«Roboam»- Rey de Judá

Daniel Quintero
 2018. 
Óleo sobre tela de lino 193 x 120 cm

Primer Rey de Judá ( 928 al 913 a.e.c.). Descendiente directo del Rey David y sucesor del Rey Salomón. Comenzó su reinado a los cuarenta y un años permaneciendo diecisiete años en el poder. No obstante, y debido a su obstinación por no suavizar los impuestos y cargas de todo tipo sobre las diez tribus del Norte, provocó el malestar con la Asamblea de Ancianos causando la desunión y separación de las doce tribus de Israel.

Los enfrentamientos políticos y las revueltas populares le llevaron a huir de la ciudad de Siquem a Jerusalén donde estableció su residencia y centro de gobierno. Junto a la tribu de Benjamín formó el Reino del Sur o de Judá del que sería primer gobernante.

Las otras diez tribus eligieron a su opositor Jeroboam como Rey de Israel en el Norte. Este personaje huido del país ya en tiempos de Salomón se encontraba refugiado en Egipto con el apoyo del Faraón Sheshong l. La debilidad política provocada por la guerra civil en todo el territorio fue aprovechada por el mismo Faraón para tomar y saquear el templo de Salomón.

Actualizar la memoria del pasado

Es algo común y natural centrarse siempre en los personajes históricos más compartidos e importantes. En los Bíblicos no hay excepción, así los más representados son Saúl , David, Salomón, etc. Otros, sin embargo, no obtienen sino el privilegio de aparecer representados en sellos monedas o viñetas. Este es el caso del Rey ROBOAM, por ello me pareció oportuno actualizar su memoria.

Siguiendo la estela de retratos egregios intenté reunir en la obra varios conceptos: la violencia y el poder. La apariencia y el orgullo. La riqueza y la debilidad.

Todas estas ideas fragmentadas forman parte del color y composición del retrato y no sería oportuno señalar su ubicación por mi parte. Los cuadros además admiten diferentes lecturas. Solo pondría énfasis en la franja central del cuadro donde el dibujo a carbón describe el saqueo y fuego del Templo de Salomón.

La ruptura de las doce tribus en dos reinos va simbolizada por el cetro largo y partido en dos. La parte superior sostenida por la mano izquierda del Rey Roboam representa su reino y a la derecha en azul sobre blanco su sello: El León de Judá. Escritos en
hebreo figuran las dos tribus de Judá y Benjamín. La parte inferior conteniendo los nombres en hebreo de las otras diez tribus restantes se sostiene inclinada y separada en un frágil equilibrio.

Daniel Quintero
Octubre, 2018