13 de mayo
2022
Dª Rosario Camacho Martínez, Académica de Número y Vicepresidenta
«El legado artístico y social del Obispo Molina Lario en la diócesis de Málaga».

Camañas se acerca a la figura del Obispo José Molina Larios (diario de Teruel)
La localidad de Camañas (Teruel) ha celebrado los trescientos años del nacimiento de su ilustre hijo D. José de Molina Lario (Camañas 1722-Málaga 1783), con un ciclo de conferencias para dar a conocer la realidad del personaje, una exposición de objetos litúrgicos que donó a Albarracín, documentos y un reportaje fotográfico de las obras en las que intervino, y un mural urbano que lo representa entre el palacio episcopal de Albarracín y el acueducto de San Telmo de Málaga. La Real Academia de Bellas Artes de San Telmo ha participado en este homenaje con una conferencia que impartió su Vicepresidenta Rosario Camacho y la donación de doce ejemplares del libro de D. Ramón Vicente y Monzón Relación de la obra del acueducto de Málaga, que publicó la Academia en edición facsímil en 1996.

D. José Molina Lario y Navarro, fue nombrado obispo de Albarracín en 1765 y de Málaga en 1775. Prototipo de Obispo ilustrado, Carlos III lo consideraba uno de sus instrumentos más activos de reforma y progreso; también en Málaga alcanzó renombre por su caridad y excelente gobierno.
Al incorporarse a su diócesis de Málaga Molina Lario encontraba a la Catedral remitiendo en su actividad constructiva, pero se aceleraban las obras de ornato interior, debiéndose a su gestión y generosidad la construcción de los órganos y remodelación de la capilla de la Encarnación.
La Catedral siempre se había preocupado su capilla de Música; a los dos meses de llegar a su diócesis Molina Lario comunicó al Cabildo que estudiaba los diseños de órganos, hallados entre los papeles de su antecesor, para emprender la obra, y, después de diversas gestiones, lo encargó a Julián de la Orden, organero de la Catedral de Cuenca que encabeza la mejor historia del órgano español del s. XVIII. Y fueron dos, uno costeado por el Cabildo y otro por el Obispo.
Cuenta cada uno con 4.485 tubos sonantes, además de 128 decorativos y son excelentes desde el punto de vista tímbrico y de la técnica. Las circunstancias de la liturgia requerían armonizar el artilugio técnico con la presentación formal y se realizaron unas cajas correspondientes en su diseño, talla y ornato, con su potencia musical y la realidad arquitectónica del templo, que se encargaron en 1779 al arquitecto José Martín de Aldehuela que había trabajado para Molina Lario en la diócesis de Albarracín.
En diciembre de 1778, comunicó al Cabildo que empezaba la remodelación de la Capilla de la Encarnación costeada por él mismo. El diseño de la capilla y retablo, encargado a la Real Academia de San Fernando, se atribuye a Ventura Rodríguez, dirigiendo las obras el maestro Antonio Ramos, y a su muerte Aldehuela. El espléndido retablo responde al gusto clasicista y está dominado por cuatro grandes columnas de mármol veteado de Mijas entre las que se encuentra la Anunciación, advocación del templo, y las imágenes de los santos mártires patronos de la ciudad Ciriaco y Paula. La labor escultórica fue realizada por Juan de Salazar, así como la tumba del obispo.
Pero la obra por la que el prelado es tan recordado en Málaga es una infraestructura hidráulica, un acueducto sobre el rio Guadalmedina que trajo agua a la ciudad, muy castigada por la sequía desde 1720. La situación fue acuciante en 1780 pero el Ayuntamiento no asumió esta empresa por razones económicas, haciéndose cargo de ella el Obispo, en 1782. Por R. O. septiembre de 1782 se autorizó este acueducto, llamado inicialmente de Málaga o de Molina Lario, y popularmente la Cañería del Obispo, pero al costear con sus ganancias al Colegio Naval de San Telmo, creado en 1787, tomó el nombre de este santo. José Martín de Aldehuela, con experiencia en arquitectura hidráulica, fue designado Director.
La «cañería del Obispo«, iniciada en octubre de 1782, se interrumpió el 4 de junio de 1783 en que murió Molina Lario hasta el 13 de julio, autorizada su continuación con los fondos del Expolio y el 7 de septiembre de 1784, víspera de la Virgen de la Victoria, patrona dela ciudad, corrían las aguas por sus calles, fecha que puede considerarse como la llegada oficial de las aguas, aunque aún no estaban encañadas.
Mediante 33 alcantarillas, 30 puentes, minas, embovedados, respiraderos, descansos, desarenadores, alcubillas, arcas, etc, el agua brotaba en la ciudad a través de las fuentes. De los puentes conservados son bien conocidos el del arroyo de Humaina, el de Arroyo Hondo o el de Quintana, conocido popularmente como «el puente de los Once Ojos», que es el que figura en el mural de Camañas.
El complejo hidráulico Acueducto de San Telmo, en 2009 fue inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como BIC con la tipología de Sitio Histórico.
Málaga siempre honró la memoria de Molina Lario, no sólo dedicándole una calle principal, también en su nuevo Ayuntamiento (1919) en la galería de malagueños ilustres del Salón de los Espejos, figura este recordado obispo.