos del Sr. Don Juan de San Martín, padre del general San Martín, fallecido en Málaga el día 4 de diciembre del año 1796 y que halló piadoso descanso bajo la santa paz de esta capilla”.

En el Diario El Alcázar se recoge la noticia de este traslado. La apertura de la cripta de la parroquia de Santiago fue autorizada por el Obispo y en su presencia, la del Gobernador Civil y otras autoridades, entre las que se encontraban dos académicos de Bellas Artes, fue encontrado el enterramiento que testificaba una lápida con la inscripción: “Aquí ya el señor D. Juan San Martín, fallecido el 4 de diciembre de 1796”.

El equipo de arqueología está estudiando los diferentes niveles, según se van excavando y controla la excavación, así como las criptas, habiéndose recogido los huesos y limpiado los muros. Visitar la parroquia de Santiago en el estado actual permite conocer la envergadura de las obras acometidas, y podrán eliminarse las humedades, tan desastrosas para la parroquia.

Dña. Rosario Camacho
Dña. Marion Reder Gadow
Rafael Martín Delgado

Il. 3. Visita de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo a las obras de restauración de la parroquia de Santiago.
Francisco Aranda (párroco de Santiago) y D. Pablo Pastor Vega (arquitecto restaurador de la parroquia), junto a los Académicos D. Rafael Martín Delgado (izquierda), Dña. Marion Reder Gadow y Dña. Rosario Camacho (derecha).