
jueves
16 abril
2020
dias de la pandemia/ 6
Dº Sebastián García Garrido, Académico de Número
Título: Carta de la Tierra
Técnica: Digital
Dimensiones: 70 x 100 cm.
Año: 2020
jueves
16 abril
2020
dias de la pandemia/ 6
Dº Sebastián García Garrido, Académico de Número
Título: Carta de la Tierra
Técnica: Digital
Dimensiones: 70 x 100 cm.
Año: 2020
miércoles
15 abril
2020
días de la pandemia / 5
Dª Rosario Camacho Martínez, Académica de Número y Vicepresidenta
SAN TELMO Y LA REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE MÁLAGA
Hoy es el día de San Telmo. Murió el 15 de abril de 1246 siendo obispo de Tuy, ciudad gallega de la que es patrón. También es patrón de nuestra Real Academia de Bellas Artes de San Telmo de Málaga, aunque por otros motivos.
Pedro González Telmo nació en Frómista (Palencia), en 1190, en el seno de una noble familia. Fue canónigo de la catedral de Palencia e ingresó después en la orden de predicadores, como fraile, distinguiéndose por su espléndida oratoria. Fue confesor de Fernando III a quien acompañó en algunas de sus campañas. Se le honra como patrón de los marineros, aunque nunca fue reconocido como tal, si bien es cierto que su diócesis abarcaba una amplia población dedicada a la marinería y a la pesca, en la que siempre se volcó.
Sus atributos son un barco que suele llevar en la mano o a los piés y/o una brillante estrella que se identifica con el fuego de San Telmo. Son estos fuegos descargas eléctricas de gran resplandor y aspecto ígneo que se producen dentro del campo eléctrico que provocan las tormentas, muy sensibles en el mar al concentrarse sobre las puntas de los mástiles. (Curiosamente he leído en Internet que a estos fenómenos de circulación de corrientes eléctricas se les llama “efecto corona”, siendo el fuego de San Telmo la primera forma de efecto corona registrada).
Algunos colegios de mareantes se dedicaron a San Telmo, como el de Sevilla, creado en el s. XVI, aunque el magnífico edificio barroco que fue su sede durante muchos años se construyó entre 1682 y 1796 iniciándolo Leonardo de Figueroa. Hoy alberga la Presidencia del Gobierno de la Junta de Andalucía.
En la segunda mitad del s. XVIII Málaga vio despegar su economía, basada en la agricultura y el comercio, despegue que se aceleró con las medidas liberalizadoras potenciadoras del comercio, que dio Carlos III. En 1776 se estableció un Montepío de Socorro a los Cosecherosy la Real Pragmática de 1778, que concedía el libre comercio con toda América, sería un elemento decisivo para el desarrollo económico. En relación con el auge del comercio surgió una decisiva institución: el Consulado, que fue una realidad por Real Cédula de 1785, instalándose estas dos instituciones en las dependencias de los jesuitas exclaustrados, entre la plaza de la Constitución y la calle de la Compañía.
El Consulado propició la creación de una Escuela de Náutica para mareantes y pilotines de la armada, el Real Colegio de S. Telmo, para el que también se cedieron instalaciones de esta misma casa, donde estuvo hasta 1846. Se creó entonces el Instituto de Enseñanza Media de Málaga, que se pensó instalar junto al Colegio, ya que muchas de sus enseñanzas serían asumidas por el instituto, pero por razones de espacio y dificultades burocráticas se les concedió el convento de San Felipe en C/ Gaona, donde aún persiste el Instituto Vicente Espinel. Por Real Orden de 1849 se creó la Real Academia de Bellas Artes de Málaga que, al año siguiente, solicitó su instalación en las antiguas dependencias del Colegio de San Telmo, lo que se le concedió en 1851, instalándose allí también la Escuela de Arte que había creado ese mismo año. A partir de 1883 decidieron que fuese San Telmo su santo patrón, pasando a llamarse Real Academia de Bellas Artes de San Telmo Málaga.
D. Luis Bono, quien fue Vicepresidente de la Academia, pintó para ésta un
cuadro dedicado a San Telmo que se encuentra en el despacho principal de
nuestra sede. Es una logradísima obra de Bono que nos muestra al santo,
con el hábito de Santo Domingo, con una gran plasticidad y fuerza, que
casi desborda el marco de la hornacina, llevando en la mano la rutilante
estrella.
miércoles
15 abril
2020
dias de la pandemia/ 4
Dº José Manuel Cabra de Luna
Académico de Número y Presidente
TÍTULO: SIN TÍTULO
Técnica: Acrílico sobre papel.
Dimensiones: 23 x 23 cm.
Año: 2019
lunes
13 abril
2020
dias de la pandemia/ 3
Dº José Manuel Cabra de Luna
Académico de Número y Presidente
Prevenciones del alma enamorada
I.- El alma enamorada no se refleja en el espejo, sino en la presencia del amado. II.- El silencio es el espacio donde el alma enamorada conversa con el amado; el aire iluminado es su voz, la mirada encendida su lenguaje. III.- Busca el alma su gozo en la alegría de las cosas, sin saber que -como el pájaro- tan sólo en el aire hallará la libertad. IV.- La sequedad del alma no se obtiene sino sumergiéndose en las interiores aguas de la renuncia y el olvido de sí. V.- El alba es la ceniza de la noche encendida. VI.- La quietud extrema, la secura del alma, sólo se producen en las sombras profundas o al mediodía exacto, con el sol en el cenit. Es como si el espíritu rechazara los estados intermedios y buscase la última soledad: a plena luz o en lo más oscuro. VII.- Se atormenta el alma por cosas que no puede llegar a dominar; dejando de recrearse, en cambio, en lo que debe constituir su natural medio: el fulgor del aire, la quietud de una mirada perdida en la línea del horizonte o la incesante búsqueda de una nada habitada tan solo por el silencio. VIII.- Se defiende el alma del miedo mostrando sus aristas. Sólo alcanzará la perfección cuando se esfera y ofrezca la plena redondez a cualquier circunstancia.
JOSÉ MANUEL CABRA DE LUNA
viernes
10 abril
2020
dias de la pandemia/ 2
Dº Fernando de la Rosa Ceballos
Académico de Número y Tesorero
Título: De árboles y tiempo.
Técnica: Fotografía, papel, nogalina, acrílico y témpera sobre cartón.
Dimensiones: 32 x 45 cm.
Año: 2020
jueves
23 abril
2020
dias de la pandemia/ 1
Dº Jaime Siles
Académico correspondiente en Valencia
UN SENTIMIENTO DULCE
Estos últimos años he estado despidiéndome de todos y de mí: diciendo adiós a cada cosa, cada perfil, cada palabra y, por vez primera en mi vida, he sentido eso que se llama piedad y que es –o puede ser– un sentimiento dulce que nos hace mirar hacia nosotros mismos, pero no con el vértigo de su relieve ácido sino con un amor a todo lo que somos y a cuanto con nosotros se dispone a morir: una tarde en penumbra, una mañana absorta, el vuelo de las aves, una ciudad con torres y espadañas, el recuerdo del mar, una conversación con los amigos, la lección de un maestro, el rapto del amor, lo que aprendimos, lo que no sabemos, lo que con nosotros vivirá, lo que quisimos, y lo que no nos quiso,lo que nos dejó a un lado, lo que ni nos miró, lo que nos dice adiós de todas las maneras, y los puntos del tiempo a los que no se puede regresar. Me despido de todos y de todo, no de vosotros sólo: me despido, sobre todo, de mí, con quien sé que nunca más voy a encontrarme– que otro cruza la calle que yo piso, que otro lleva la ropa que yo llevo, que esta boca que dice lo que dice no ha sido ni es ni será nunca lo que yo; que quien escribe este poema es otro distinto también a quien lo lee y que la identidad es un magma de muchas y muy pequeñas cosas que cada día hay que recuperar porque, si no, se extingue, se diluye, se borra como ahora mismo yo, y también tú, me voy, nos vamos, borrando y diluyendo, en una página no escrita o en algo aún por escribir, hacia dentro de algo que queremos creer que es uno mismo, pero que no lo es: es siempre otro el que nos acompaña; es siempre otro lo que llamamos yo. Por eso la vida es un exilio pero no de un punto sino de todo el tiempo y de todas las personas que hemos sido, que somos y seremos dentro de él y de las que nos vamos imperceptiblemente despidiendo en ese adiós a cada uno de nosotros que aparece en la vida en momentos de niebla y que, por eso mismo, focaliza el instante y lo convierte en símbolo de la presencia en sombra que ha sido lo que llamamos yo , lo único nuestro que no nos pertenece, lo único que nunca volveremos a ser, lo que ya fuimos, lo que no seremos, un escorzo de sombras batidas por el fuego de la imaginación. Revivir el instante, revivir el instante de que todo sea sólo su fin.
Jaime Siles, Himnos tardíos (1999)